Los turistas que se encontraban varados en Baja California Sur siguen siendo trasladados a Tijuana y su petición continúa siendo el envió de víveres a los que se quedaron en Los Cabos y La Paz. (EFE)
"Por favor manden agua", la súplica es la misma que ayer martes tras el paso del huracán “Odile”. Los turistas que se encontraban varados en Baja California Sur siguen siendo trasladados a Tijuana y su petición continúa siendo el envió de víveres a los que se quedaron en Los Cabos y La Paz.
La tarde de este miércoles, un avión pequeño, Spartan, arribó a la Base Aérea número 12 de la ciudad norteña. Abordó más de 40 personas que solicitaron su traslado a la frontera, para regresar a sus ciudades de origen en Estados Unidos.
Hasta el momento 771 personas han sido transportadas en aviones de la Fuerza Aérea y el Ejército Mexicano a Tijuana, y es que se ha convertido en su única oportunidad para salir de la península bajacaliforniana, ya que tanto el Aeropuerto de La Paz como de Los Cabos se encuentran cerrados.
Don José es originario de Riverside, California, desde hace meses había planeado un viaje de pesca con su hijo, a Cabo San Lucas, sin embargo, el huracán llegó de repente, sin que nadie en su hotel les avisara o su línea aérea, les notificara que se aproximaba "Odile".
"Llegamos al aeropuerto de Los Cabos y nos dijeron que no podíamos salir de ahí, porque venía un huracán. Nosotros sin dinero, solo en la tarjeta de repente nos encontramos durmiendo en el piso durante tres noches y esperando a que nos dieran comida", narra.
Dice que todo estuvo mal organizado: "Que los que van a Tijuana para acá no para allá, y la aerolínea nunca nos informó que podríamos ser trasladados en aviones de los militares, ¿sabe cómo nos enteramos? Teníamos un pequeño radio y así supimos".
Otros turistas norteamericanos, cuentan en inglés, que sí corrieron con suerte. Una pareja de adultos mayores, de ojos azules y que aún andan en bermudas, platica que lo que vivieron fue muy fuerte, pero están muy agradecidos con el Ejército, y hasta les tocó conocer al Presidente de México.
"De hecho fue una cosa mala, pero el gobierno mexicano todo lo manejo bien, estoy impresionado. Aunque estuvimos incomunicados tres días, el hotel nos proporcionó un camión al aeropuerto y vino el secretario de Estado".
Isabel no es una turista, ella es originaria de Baja California Sur, viajó a Tijuana gracias a que tiene influencias en el aeropuerto, de no ser así, no habría podido salir de San José del Cabo, dice.
"Me vine con mi niño porque no hay nada, está horrible, no hay para comprar nada, nada. Porque en todos los pocos centros comerciales que tenemos no hay ¡nada!. No tenemos luz ni para en un mes. Fue horrible, empezó a las 10 de la noche del domingo y el ciclón se empezó a sentir a la una de la mañana", dice.
Hasta el más rico a todos nos fregó, sentencia. No hay víveres no hay agua ni hay luz ni agua y ante la falta de gasolina no hay carros. Sabe con tristeza que no toda la gente originaria de Baja California Sur podrá salir, pues los aviones militares dan preferencia los turistas.
