Matanza. Un familiar cubre los cadáveres de sus familiares a raíz de un ataque de presuntos militantes, en la orilla del río.
Nueve cadáveres fueron recuperados de una aldea del estado de Assam, en el noreste de India, lo que elevó a 32 el número de muertos tras la violencia desatada por grupos separatistas.
Rebeldes del grupo extremista proscrito Frente Nacional Democrático de Bodoland (NDFB) entraron la noche del jueves en dos casas de familias musulmanas y dispararon de forma indiscriminada, además de incendiar varios hogares.
En otro incidente, en una localidad cercana, registrado el viernes, miembros del NDFB mataron a siete personas, entre ellos dos niños, tras abrir fuego indiscriminadamente en la ciudad, informó la agencia de noticias IANS.
Apenas 24 horas antes, las autoridades fijaron la cifra de muertos en 24, mientras ayer sábado suman 32 las personas que perdieron la vida en la serie de ataques de los rebeldes separatistas.
El NDFB lucha desde 1996 por un Estado propio para la tribu bodo y acusan a los musulmanes de "colarse" en India de manera ilegal desde la vecina Bangladesh, así como de infiltrarse a sus tierras ancestrales en el estado de Assam.
La violencia surge en un momento en el que se intensifica la seguridad por las elecciones generales de India, votación que se realiza en varias etapas, la primera inició el 7 de abril pasado y concluye el 12 de mayo, cuatro días después se conocerán los resultados.
Los cuerpos de las víctimas, entre ellas cuatro niños y dos mujeres, fueron recuperados en la aldea Khagrabari, indicaron fuentes oficiales.
Tres niños, de edades comprendidas entre siete y diez años, que estaban escondidos en un bosque en las orillas del río Beki también fueron rescatados y 12 personas en Baksa fueron detenidos con relación a estos ataques, informó el diario The Times of India.
Las autoridades en el remoto noreste de la India llamaron al ejército a restablecer el orden e impusieron un toque de queda indefinido en el peor brote de violencia en la región en dos años.