TRAS perder la serie contra los Medias Blancas de Chicago en Los Ángeles por dos juegos a uno, el manager de los Dodgers, Don Mattingly, dijo dos cosas sobre su equipo: "En primer lugar no somos tan buenos como la gente cree y al equipo le ha faltado 'química'".
Por falta de química se entiende que no ha tenido el juego de conjunto ni hay armonía de los jugadores para tener la confianza en que van a ganar cada juego al saltar al terreno. Como Dodgers es el equipo de nómina más alta en Grandes Ligas, el que Mattingly haya dicho que "no somos tan buenos como la gente cree" es un golpe fuerte para la directiva que armó a este equipo tan caro pensando que iba a ser el mejor de todos.
Al perder los dos primeros juegos de la serie en Torreón para terminar con una racha de seis victorias seguidas los Diablos Rojos podrían encajar en las palabras de Mattingly de que no son tan buenos todavía y no hay química. Es el año de "únete a la renovación" pero los equipos veteranos de los últimos años adolecieron de la misma inconsistencia del actual. Cuando entraban en una buena racha y se pensaba que ya iban sobre rieles entonces entraban en otra mala racha para temporadas de montaña rusa, arriba a veces y otras abajo.
El miércoles falló el pitcheo rojo aunque dos buenas noticias es que Japhet Amador salió del letargo ofensivo al batear de 4-4 y Emanuel Ávila dio de jonrón. En esos juegos en Torreón, con un Parque Revolución que es bueno para los bateadores, falló el pitcheo.
Los Dodgers se han atrasado en el standing respecto a su gran rival, Gigantes de San Francisco, y al igual que el año pasado ya comenzaron las críticas al manager del equipo angelino.
Al traer de Boston a los tres jugadores de sueldos millonarios el equipo se volvió uno con exceso de equipaje y cuando llegó Yasiel Puig para convertirse en la sensación bateadora ya el club llevaba más maletas que María Félix en sus constantes viajes. Se hizo patente el exceso en los jardines y resulta que Matt Kemp no ha recuperado su cartel de gran estrella después de las lesiones que ha tenido, mientras la estrella de Ethier se apagó pronto.
Se puede pagar mucho dinero y ser el equipo de nómina mayor pero eso no significa que se va ganar y los Yanquis lo saben bien por lo que les ha sucedido seguido. De repente los jugadores millonarios ya no sirven al ser alcanzados por la edad y por las lesiones para que sea validero aquel dicho que nos dice que "no todo lo que relumbra es oro".
Es el triunfo de la "química" sobre el dinero.