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Tetris

Desde Rusia con diversión

Campeonato Mundial de Teris Clásico, 2012.

Campeonato Mundial de Teris Clásico, 2012.

Enrique Lara

El juego que unió al mundo y logró borrar barreras políticas, ideológicas y sociales cumple treinta años de existencia, con una historia fue más dura y agitada que la misma Guerra Fría.

El origen y desarrollo del videojuego más famoso de todos los tiempos parecería sacado de una novela de George Orwell y John Le Carré donde el autoritarismo gubernamental y espionaje corporativo marcaron el inicio de un rompecabezas virtual

Era 1984 y terminaba la segunda fase de la Guerra Fría, el mundo se encontraba fragmentado entre la influencia soviética comunista y la americana capitalista. Pero un mundo tan divido se encontraba unido por un juego tan sencillamente difícil que formó parte de la historia: el tetris.

Fue en el Centro de Computación Dorodnitsyn de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, en Moscú, donde Alexey Leonidovich Pajitnov con la ayuda de Dmitry Pavlovsky y Vadim Gerasimov diseñaron un 'rompecabezas virtual' cuya meta era acomodar los bloques de colores y formas diferentes para que embonaran entre sí tratando de no dejar espacios vacíos.

El nombre “Tetris” lo eligió Pajitnov, siendo un acrónimo de tetromino (conjunto de cuadros que forman una figura) y tennis. El invento vio por primera vez la luz como juego de computadora en la capital rusa donde inmediatamente se propagó por demás ciudades de lo que fue la URSS.

En un principio el juego parecía sencillo, no sólo en sus instrucciones sino en su diseño. ¿Qué dificultad podría haber en acomodar piezas sin dejar espacios? Al darse cuenta del poco desafío que representaba el juego decidieron agregar un principio básico de la ciencia: la gravedad.

La innovación de la gravedad en el videojuego era básicamente inyectarle velocidad. La gravedad representaba un reto para los jugadores: no sólo tenían que acomodar las piezas sin dejar espacio, había que hacerlo contrarreloj, lo que significaba un mayor desafío en cada nivel.

Traspasando la cortina de hierro

Tetris ya gozaba de una enorme popularidad en la Unión Soviética y demás países dentro de la cortina de hierro. Bibliotecas públicas, escuelas, oficinas de gobierno, universidades y aquellos privilegiados que poseían una computadora tenían el rompecabezas virtual a su entera disposición.

Mientras que Japón y Estados Unidos desarrollaban juegos de video, los 'rojos' seguían modificando Tetris. Mejoraron los gráficos, cambiaron los colores, crearon nuevas combinaciones y aumentaron el número de niveles. El mundo occidental, que gozaba únicamente de Nintendo, Atari, Microsoft y Apple II, ni sospechaba del gran invento de los soviéticos.

Bastó un curioso turista inglés en Budapest que se encontró fortuitamente con el videojuego. La leyenda urbana dice que este anónimo personaje, al regresar a Reino Unido se contactó con la desarrolladora de software británica Andrómeda, que intentó obtener los derechos y licencias para exportar el producto al mundo occidental.

Fue justo en ese momento cuando los gigantes de la tecnología y videojuegos reconocieron el diamante en bruto que era Tetris. Era un videojuego de habilidad mental, para todas las edades y géneros que podía ser soportado en diferentes plataformas, Tetris representaba oro ruso molido.

Como si se tratase de un misil nuclear, el gobierno Soviético se apoderó de los derechos sobre el juego, dejando a Pajitnov, Pavlovsky y Gerasimov fuera de la jugada. Ninguno de ellos vería regalías de su invento hasta 1996.

Ante la negativa del gobierno a vender licencias a las diferentes compañías, estas en respuesta crearon su versión de Tetris. Mantuvieron los algoritmos originales con reacción en cadena para la generación de gravedad, el nombre se comercializó igual y sólo cambiaron las tonalidades de los colores.

El mundo jugó engañado

El muro de Berlín caía, se disolvió la URSS y Tetris dominaba el mercado de los videojuegos. Para principios de los noventa, había más de cien millones de copias de Tetris vendidas por todo el mundo, cubriendo cada rincón de todos los continentes.

Había Tetris de SEGA, Nintendo, Microsoft y sus versiones piratas conocidas como brickgame, muy popular en nuestro país y centro América. A pesar de la popularidad del videojuego la versión mas vendida fue la de Nintendo, que superó las ventas de la original soviética, generando ganancias de ochocientos millones de dólares.

Se podría decir que la mayoría de nosotros jugó o conoció algo similar al Tetris, pero nunca el original, ya que el recelo soviético y sus políticas gubernamentales restringían el uso de la licencia a nivel mundial.

Las salas de videojuegos o arcades estaban atiborradas con pinballs y consolas de Tetris, todas ellas diseñadas y producidas por el gigante de la tecnología japonesa SEGA. Actualmente los coleccionistas pagan hasta cientos de miles de pesos por tener en sus manos la versión en pinball de Tetris.

Microsoft, al ver cómo sus competidores japoneses despegaban en la carrera, tomó la osada decisión de incluir su versión de Tetris gratuitamente en todos sus ordenadores. De esta forma, el consumidor podría tener su propia computadora como herramienta de trabajo y consola de juego.

La versión de Bill Gates era bastante mala, la peor de todas. Por mucho tiempo la compañía de las ventanas fue la burla de los desarrolladores de videojuegos; la calidad de sus gráficos y la lentitud del juego mostraba la poca capacidad de Microsoft como líder de los videojuegos.

Pero la sabiduría popular nos enseña que 'el que rié al último, ríe mejor' y Bill Gates aprovechó su turno para contratar a Alexey Leonidovich Pajitnov, desarrollador del Tetris original, quien diseñó para la empresa una serie de rompecabezas virtuales. La asociación entre ambos aún existe y Pajitnov crea juegos para XBOX.

El juego sin fin

Para muchos, Tetris será un juego que nunca pasará de moda, al carecer de personajes o de historia, siempre permanecerá vigente en el gusto del público. Pero existe otra razón por la que se le llama “el juego sin fin”.

Tetris no tiene fin, no existe un último nivel que debe ser superado, nadie lo ha jugado tanto para saber cuál es el límite de niveles existentes. Al ser un juego compuesto por algoritmos matemáticos, agrega automáticamente un nuevo nivel, alimentando así la teoría de que es infinito.

Diversas universidades de Estados Unidos, Canadá y Australia han desarrollado investigaciones y tesis sobre el nivel final de Tetris. La mayoría está de acuerdo en que el juego es interminable, pero no se conoce la verdadera razón a que se deba.

Algunos creen que el juego quedó inconcluso debido a que cuando el gobierno se dio cuenta del potencial del juego para comercializarlo y sacaron a los creadores del proyecto, estos no pudieron terminarlo. Tetris no tiene fin y no se puede ganar, sólo avanzar.

La enfermedad y la cura es Tetris

Cuando algo llega a ser tan popular la gente comienza a describirlo como “adictivo”, algo que no pueden dejar de hacer y pensar. Tetris se convirtió en el primer videojuego con un grupo de adeptos y de adictos, verdaderos adictos.

Quienes pasaban demasiado tiempo frente a la pantalla jugando desarrollaban 'el efecto Tetris'. La persona comenzaba a agrupar las cosas del día a día a manera de Tetris y creaba escenarios imaginarios sobre cómo poder acomodar las piezas sin dejar espacios libres.

Otro síntoma era que justo antes de dormir, la persona veía las formas del Tetris al cerrar sus párpados, provocando insomnio, periodos breves de sueño y alucinaciones.

Se llevó a cabo un experimento para medir la influencia de Tetris en el cerebro humano al jugarlo en exceso. Se tomaron pacientes amnésicos que jugaban todo el día, antes de dormir ya habían olvidado el juego, pero a la mañana siguiente recordaban haber soñado con cuadros de colores que caían y se sobreponían entre sí.

Actualmente el sistema médico norteamericano ha implementado una terapia usando el videojuego. Se ha encontrado que en soldados que sufren de estrés postraumático disminuye el número de recuerdos traumáticos o flashbacks al jugar por un determinado número de horas.

Propaganda y perestroika

Mientras que el gobierno americano se escandalizaba con las tácticas soviéticas de adoctrinamiento y buscar adeptos al movimiento socialista, ninguno de los dos descubrió el alcance que tenía el juego como un arma de influencia.

La televisión, el cine y la música occidentales creaban un estereotipo sobre los enemigos, “los rojos”, “los bolcheviques”, “los comis”, “los rusos”. Agresivos, violentos, con un acento pesado y cubiertos con ushanka bebiendo vodka en la nieve. Sin saber que el enemigo se había apoderado de sus mentes con un simple videojuego.

El tema musical está basado en una canción popular rusa llamada Korobeiniki, sobre el amor de un joven a una muchacha antes de que él vaya a batalla. Este tema le viene a la gente en la cabeza cada vez que piensa en Tetris.

Tetris logró lo que ni Reagan ni Gorbachov pudieron hacer, reforzar las relaciones entre las dos fuerzas políticas más dominante y terminar con la Guerra Fría. Todo gracias a un rompecabezas virtual que después de treinta años sigue vigente en el colectivo tecnológico y permaneciendo como un clásico.

Correo-e: enriquecl18@hotmail.com

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