Al ver que los Naranjeros de Hermosillo no han levantado al quitar a Matías Carrillo y poner a Lino Rivera se fortalece la idea de que en la temporada pasada crearon un monstruo al poder reforzarse dos veces en los playoffs y luego con muchos más peloteros en la Serie del Caribe para conquistar el campeonato en el Pacífico y la serie internacional. Se vio claramente en esa serie en Isla Margarita que casi no había titulares de los Naranjeros en un clásico ganado gracias a los refuerzos de otros equipos.
Terminó la primera vuelta en la temporada invernal y los Naranjeros sólo lograron 3.5 puntos por un séptimo lugar solamente arriba los sotaneros Mayos de Navojoa. Curiosamente estos dos equipos estuvieron en la final de la campaña anterior. Eso de permitir refuerzos, que tanto le quita respeto a la liga y personalidad a los equipos, es una mala idea, una aventura hacia un mundo que no es real en lo que respecta a la temporada completa. Eso de los refuerzos es la mayor ofensa a la tradición que por tantas décadas presumió el beisbol pero que en la pelota invernal de todas las ligas, menos en la cubana me imagino, permiten refuerzos de hasta de jugadores de las otras ligas que también van a la Serie del Caribe. Se convierte en un tianguis total en aras de conquistar la corona pero Juan Manuel Ley siempre ha considerado que permitir refuerzos en los playoffs es algo que mucho le gusta al público y al aficionado hay que darle lo que pida.
En el último juego de la primera mitad en Guadalajara, Japhet Amador conectó su décimo cuadrangular de la campaña, lo cual son buenas noticias para los Diablos Rojos y veremos si con su buen 2014 lo invitan otra vez al entrenamiento los Astros de Houston.
También en el último encuentro de los Charros, que terminaron en segundo lugar con siete puntos y Ciudad Obregón en primero con ocho, le dieron oportunidad de jugar a Fernando Valenzuela junior y finalmente salió de un slump de dos temporadas al batear de 3-3 con su primer jonrón. Hace un año lo tuvieron los Venados de Mazatlán y después de dar cuadrangular en su primer partido entró en un terrible slump que le costó la baja. Ojalá este juego perfecto ofensivo en la despedida de la primera vuelta lo ayude a tener una buena segunda mitad. La nueva casa de los Charros se ha demostrado que es buena para la mayoría de los bateadores, aunque el tan consistente Eduardo Arredondo del equipo tapatío esté con un porcentaje debajo de los .200. En el bateo y en el pitcheo, por lo menos 50 por ciento es mental.
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