Foto: LA I
Pese a los riesgos siguen llegando migrantes a Torreón.
El puente de la prolongación Cuauhtémoc, amaneció con más de 30 migrantes, todos procedentes de Honduras y con destino a los Estados Unidos. Llegaron a las 3 de la mañana, se bajaron en la cementera y caminaron por espacio de una hora, desde la fábrica de cemento hasta llegar al puente, ubicado frente a Peñoles, donde pararon a descansar y comer algo. Sin fuerzas para ir hasta el comedor Santa Cecilia, los migrantes sobreviven, gracias a la caridad de los vecinos.
Edwin Martínez tiene 35 años, es la tercera vez que intenta cruzar a los Estados Unidos. Siempre que llega a Houston pasa algo y lo terminan por deportar.
"Hasta llegar se pierde el sueño, mientras seguimos".
Él viaja con su hermano menor y es quien organiza el grupo. Todos lo miran cuando se les increpa por el recorrido que habrán de realizar para llegar a Estados Unidos.
"La parte más peligrosa es lo que es Palenque, de ahí para acá, gracias a Dios la gente más bien nos da de comer".
Relata que su padre vive allá, en el norte, pero no sabe de él, no se llaman y si logran llegar no tendrán comunicación.
"Vamos a trabajar, yo sé mi oficio, carpintería. Yo hago casas".
Si en su cuarto intento Edwin logra cruzar la frontera y no ser deportado, lo primero que hará es trabajar para ayudar a su madre.
"Lo primero es ayudarle a mi madre y ya después que Dios diga".
Edwin habla con su madre cada dos días, le cuenta como va el viaje y le pide que tenga calma y no se preocupe.
"Ella nomás me dijo que me cuidara y sí, llorando día y noche por nosotros".
Edwin dice que al tren suben ladrones, pero lo importante es seguir con vida, pese a que se lleven sus cosas.