Nos preguntamos si estará podrida hasta el tuétano la sociedad mexicana, pues de otra manera no se explica cómo es que a cada paso que se da surgen forúnculos infecciosos que producen estremecimientos de dolor con calenturas que parece va a hacer tronar el tejido social del que ahora formamos parte los que nos llamamos mexicanos. Esta misma semana fue detenido el alcalde de Iguala que se encontraba escondido junto a su esposa mientras murmuraba que no merecía ese cruel destino pues él lo único que hizo fue dar la orden de que los estudiantes recibieran un escarmiento.
El gobierno realiza esfuerzos por encontrar a los 43 estudiantes desaparecidos, pero a su pesar no se cuenta con información fidedigna que conduzca a la localización de los estudiantes desaparecidos, Se dice que hay 115 centros educativos en paro en todo el país lo que ha dado lugar a que las protestas arrecien en varios países del mundo que se dan cuenta que no avanzan los esfuerzos para ubicar el paradero de los normalistas. Mientras resultan falsas las pistas que se dan a conocer sobre la posibilidad de encontrar a los autores de la desaparición en espera de que digan donde se encuentran los estudiantes normalistas de Ayotzinapa. La preocupación, ante lo que está sucediendo es que se pueda decir que somos un pueblo en verdad mágico donde es posible desaparezcan personas sin dejar huella.
Eso crea un estado de zozobra social que sólo puede extinguirse si se encuentra el hilo de porqué y cómo se desvanecieron en el aire como si una fuerza oculta se los hubiera llevado provocando su desintegración de tal forma que ahí están, pero nadie los ve. De otra manera los mismos estudiantes perdidos ya hubieran encontrado la manera de hacerse notar a menos que estén sumergidos en un apacible sueño del que no puedan despertar. A menos que no se quiera encontrarlos. Son muchas las preguntas que han surgido después de la detención de los esposos Abarca. Se dice que hay indicios de que los estudiantes estén vivos. Lo dijo Rogelio Ortega, actual gobernador interino de Guerrero. O es tan inocente o sabe algo que ignoramos los demás.
Las cosas no lucen bien para quienes hacen esfuerzos para conservar la calma. Ya los encontraremos tarde o temprano. Aunque en el paroxismo del dolor los padres de los estudiantes manifestaron "no vamos a permitir que nos digan que nuestros hijos están muertos". Me pregunto ¿qué llevó a esto?, el gobierno ha hecho todo lo que está a su alcance. Quizá quienes no se dan cuenta de que su desesperación nos puede llevar, como país, a consecuencias inimaginables. Guardemos la calma. Hay de caminos a caminos. Esperemos lo peor, pero no perdamos de vista que navegamos en un mismo barco, que si se hunde nos puede llevar a un remolino de pasiones.
