Trasplante de cabello

Este método se utiliza para tratar los casos de calvicie hereditaria, aunque es importante considerar que no todas las personas con este problema son candidatas al procedimiento.

El cabello tiene importantes implicaciones sociales en hombres y mujeres. Hay muchas causas detrás de su pérdida, tales como enfermedad, deficiencia nutricional, desequilibrio hormonal y estrés.

El trasplante de cabello consiste en extraer unidades foliculares de las partes laterales y trasera de la cabeza, donde los folículos permanecen de por vida, y se colocan en la parte superior, donde regularmente comienza la pérdida del cabello en los casos de calvicie hereditaria. Recuperar la proporción facial es el principal objetivo de este tipo de trasplante, ya que ésta se pierde conforme el cabello se cae, fenómeno que tiende a incrementarse con el paso del tiempo.

PROCEDIMIENTO

El trasplante de cabello puede mejorar significativamente la apariencia y confianza en pacientes que se estén quedando calvos. Sin embargo, es importante mencionar que este procedimiento no es capaz de crear cabello nuevo; lo único que hace es trasladar el cabello existente a las áreas donde hay calvicie.

Algunas técnicas de implante capilar son más dolorosas que otras, y el malestar del paciente y grado de recuperación depende de ello. Existen dos tipos básicos de trasplantes capilares:

1.- Parte de la extracción de una tira de piel con cabello proveniente de la parte posterior de la cabeza, la cual es diseccionada para obtener unidades foliculares para ser trasplantadas en las zonas calvas. El postoperatorio es doloroso y puede dejar cicatriz, debido a que en la extracción se seccionan además de la piel, nervios y vasos sanguíneos.

2.- La más reciente y adecuada, porque no queda ningún signo visible del trasplante, es el método FUE (en inglés, Follicular Unit Extraction o Extracción Individual de Folículos). Esta técnica consiste en extraer directamente la unidad folicular de la zona donante, sin dejar marca alguna, para luego insertarla seguidamente en la zona despoblada.

Con el uso de anestésico local, el cirujano utiliza hojas muy pequeñas tipo bayoneta o agujas muy finas, a fin de crear los orificios receptores donde se plantarán las unidades foliculares. Regularmente, un equipo de asistentes realiza esta última fase, utilizando como equipo lupas de aumento y pinzas o fórceps.

NO TODOS SON CANDIDATOS

Pese a que algunas personas conservan cabello a los lados y en la parte posterior de la cabeza, esto no quiere decir que el procedimiento sea del todo exitoso. Muchas veces, el paciente no es consciente de esta realidad, por lo que es importante que el médico tenga la capacidad de hacerle ver las expectativas que se pueden alcanzar, de acuerdo a la superficie a cubrir y la zona donante con la que se dispone.

No todas las personas son candidatas para realizarse un injerto o trasplante de cabello. El problema es que tampoco muchos especialistas lo dicen. Para evitarse desagradables sorpresas y posibles frustraciones, lo mejor es consultar a un dermatólogo, quien recomendará el mejor tratamiento, de acuerdo a las características y necesidades de cada individuo.

Toda persona debe ser evaluada individualmente por el cirujano antes de tomar una determinación de este tipo, pues el trasplante es la última fase de un tratamiento médico. Existen algunos criterios básicos por los que las personas no son necesariamente candidatas a tener un trasplante de cabello:

Por edad: pacientes jóvenes (de 18 a 25 años) no son buenos candidatos porque la pérdida capilar apenas ha comenzado y seguirá progresando en el futuro. Hacer un trasplante demasiado pronto puede llevar a una mala distribución del cabello, ya que el cirujano nunca podrá saber exactamente cuánta cantidad perderá en los siguientes años.

Por sexo: la distribución de la calvicie en hombres y mujeres es diferente. En el varón, las áreas alopécicas son más localizadas que en la mujer, donde la distribución es más difusa en toda la cabeza.

La mayoría de los hombres son buenos candidatos, excepto aquellos con cabello fino difuso. En contraste, las mujeres no suelen serlo, salvo en los casos con pérdida en áreas bien localizadas.

RIESGOS

Como cualquier procedimiento quirúrgico, los riesgos que enfrenta una persona que se somete al trasplante de cabello son sufrir sangrado e infección. También, pueden presentarse dificultades para la cicatrización y crecimiento de mechones con apariencia antinatural.

Quienes recurren a esta operación deben contar con un buen estado de salud, de lo contrario, la cirugía puede ser insegura y poco exitosa. Después del implante, el cuero cabelludo queda muy sensible; en este caso, el paciente debe recibir medicamentos para controlar el dolor.

En la mayoría de los casos, los trasplantes de cabello dan excelentes resultados al cabo de varios meses después de la cirugía. Después del procedimiento, se recomienda una sesión o más de tratamiento para lograr mejores resultados.

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