Promesa. Darren le aseguró a Crowe que sería un filme diferente a otros que tratan la misma historia.
Cuando comenzaron a trabajar juntos, el director de Noé, Darren Aronofsky, le hizo una promesa al actor Russell Crowe: “Jamás te filmaré en bata y sandalias en una casa flotante con dos jirafas atrás”. Décadas después de Los diez mandamientos de Cecil B. DeMille, Aronofsky ha renovado la tradición de la épica bíblica hecha por los estudios para las masas, aunque como una parábola sin duda más oscura, sin pecado, justicia ni piedad. Mientras en general su Noé se apega a la Sagrada Escritura, no tiene nada que ver con los libros de dibujos que muchos leen cuando niños.
"La primera vez que lo leí, me dio miedo", dice el director. "Pensé, '¿y si no soy lo suficientemente bueno como para subir al arca?'''.
Es un proyecto completamente improbable: un filme de estudio de 130 millones de dólares basado en la Biblia, hecho por un cineasta ampliamente respetado (Cisne negro y Réquiem por un sueño que pocos habrían etiquetado como un DeMille moderno. Antes de su estreno, Noé pasó por un aluvión de controversia: algunos conservadores religiosos alegan que no es lo suficientemente literal para el Viejo Testamento y que Noé es representado erróneamente, como Aronofsky lo ha llamado, como "el primer ambientalista".
VÍNCULOS RELIGIOSOS
Noé es una culminación de los cambios que generó La pasión de Cristo de Mel Gibson, un filme de producción independiente que despertó a Hollywood con su inesperada recaudación de 612 millones de dólares en 2004. Desde entonces, Hollywood ha desarrollado cuidadosamente vínculos con comunidades religiosas; Sony y 20th Century Fox incluso han creado estudios dirigidos al público evangélico.
Pero el debate sobre Noé demuestra que puede ser complicado satisfacer a creyentes y no creyentes, y que encontrar la intersección apropiada de arte, comercio y religión es una tarea cargada de riesgos tan grandes como sus posibles recompensas.
Es mucho lo que está en juego y no sólo para Noé y la distribuidora Paramount Pictures. En diciembre, Fox lanzará Exodus de Ridley Scott, con Christian Bale como Moisés.
Pisándole los talones a la recién estrenada Son of God (Hijo de Dios), el drama religioso God's Not Dead (Dios no es la muerte) recién se estrenó y Sony está lanzando la no tan directamente bíblica Heaven Is for Real (Cielo es real) para los días de Pascua en abril. El estudio también le está dando un giro vampírico a Caín y Abel con Will Smith. Lionsgate tiene prevista una película sobre María Magdalena, promocionada como una historia que transcurre previo a La pasión de Cristo, coproducida por el famoso pastor Joel Osteen.
Cuando Jonathan Boch creó su compañía Grace Hill Media en el 2000 para asesorar a estudios de Hollywood sobre cómo acercarse a las comunidades religiosas, ambos "en realidad no se conocían", dice. Desde entonces, filmes como Las crónicas de Narnia y The Blind Side (Un sueño posible) se han beneficiado de la participación de los feligreses.
"En el curso de estos 15 años, hemos visto a la comunidad religiosa pasar de un estatus casi de paria al de un importante mercado", dice Boch, quien fue asesor para Noé. "Para mí, lo que estamos viendo es otro renacimiento donde los grandes artistas están contando las más grandes historias jamás contadas".
GRANDES OPORTUNIDADES
Aunque Hollywood se dejó de épicas bíblicas tras el fracaso de The Greatest Story Ever Told (La historia más grande jamás contada) de 1965, el renacimiento encaja con las tendencias del momento. Figuras como Noé son reconocidas mundialmente, y por ende son más fáciles de mercadear. No hay que pagar ninguna licencia por ellas y suelen ser grandes oportunidades en términos de efectos especiales. Noé, que en el extranjero se estrenará en 3D convertido, es quizás el cuento apocalíptico más antiguo.
La historia fascinó a Aronofsky como un niño judío que creció en Brooklyn. Recuerda un poema que escribió sobre el cuento cuando tenía 13 años —y el subsiguiente elogio de un profesor— como su nacimiento como narrador. Si La pasión de Cristo fue ampliamente hecha por cristianos para cristianos, Aronofsky dice que su Noé es “para todo el mundo”.
"Está mal hablar de la historia de Noé de modo que es para creyentes o no creyentes porque creo que es una de las historias más antiguas de la humanidad", expresó. "No sólo le pertenece a la tradición judeo-cristiana-islámica. Todo el mundo en el planeta conoce la historia de Noé".
El relato en el Génesis tiene apenas unas páginas y ofrece más detalles sobre las dimensiones del arca que sobre quién era Noé. A éste le instruye Dios -"apenado" en su corazón al ver en lo que se ha convertido la humanidad generaciones después de la creación- que construya un arca y la llene con una pareja de cada animal. Tras el diluvio, se refiere a Noé como un alcohólico y entonces desaparece a su hijo Cam; todas pistas para Aronofsky sobre el dolor que habría agobiado a Noé.
Paramount buscó la aprobación de líderes religiosos, consultó con eruditas bíblicos en preproducción e hizo extensas pruebas en pantalla (durante las cuales Aronofsky y Paramount pelearon sobre la edición final antes de llegar a una aparente tregua).
'UN GRAN MÁS, MENOS'
Pero las primeras críticas aparecieron en internet basadas en lo que el vicepresidente de Paramount, Rob Moore, dice que es una versión vieja del guión, que Aronofsky escribió con Ari Handel.
“Ha sido un viaje muy interesante”, dice Moore. “Ha sido ampliamente documentado en el trayecto, lo que en gran parte se basó ya sea en conjeturas o rumores o información vieja”.
Tras ver la película, Jerry A. Johnson, presidente y director ejecutivo de la National Religious Broadcasters, exhortó a Paramount a promocionar el filme con un descargo de responsabilidad. Moore accedió y agregó la aclaratoria de que "se ha tomado una licencia artística". "Darren, como artista, tuvo sus reservas en cuanto a lo que eso significaba en términos de lo que estábamos diciendo que la película era o no era antes de tiempo, en lugar de dejar al público que juzgue por sí mismo", dijo Moore. "Pero había cierto grupo de personas que estaban preocupadas al respecto".
"Para la gran mayoría de la gente, la controversia se irá", agregó.
Johnson todavía tiene sentimientos encontrados sobre Noé, que calificó como "un gran más, menos": ni merecedora del boicot que los católicos le hicieron a La última tentación de Cristo de Martin Scorsese, ni un filme como La pasión de Cristo que llevará a las iglesias a enviar autobuses repletos de gente a las salas de cine.
Crowe asegura que se reunió con el Papa
El actor neozelandés Russell Crowe, protagonista de la película Noé, aseguró en Río de Janeiro que "fue un privilegio haber sido invitado por el Papa Francisco al Vaticano" pese a la "controversia" que, en su opinión, ha provocado el filme.
Crowe se refirió a su visita la semana pasada al Vaticano junto con parte del equipo de producción de Noé en una rueda de prensa que concedió en Río de Janeiro para presentar la película.
El actor, que encarna al personaje bíblico Noé en la película del mismo nombre, se mostró "satisfecho" con el encuentro que asegura que tuvo con el Papa, del que no hay fotografías, al ser interrogado sobre el asunto.
Crowe y el director de la película, el estadounidense Darren Aronofsky, acudieron la semana pasada al Vaticano para presenciar la audiencia general que como cada miércoles celebra el Papa Francisco, según las fotos publicadas en la página web del diario La Stampa.