SU SALUD BUCAL
La muerte no nos roba los seres amado, al contrario, los guarda y los inmortaliza en nuestro recuerdo. François Mauriat
El Día de Muertos es una celebración mexicana de origen mesoamericano que honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza desde el 1, con todos los santos, coincide con las celebraciones católicas del Día de los Fieles Difuntos. La Unesco ha declarado la festividad como patrimonio nacional.
El culto a la muerte en México no es algo nuevo, pues ya se practicaba desde fechas próximas al año 1800 a.C.
El paso de la vida a la muerte es un momento emblemático que ha causado admiración, temor e incertidumbre al ser humano a través de la historia. La muerte es un misterio, todo el mundo le teme, sabemos que es cierto que habremos de morir y no sabemos cuándo y cómo.
Pero mientras ésta llega, vivimos, con planes preestablecidos, estudiar, trabajar, formar una familia, ser felices, a pesar de la vida acelerada, ocupando el tiempo con responsabilidades y con cosas materiales. No sabemos cuánto tiempo nos dieron, es tan hermosa la vida, tan importante el dejar huella en tus seres que te rodean, que lo recomendable es cerrar ciclos abiertos a través del perdón y el amor, con el paso de la vida alcanzamos madurez, y ésta nos debe de llevar a elevar nuestras virtudes, no a acrecentar nuestros defectos, y estar siempre listos para nuestro último día.
Por supuesto que no sé cuándo será mi partida, he tenido la tristeza de vivir la muerte de muchas personas cercanas y queridas, personas que han estado cerca de mí, que sé que me han querido, de muy diferentes formas, mis padres, mi niña, mi hermano Alberto, Adrián mi sobrino, mi prima Lupita, mis tíos (entre otros), ¡ya se fueron! Ya no los voy a escuchar, me asomo al cielo y en cada estrella los veo, y ahí platico con ellos. Al ver la cercanía de la muerte, al paso de los años te das cuenta que la tuya puede estar ya a la vista y te hace recapacitar, que no tenemos tiempo de perder el tiempo. Ellos se nos adelantaron, palabras trilladas, pero reales, su recuerdo sigue en nuestra memoria y corazón.
Tengo varios años trabajando en el campo odontológico y también he perdido varios pacientes, cuando un paciente se va, es como un amigo, deja un vacío, estimados pacientes, que me dieron el honor de atenderlos en vida, y cuando se van, los extraño. Pacientes que me dejaron huella y enseñanzas, don Francisco Murra Rock, afable, cariñoso, con un gran ejemplo de amor a su esposa, guardo tantas anécdotas de todos ellos, como dirían, "gente de bien".
Don Javier Casas, a pesar de los años, siempre al cuidado de sus dientes, preocupándose, porque le encantaba comer bien. Doña Conchita Chávez de Kessler, transmitiendo mucha paz, doña Soledad Vera de Anaya, extrañando a su esposo, y siempre con mucho temor de ir a consulta. Evoco a tantos queridos pacientes: Salvador Álvarez Domensain S.J., Roberto Guzmán, hijo y padre, Irma Gutiérrez de Pérez, Margarita de Yacaman, Hernán Villarreal S.J., y varios estimadísimos pacientes más. Comprometiéndose en su vida a la misión que Dios le encomendó.
Recordamos a estas personas especiales, compartimos momentos felices, recordamos las cualidades sobresalientes que manifestaron en toda su vida, sólo los momentos felices cuentan. Nos quedan los recuerdos de ellos.
La vida es corta, se va en un abrir y cerrar de ojos, y ya son muchos los queridos pacientes que se han ido. Pero ellos perduran en la memoria de los vivos.
El tiempo vuela y tenemos que entender que así como se adelantaron seguiremos esos pasos.
Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando
Rabindranath Tagore