En la arena brasileña, Raúl Jiménez y Diego Reyes se dieron el lujo de realizar acrobacias con el esférico. (Jam Media)
Algunos jugadores de la Selección Mexicana aprovecharon el día libre que recibieron para caminar por las playas de Santos, donde sostuvieron una "cascarita" que incluyó la participación de dos chicos brasileños.
Javier Hernández, Héctor Herrera, Marco Fabián, Raúl Jiménez, Alan Pulido, Diego Reyes, Isaac Brizuela y Miguel Ponce se relajaron un poco antes de reiniciar la concentración esta noche.
La Selección regresará a la cancha el próximo 23 de junio para disputar su último partido de la fase de grupos contra Croacia en la arena Pernambuco en la ciudad de Recife.
CALIFICACIÓN A LA VISTA
Igualar con Croacia les bastará para garantizar su presencia dentro de los octavos de final por sexta Copa del Mundo consecutiva, pero la ley del mínimo esfuerzo está prohibida en el Tricolor de Miguel Herrera.
Es por eso que sus futbolistas le tiran a lo más grande y advierten que pelearán por clasificar como líderes del Grupo A.
Con una jornada por disputar, las selecciones de Brasil y México tienen los mismos puntos (cuatro), aunque la diferencia de goles del Scratch du Oro (+2) es superior a la de los verdes (+1). No hay de otra más que buscar vencer a los europeos y que Camerún dé la sorpresa ante el local.
"Si estamos aspirando a lo más alto, obviamente que lo más importante es tratar de pasar en primer lugar", sentencia Javier Hernández. "Queremos eso y ojalá se pueda dar".
De las anteriores cinco clasificaciones a la ronda de los 16, el representativo nacional lo hizo como segundo de su sector tres veces. Sólo fue puntero en Estados Unidos 1994 y Corea del Sur-Japón 2002.
Viajaron al gigante sudamericano con la certeza de que competirían en un grupo sui géneris, porque la realidad es que habría un boleto disponible para tres combinados. El pentacampeón del mundo lucía como claro ganador.
El panorama cambió, gracias al histórico empate obtenido sobre el césped del estadio Castelao. Las matemáticas aún les ofrecen la posibilidad de cimbrar todo el cuadro de las rondas a eliminación directa, si envían al anfitrión como sublíder.
Posibilidad que, según el lateral izquierdo Miguel Layún, "está a la mano. Sabemos que Brasil tiene muchas probabilidades de ganar su siguiente partido [ante los Leones Indomables]", pero tenemos que hacer lo nuestro, buscar sacar los tres puntos y esperar el resultado para intentar quedar líderes".
Es cierto que controlan su destino, pero Andrés Guardado no olvida que las posibilidades todavía son muy amplias. Ganar podría dejarlos como los mejores del primer sector, pero una caída ensombrecería un panorama que hoy luce claro hacia la siguiente etapa.
"Si nos relajamos, podemos quedar fuera", recuerda "El Principito". "Hay que ir con la mentalidad de ganar, por los tres puntos, y ¿por qué no?, el liderato del grupo, que también está ahí a la mano".
"Hoy en día, estamos en igualdad de circunstancias que Brasil. A lo mejor, ellos en este momento [lideran] por mejor diferencia de goles, pero si seguimos así y conseguimos un buen resultado en el último partido, por ahí podemos acabar primeros".
Corona aplaude atajadas
Ahí, en la lúgubre banca, José de Jesús Corona hizo a un lado el dolor profesional. Sí, también él aplaudió las atajadas de Guillermo Ochoa, ese hombre de ensortijada cabellera que le ganó la carrera por la titularidad en el marco tricolor.
El portero del Cruz Azul rechaza sentir celos por el chico que hoy acapara reflectores. Sabe que el héroe bien podría ser él, pero toma con calma la situación.
"Me da gusto que haya tenido estas actuaciones", asegura. "Desde el momento que Miguel [Herrera] se decidió por él... Habíamos hablado antes que íbamos a tener el respaldo y estábamos plenamente seguros de que, estuviera quien fuera, iba a estar bien resguardado el arco".
"Ha tenido dos buenas actuaciones, pero la verdad es que contra Brasil estuvo bastante bien, con tres o cuatro intervenciones que mantuvieron el cero y fueron importantísimas para nosotros", agregó.
Tras el silbatazo final del árbitro turco Cüneyt Cakir, muchos futbolistas del Tricolor corrieron a abrazar al ex guardameta del América y del Ajaccio, quien evitó la caída ante el Scratch du Oro con un póquer de atajadas providenciales.