"Cría cuervos y te sacarán los ojos", sentencia el viejo refrán que bien puede aplicarse a esos políticos mexicanos que utilizan sus garras y picos para atacar a sus benefactores llámense ciudadanos, partido y correligionarios.
Lo que ha ocurrido en las últimas semanas en México, particularmente en los estados de Guerrero y México, es ilustrativo del clima de putrefacción social del sistema político al menos en esas regiones.
En Tlatlaya, Estado de México, fueron ejecutadas en julio pasado 22 personas -entre ellas una mujer-supuestamente por elementos del Ejército. Según versiones extraoficiales la acción se realizó sobre una banda de secuestradores que se había rendido ante los militares.
Más grave e incomprensible fue la desaparición y posterior asesinato con salvajismo y a mansalva de por lo menos 28 estudiantes normalistas en hechos ocurridos en el municipio de Iguala, Guerrero. Todavía están sin aparecer el resto de los 43 estudiantes que fueron secuestrados por policías locales coludidos con el crimen organizado, luego de que los agentes dispararon y mataron a varios normalistas en una manifestación de protesta.
En las últimas horas surgió la aterradora versión de que la orden para la ejecución de los jóvenes vino directamente del alcalde de Iguala, José Luis Abarca, comerciante afiliado al PRD y quien se encuentra prófugo de la justicia.
Si observamos estos dos incidentes violentos al igual que tantos otros ocurridos en los últimos años en México, caeremos en cuenta que hay un punto en donde todos concurren: la impunidad.
En el caso de Guerrero la impunidad no es ninguna novedad, se ha presentado en infinidad de sucesos como la tristemente célebre masacre de Aguas Blancas, perpetrada en 1995, en donde fue documentada la intervención de policías y del gobernador Rubén Figueroa.
Incluso la senadora perredista Dolores Padierna recordó que hace un año denunció ante la PGR al alcalde Abarca de Iguala como autor del asesinato de Arturo Hernández Cardona, dirigente local del PRD, pero la dependencia no hizo nada.
La impunidad también está presente en un buen número de los 70,000 crímenes del sexenio pasado en donde las autoridades poco o nada investigaban sobre tantos hechos de sangre. ¿Y qué decir de lo sucedido en los años recientes en Michoacán?
Ahí también la mezcla de la corrupción, el influyentismo y la impunidad han sido pavorosos. Alcaldes coludidos con el narco, un secretario de gobierno a la merced de los Caballeros Templarios además de un hijo del exgobernador Fausto Vallejo, tomando acuerdos con el jefe de jefes del crimen organizado en tierra michoacana.
En Guerrero, el gobernador perredista Ángel Aguirre Rivero está seriamente implicado en los hechos de Iguala al haber tolerado la actuación de un alcalde prepotente y veleidoso. Era un secreto a voces que la gestión de Abarca caería en cualquier momento en crisis, aunque nadie imaginó que sería de tal magnitud.
Por todo ello no es casualidad que estudiantes agredieran al llamado líder moral del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, en una protesta del Distrito Federal. Francamente a estas alturas al ingeniero Cárdenas debería darle vergüenza ser perredista luego de tantas tropelías y abusos de sus correligionarios. ¿Alguien recuerda la danza de maletines de los líderes perredistas?
Ante la complejidad de los hechos, el gobierno de Enrique Peña Nieto está obligado a poner orden y aplicar todo el peso de la ley en la masacre de Iguala, pero también en la ejecución masiva de Tlatlaya, estado de México.
Lo dijo el director de la respetable organización Human Rights Watch, José Miguel Vivanco al referirse a Iguala: "Es el asunto más grave que ha ocurrido en México en materia de derechos humanos desde la matanza de Tlatelolco en 1968".
Esperamos que en esta ocasión no le tiemblen la mano ni las piernas al gobierno federal a la hora de poner en su lugar a tantos cuervos impunes que vuelan incesantes sobre México.
APUNTE FINAL
Enorme revuelo provocó la recomendación de expertos de la ONU al solicitar al gobierno mexicano asumir la atención de los discapacitados y no entregar recursos a la organización privada Teletón… Todavía más criticaron a la fundación por "promover estereotipos de las personas con discapacidad como sujetos de caridad"… Seguramente pronto escucharemos la postura de Teletón y su creador Televisa.
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