Unas breves vacaciones
Los estudiantes de Europa están de vacaciones desde fines de mayo. Los de Estados Unidos y Canadá desde principios de junio. Unos y otros regresarán a clases en la primera semana de septiembre. En Inglaterra las universidades no reanudan actividades hasta octubre.
En México, sin embargo, las escuelas reguladas por la SEP concluyeron cursos el 15 de julio y reanudarán actividades el próximo 18 de agosto. Apenas unos días más de un mes es lo que descansan los estudiantes en nuestro país, en contraste con tres meses o más en otros países del mundo.
Si la calidad de la educación se midiera por el número oficial de días de clase, México estaría en la vanguardia del mundo. Pero no. Los exámenes comparativos internacionales señalan que la calidad de la educación en nuestro país es muy inferior a la que existe en países que tienen tres meses de vacaciones.
Es verdad que en el papel parecería que México tiene más tiempo-aula que cualquier país, pero bien sabemos que la realidad es otra. Para empezar, los días de clase en México son mucho más cortos que los de otras naciones. Aquí las clases duran cuatro horas al día. En Europa y Estados Unidos son seis horas y en China y otros países de Asia se llega a ocho.
Pero además en México las interrupciones son constantes. Cada último viernes de mes, por ejemplo, se suspenden las clases para llevar a cabo reuniones de maestros que en otros países se llevan a cabo después de concluido el horario normal de clases. Los sindicatos suspenden clases constantemente para llevar a cabo reuniones gremiales, asambleas, manifestaciones y plantones.
Y aun así parecería que la duración del calendario escolar es exagerada. En las primeras semanas de julio, si bien las escuelas están formalmente abiertas, realmente los maestros ya no dan clases. Argumentan que ya se ha cubierto el programa de estudios. Lo único que se busca es completar el requisito burocrático de tener la escuela abierta un determinado número de días cada curso escolar.
La información disponible sugiere que tener un calendario escolar exageradamente largo no ayuda a mejorar la calidad de la educación. Quizá incluso sea un obstáculo. Los especialistas en el aprendizaje señalan la importancia de tener un tiempo de ocio que permita pensar, reflexionar y leer con libertad. Este ocio es el que permite el surgimiento de las ideas que al final transforman al mundo.
México debería considerar la experiencia internacional y alargar las vacaciones de verano. Si se quiere compensar, debería aumentarse la extensión de la jornada escolar. Pero la calidad de la educación no depende realmente del número de horas que los niños se vean obligados a estar en las aulas. La calidad del maestro es el factor más importante en la calidad de la educación. Pero esta se define en la contratación, en los cursos de actualización y en los incentivos para mejorar que haya en la carrera magisterial. El tiempo de aula poco o nada tiene que ver.