Una acción mala siempre lo será, aunque todos la practiquen y que por decreto alguien la quiera convertir en "cultura".
La quinta centuria antes de Cristo, fue llamada "El siglo de oro de Pericles", durante él se dieron en Atenas grandes avances, lo mismo sociales en democracia y riqueza popular. Este gobernante logró consolidar la supremacía del Ática sobre el resto de Grecia; consolidó la educación en todos sus aspectos y enseñoreó la ciudad embelleciéndola con monumentos y grandes edificaciones como la Acrópolis y el Partenón; justo esto será el problema de transparencia: Pericles fue varias veces acusado de malos manejos de recursos públicos, pero su gran oratoria lo salvó en más de una ocasión, mas finalmente llegó a una situación indefendible de su dudoso manejo y fue exigido a transparentar los gastos, mismos que provenían de la Liga de Delos y que habían sido usados indebidamente en los monumentales edificios, entonces, gracias al consejo de su sobrino Alcibíades, quien le propone que para no rendir cuentas al pueblo ateniense, se busque un medio espectacular; encontrándolo el estadista en realizar la Guerra del Peloponeso, misma que llevó a Pericles a la muerte y a Atenas a su destrucción y fin de su dominio helénico.
La última experiencia que yo conozco de problemática de transparencia ocurrió en los Estados Unidos de América en 1972, bajo el mandato de Richard Nixon, político que había batallado para llegar a la presidencia de esa nación; (en 1960 había perdido la presidencia frente a John F. Kennedy) obteniéndola finalmente en 1968 y siendo reelecto 4 años más tarde; pero el 9 de agosto de 1974 tuvo que renunciar al ejecutivo de su país, el más poderoso del mundo, por problemas políticos que se complicaron gracias la transparencia existente en ese país. Esto ocurrió durante el famoso e histórico escándalo de Watergate; una investigación periodística demostró un allanamiento a la sede del partido Demócrata (contrario a Nixon); se trataba de un bien planeado espionaje con motivo de la reelección presidencial de 1972; involucrados en ella se encontraban varios asesores del candidato republicano; además se reveló que Nixon tenía un sistema de grabación de cintas magnéticas en sus oficinas y que había grabado una gran cantidad de conversaciones. Estas cintas mostraron que él había obstruido a la justicia e intentado tapar el robo. Estas conversaciones grabadas serían conocidas como "The Smoking Gun" (la pistola humeante). La suprema Corte de los Estados Unidos decidió de forma unánime que Nixon debía entregar las cintas; (transparencia en todos los sentidos). Con la certeza de una acusación de parte de la Cámara de representantes y de una condena en el Senado, Nixon dimitió a la presidencia. Así se convirtió así en el único presidente norteamericano que ha renunciado al cargo. La prensa norteamericana jugó un gran papel y evitó que gracias, a una acción de transparencia gubernamental, esta acción quedara impune.
En una democracia a la "Cuasimodo" donde el que pierde gana por los votos paleros de partidos ominosos, suponer la existencia de una transparencia reconocida por los poderes del estado es impensable, el juego de intereses es tan grande que se protegen unos a otros, si el legislativo es comparsa del ejecutivo, no habrá persecución constitucional, como sucede con la deuda de Coahuila, hoy prácticamente inexistente salvo en nuestros bolsillos, pero si además el poder judicial que podría ser la contra de la balanza a través de las controversias constitucionales abriga, protege y hasta tutela al ejecutivo, la impunidad se impone sobre la claridad y sólo la opacidad cubre con su negro velo las acciones gubernativas y a los funcionarios.
Es importante destacar que la sociedad civil debe ser responsable en materia de acceso a la información gubernamental, es decir, debe exigir que ésta exista; debe mostrar un interés consciente y debe ejercerlo de manera responsable, de tal forma que genere una atmósfera de claridad y confianza en los actos y hechos del gobierno; certidumbre que permita crear compromisos entre los actores sociales para beneficio de la comunidad. Una comunicación eficaz y acertada permite un acercamiento de fuerzas colectivas y estimulante del crecimiento social.
Quisiera creer que este hoy famoso "Consejo Municipal de Transparencia y Cuentas Públicas de Torreón", mismo que no debería tener razón de existir, según declaración del presidente municipal Miguel Ángel Riquelme el 23 de julio pasado, quien asegura que en Torreón hay transparencia absoluta y cero opacidad, que los críticos solamente lo que buscan es "espectacularidad", entonces ¿para que crearlo?, pero en fin, ya se formó; esperamos que esté realmente integrado por ciudadanos distinguidos y no por "idiotas útiles"; que lo que se busca con él es "estrechar lazos de honestidad pueblo-gobierno municipal", pero hay luces rojas; alertas que testimonian que no todo son peras en dulce, existen dudas muy serias acerca de alguno de sus integrantes (singularizo para no ofender mucho); sin embargo, lo que no está claro y debe precisarse es ¿cómo se decidió integrar este comité y quién decidió su gobierno interno o cómo se nombró el mismo?
Una pregunta esencial es: ¿cuál es la capacidad de este comité?; ¿qué sentido social, económico y humano tiene el mismo?; ¿hará efectivo el derecho que ofrece el artículo sexto de la Constitución federal? Se podrá, por ejemplo conocer toda la información de la concesión de alumbrado público de Torreón, desde su licitación hasta los elementos contables, técnicos y urbanísticos que permitieron la designación de la empresa beneficiada; eso no puede estar reservado ya que es de interés público y no afecta la seguridad nacional, por ello debe haber completa disponibilidad para dicho comité y éste no excederá sus atribuciones si publica dicha información, sino que más bien, cumplirá con ellas. De esta manera, el estado de derecho que tanto se pregona, crecerá y se fortalecerá.
La falta de transparencia permite, solapa y hasta promueve la corrupción; lo curioso del caso en México es que esa peculiaridad se transfiere al resto del país en todos su órdenes; habiéndose forjado una serie de instituciones legales sobre el tema (Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental; Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y en cada estado y municipio una calca deforme de los mismos), no haya habido realmente avances en este campo, seguramente es porque sólo unos pocos "ilusos" casi "locos" han querido "volar igual que las gaviotas, libres en el aíre…" y entonces las autoridades los deberán vestir de cordura y los ignorarán, sabiendo que la negativa oficial a entregar información no causara problema alguno, al fin y al cabo, las autoridades judiciales son sus cómplices tanto en intereses como en ocultamientos de sus propias culpas.
Transparencia en Torreón: ¿Veremos?..