Como un auténtico tesoro de su trayectoria en el Maratón Lala, don Pedro conserva las 25 medallas ganadas en cada una de las ediciones y sus respectivos diplomas.
Una auténtica leyenda viviente del Maratón Lala es don Pedro Flores Ávila, quien es hoy en día uno de los pocos laguneros que han corrido las 25 ediciones de esta tradicional competencia, que año con año se convierte en la gran fiesta a nivel regional, la cual contagia a propios y extraños.
A escasos dos meses de cumplir 70 años de vida, este deportista afirma tener más de 30 años como atleta, muchos de ellos con experiencia en la prueba de maratón, situación que lo convierte en un auténtico hombre de acero, quien en múltiples ocasiones ha logrado alcanzar la meta de esta agotadora prueba.
Recuerda don Pedro con gran nostalgia su gusto por el futbol y el placer que le producía el ejercicio, siendo así que algunos de sus amigos y compañeros le sugirieron correr, algo que en un principio no le llamaba tanto la atención, pero que al paso del tiempo se ha convertido en su gran pasión, al darse cuenta que los límites en el camino se los pone el propio atleta.
"Hace más de 30 años yo iba a dejar a mis hijas al Colegio La Paz y entonces empecé a correr en el Bosque Venustiano Carranza, primero una vuelta y poco a poco, sin darme cuenta, la cantidad fue en aumento, hasta que correr se convirtió en una sana costumbre, ya incluso en competencias de 5 y 10 kilómetros''.
A la fecha, Pedro Flores suma 35 maratones en su trayectoria como atleta, compitiendo en pruebas efectuadas en León, Distrito Federal, Monterrey, San Luis Potosí y la Comarca Lagunera, donde cuenta las 25 ediciones del Maratón Lala, aunque antes de esta prueba fue parte de varias ediciones del Maratón 'Corre por tu Vida', organizado por Esteban Méndez y la señora Martha Trujillo de Méndez, además del Maratón de La Laguna, a cargo del señor Alfonso Montellano.
Mucho tiempo atrás, a sus 22 años, recuerda haber tenido la oportunidad de probar suerte en el atletismo, conservando como recuerdo una fotografía en la cual aparece durante la competencia de relevos realizada con motivo de la inauguración del bulevar González de la Vega en Gómez Palacio.
De acuerdo a los datos registrados, su mejor tiempo en la prueba de maratón ha sido de 2 horas, 56 minutos y 53 segundos, ello durante la edición de 1995, mientras que su tiempo más alto es de 4 horas y 05 segundos, en la edición de 2007, tras sufrir una luxación de rodilla durante su entrenamiento, de la cual no logró recuperarse a tiempo.
Como un auténtico tesoro de su trayectoria en el Maratón Lala, don Pedro conserva las 25 medallas ganadas en cada una de las ediciones, sus respectivos diplomas en las que han quedado impresos los tiempos realizados, además de 10 playeras, sin dejar de lado una amplia galería fotográfica que su esposa Adriana se ha encargado de reunir al paso de los años, la cual da cuenta de su exitoso historial en el mundo del atletismo.
'LA FAMILIA, MI PRINCIPAL APOYO'
"Mi familia me ha visto llegar 25 veces a la meta del Maratón Lala, es mi principal apoyo; al principio mi esposa Adriana y mis cuatro hijos (Adriana, Pedro, Claudia y Fernando); ahora se suman ya 13 nietos. Tengo mi propia porra, la cual me anima a seguir adelante y llegar a la meta en cada edición''.
Este decano atleta, afirma que su gusto por correr lo conserva intacto, aunque reconoce que al paso de los años las condiciones físicas han mermado, pero ni aún eso lo hacen desistir, de ahí que esté determinado a correr maratones hasta que Dios se lo permita.
"El maratón es una prueba que pone a prueba el carácter y la voluntad del atleta, varias veces me he sentido tentado a renunciar a mi objetivo, principalmente por lesiones, pero el pensar en todas las horas de entrenamiento que me han llevado hasta ahí y el saber que en la meta me espera mi familia, son motivos más que suficientes para no rendirme en el camino.
El maratonista aprende a desconectar el músculo del cerebro, sería tan fácil salirse y acercarse a las áreas de descanso y quedarse ahí, pero no, si siempre dejáramos las cosas inconclusas, no hubiera avanzado la humanidad como lo ha hecho hasta ahora''.
Destacó el atleta que cada vez que corre un maratón, el festejo en familia es obligado, algo que ya se ha hecho una bonita tradición. "El maratón nos ha unido como familia. Mi hijo Pedro me acompañó el año anterior y algunos de mis nietos ya empiezan a correr, es una emoción muy bonita ver que la tradición familiar sigue. Ser maratonista es cosa de locos; se dice que de músico, poeta y loco, todos tenemos un poco; bendita locura''.
Para don Pedro, esta será una edición por demás emotiva, ya que su participación va para su esposa Adriana, quien atraviesa por un pequeño bache en su estado de salud, de ahí que todo su esfuerzo y amor por esta prueba tenga una dedicatoria muy especial hacia la gran compañera de vida.
Luego de correr alrededor de 750 kilómetros en el último año, este atleta se dice listo para ir por su vigésima sexta medalla del maratón lagunero, seguro de que tendrá un recibimiento de héroe por parte de su familia en la línea de meta, como ha ocurrido en las anteriores 25 ediciones del certamen.