Suicidios, sin rango de edad en México
Amira Escalante Pérez, de 55 años, lleva un año y tres meses asistiendo a terapias en Alcohólicos Anónimos (AA), en Mérida, Yucatán, donde reside; además del alcoholismo, lleva dos intentos de suicidio: primero, ingiriendo 25 pastillas, después, mediante el sofocamiento con la cuerda de una hamaca que se reventó en el intento.
Su depresión, motivada por el rechazo familiar a su relación con un hombre que consumía cocaína, la orilló a volverse dependiente del alcohol. "Lo dejé; sentí que seguir con mi pareja me llevaría a cosas peores, pero me dolió mucho, mucho…", comenta en entrevista.
Amira estuvo a punto de formar parte de una lista que continuamente se fortalece con acciones asociadas al desempleo, consumo de sustancias adictivas y una creciente problemática familiar, que posiciona a Yucatán como una de las entidades que más suicidios registra al año, donde, además, la principal forma para quitarse la vida es el ahorcamiento, el cual se realiza en su mayoría con hamacas; tanto así, que la gente no utiliza el término "se suicidó" sino "se ahorcó".
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el comportamiento de los suicidios por entidad federativa muestra que existen dos entidades que duplican la tasa nacional de 4.7 suicidios por cada 100 mil habitantes: Quintana Roo y Aguascalientes, con 10.1 y 9.3 casos, respectivamente. Otras cinco que registran más de ocho casos por cada 100 mil habitantes: Yucatán, Campeche, Chihuahua, Tabasco y Colima. En tanto que Guerrero presenta la tasa más baja con 2.6 suicidios por cada 100 mil habitantes.
Óscar Galicia Castillo, sicólogo y especialista de la Universidad Iberoamericana (UI), dice que el suicidio no es sólo el resultado de factores sociales, culturales, sentimentales y económicos; viene de un proceso biológico y neuronal.
Explica que los suicidios se incrementan en la primavera y meses previos a las fiestas decembrinas, pues las celebraciones suelen asociarse con deudas y sentimientos de vacío que provocan melancolía.
A decir de Galicia Castillo, un factor común entre los suicidas es la falta de empleo, familia o una pareja sentimental. En el caso de los jóvenes resultan detonantes la violencia intrafamiliar, el consumo de drogas, el pobre desempeño escolar y un estrés provocado por las altas expectativas, con las cuales se ven obligados a cumplir. Tan sólo 6.3 % de los suicidas había aprobado algún grado profesional, según el Inegi. Asimismo, 30 % no realizaba ninguna actividad remunerada.
Jaime Suárez, psicoanalista y catedrático de la UNAM, asegura que el gran porcentaje de intentos de suicidio se realiza por mujeres. Son los hombres quienes logran concretar el acto, pues utilizan métodos más violentos y, por lo mismo, más efectivos.
"En las mujeres se trata más de una histeria, es decir, la falta de atención, el 'ahora sí me vas a extrañar'. Es más en este género que se hacen llamadas previas, se dejan pistas o las etiquetas de las pastillas que ingirió para poder ser salvadas", afirma.
PENSAMIENTOS SUICIDAS
La violencia en el hogar tiene a Ileana, de 16 años de edad, quien vive en Chetumal, Quintana Roo, en tratamiento psiquiátrico, ya que tiene pensamientos suicidas.
La joven preparatoriana afirma que le pidió ayuda a su madre, Irasema, porque ya no podía con esa carga emocional y tristeza que le invade y que la hace pensar en "muchas cosas horribles".
"La violencia física y psicológica que vivimos al lado de mi padre me afectó más a mí que a mis hermanas, de 14 y 12 años de edad", comenta mientras se come las uñas.
Visiblemente nerviosa al salir de la consulta con el psiquiatra en el Centro Integral de Salud Mental de la Secretaría de Salud, Ileana dice que su familia primero fue remitida a la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia del DIF Quintana Roo, donde recibió atención por primera vez atención psicológica.
"Se mantiene el mayor tiempo callada y retraída, no es de hablar y decir lo que le pasa y al pedirme ayuda, de inmediato busqué apoyo en las instituciones, porque no quiero que le pase nada malo a mi hija", narra la madre, de 34 años, empleada en el gobierno estatal.
"Después de las consultas psicológicas empezó a hablar más y a contarme lo que piensa y eso ha sido importante para poder ayudarla", agrega Irasema.
Hace tres años, la madre de familia se separó de su esposo ante tanta violencia intrafamiliar que vivían ella y sus tres hijos.
Ileana ya había escrito tres cartas suicidas para su madre y sus dos hermanas, noticia que impactó a toda la familia, pero confían en que con la ayuda profesional que está recibiendo pueda superar esta crisis emocional y depresiva. Mientras su madre sale a trabajar se queda con su abuela.
Otro de los factores que también preocupan y afecta emocionalmente a la joven es su obesidad, dado que dice no sentirse bonita como el resto de sus amigas.
Lleva 30 días entre terapias y apoyo psicológico y finalmente este 20 de agosto fue su primera consulta con el psiquiatra en el Centro Integral de Salud Mental.
Verónica Martín, responsable del Centro Integral de Salud Mental de la Secretaría de Salud estatal, afirma que atienden desde niños hasta adultos de la tercera edad con estas conductas, desde el pensamiento hasta intentos fallidos.
"Hemos atendido niños que van con de las edades cinco y siete años y las causas son múltiples, desde sobrevivir al suicidio, violencia familiar, problemas económicos, conyugales, abuso sexual, entre otros", afirma.
Jaime Suárez señala que una de las razones que podría explicar la creciente ola de suicidios en las entidades de la Península de Yucatán es lo que podría denominarse como un efecto de contagio, que al verse fortalecido con los factores ya antes mencionados, desencadenarían en repeticiones de este patrón. "El clima, la presión atmosférica y otros condicionantes biodinámicas también pueden ser fundamentales".
NO LE TOCABA MORIR
Aquella mañana a Elsa no le tocaba morir, a pesar de que se obstinó en arrancarse la vida no pudo lograr su objetivo, gracias a varios desconocidos que se interpusieron en su camino y lograron salvarla en dos ocasiones en menos de una hora.
Originaria del estado de Chihuahua, la estudiante de 15 años atravesaba por una depresión prolongada que arrastraba. Había querido suicidarse cuatro veces y estaba decidida que ese día no fallaría en el quinto intento.
Los primeros años de la infancia transcurrieron viendo como su padre golpeaba constantemente a su mamá, hasta que se divorciaron. Elsa nunca logró superar esa separación, y en su mente agobiada se plantó la idea de que si ella moría el dolor que les provocaría a sus padres los volvería a reunir.
El caso de la estudiante no es raro, Chihuahua se ha mantenido por años entre los primeros lugares nacionales de suicidios, y dentro de las estadísticas destaca que quienes más intentan quitarse la vida son mujeres adolescentes, indica Claudia Marisol Carreño, especialista en el ramo del Centro de Atención y Prevención Psicológica.
A pesar de su condición emocional tan delicada, Elsa nunca recibió apoyo profesional. Su intención era arrojarse desde lo alto de un edificio, así que se trasladó hasta el primer cuadro de la ciudad.
Ingresó a un edificio, subía por el elevador cuando un guardia le preguntó a dónde se dirigía, ya que le llamó la atención ver sola a alguien de su edad, puesto que ahí es un área a la que sólo acostumbran ir grupos de turistas a tomar fotos. El hombre no le permitió llegar.
Se retiró y caminó por varias calles hasta llegar a otro inmueble de seis niveles, subió por las escaleras y se arrojó desde lo más alto, pero inexplicablemente se quedó colgando a la altura del cuarto nivel. Su ropa se atoró en la fachada.
Una mujer que caminaba por la banqueta fue golpeada por la mochila. Al voltear hacia arriba la vio a punto de venirse abajo; dio aviso a unos policías municipales, quienes apresuradamente llegaron cerca de donde colgaba y la "lazaron" con la manguera de un hidrante. Mientras Elsa intentaba con todas sus fuerzas desatorarse y caer.
SUICIDIOS
Por cada cien mil habitantes hay en el país
SUICIDIOS
por cada cien mil habitantes hay en Quintana Roo.
