Devoción. Aunque padece una enfermedad cardíaca siempre acude al Viacrucis en Lerdo.
Lila Ayala Prado no se aguantó y le limpió la cara al joven que representó a Jesús en el Viacrucis. Dice que siente un dolor muy grande cuando lo azotan y lo insultan. Ella se limpia las lágrimas y asegura que el sufrimiento del hijo de Dios fue un acto de amor.
"Yo le pido perdón por mis pecados, perdón. Es que todo esto me llega al alma, me llega al corazón".
Con la imagen del Divino Niño, en las manos, Lila dice que la fe que siente la ayuda a salir adelante de sus enfermedades y la llena de alegría.
Desde que era una niña sus padres la llevaban a la representación del Viacrucis en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús. Tendría cinco o seis años y en aquella ocasión les gritó "ya déjenlo, no lo maten asesinos" y se echó a llorar.
"Dicen que corrí y me colgaba de los que lo estaban torturando, les decía que por favor 'no lo maten', y yo lloraba y lloraba. Desde entonces yo siento esto, siendo tan pecadora"
Han sido años de asistir al Viacrucis con sus hijos y nietos. Este año acudió sola y aunque una enfermedad cardiaca le impide ir hasta el "cerrito" no quiso dejar de ver la escenificación que siempre la conmueve. "Venía con mi familia, pero ahora me vine sola, como estoy mala del corazón", dijo.
Fe
Doña Lila Ayala es creyente del Divino Niño, asegura que es muy milagroso y todas las tardes le reza en su casa. Dice que siempre la ha ayudado en su vida.