Mayor diálogo. Rebeldes prorrusos no han soltado las armas a pesar de que existe un mayor diálogo. (EFE)
Moscú y Kiev se comprometieron ayer a trabajar juntos por lograr un nuevo alto el fuego, respetado por ambas partes y bajo la supervisión de la OSCE, en medio de una iniciativa diplomática lanzada desde Alemania para contener la explosiva situación en el sureste de Ucrania.
Este fue el resultado de la reunión, fuera de agenda, impulsada por el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, y con asistencia de sus homólogos ruso, Serguéi Lavrov, y ucraniano, Pavlo Klimkin, así como del francés Laurent Fabius.
Los cuatro ministros rehuyeron todo triunfalismo y admitieron que quedan muchos pasos por dar y muchos flecos pendientes, incluso hasta conseguir el que sería el primer punto visible de la iniciativa: el inicio de conversaciones destinadas a lograr un alto el fuego duradero, a más tardar el sábado.
"Hemos conseguido este acuerdo ante la situación explosiva que se vive en Ucrania", afirmó el anfitrión Steinmeier, en una comparecencia junto a sus tres homólogos, tras una reunión que se confirmó el mismo martes por la noche y a la luz de la ofensiva lanzada por Kiev tras dar por terminado el alto el fuego.
Hasta que se materialice esa tregua "será preciso dar muchos pasos aún", insistió Steinmeier, para reconocer que, pese al diálogo constructivo logrado a escala de los diplomáticos, esa cita no iba a ser "la solución a todos los problemas".
Lavrov, por su parte, destacó los "dramáticos acontecimientos ocurridos" los dos días pasados, en alusión a la ofensiva de Ucrania en el sureste del país y como elemento determinante para responder de inmediato a la iniciativa alemana.