Vamos a la Luna

Alístate para ser "lanzado" desde el Centro Espacial Kennedy. Esta misión incluye un encuentro cara a cara con el único astronauta que ha orbitado la tierra siete veces.

La tripulación está completa. Ten, nine, eight… El capitán Charles Bolden, que voló en el transbordador espacial Discovery, dicta las últimas instrucciones: cinturones bien amarrados y las manos sujetando los barandales a un costado del asiento. Seven, six, five, four… las luces se apagan y en la pantalla se ve el transbordador sobre la plataforma de lanzamiento. Three, two, one… ¡Despegamos!

El acelerado viaje de 28 mil 164 km/hr hace que las mejillas tiemblen como gelatina. La presión que se siente en todo el cuerpo deja casi inmóvil. El transbordador está completamente en posición vertical. En la pantalla, se ve la nube blanca que van dejando los cohetes. El estruendo es potente, así como la vibración. A los dos minutos, los dos cohetes blancos aceleradores se desprenden. Y en el minuto 8.5 se suelta el tanque naranja, que lleva hidrógeno y oxígeno líquidos como combustible.

El silencio se apodera de la atmósfera. El transbordador está en órbita y flotando, ha recuperado su posición horizontal.

En el techo, se abre una bóveda para que se pueda observar el manto estelar; da un giro y ahí está la Tierra.

Gracias al Shuttle Launch, se experimentan las imágenes, sonidos, sensaciones y tiempos reales que se viven durante un lanzamiento espacial. El simulador está dentro del Complejo para Visitantes del Centro Espacial Kennedy, comandado por la NASA, en Titusville, aproximadamente, a 45 minutos de Orlando, Florida.

En 1989, el astronauta Jon McBride tuvo su última expedición, pero presume de ser el único que ha orbitado la Tierra siete veces. Su primer viaje al espacio lo compara con la felicidad de ser padre. Su rostro se transforma cuando recuerda el entrenamiento que ofreció a los tripulantes del transbordador Challenger, que perdieron la vida a los 73 segundos de haber despegado, en 1986.

La charla no es exclusiva, es con más de 100 personas, la mayoría niños, que han pagado su boleto para tener una comida con aquel héroe espacial. El encuentro incluye foto y autógrafo.

Cohete o transbordador

Al salir del salón de conferencias, se alzan cohetes históricos en una explanada al aire libre que llevaron por primera vez a los astronautas y satélites estadounidenses al espacio. El área se llama Rocket Garden. Aquí se aprende a diferenciar un cohete de un transbordador.

Los cohetes llevaban a la tripulación en una cápsula y ésta era la única en regresar a la Tierra. La NASA fabricaba entre tres y cinco modelos iguales de cohetes, pero sólo uno o dos eran lanzados. Como ejemplo, se encuentra un redstone del primer programa espacial tripulado, Mercury, diseñado por los estadounidenses en respuesta a los soviéticos que instalaron el primer satélite, el Sputnik 1. Para lanzarlo, hicieron varias pruebas, incluso una con un chimpancé a bordo. El transbordador fue la evolución de los cohetes tripulados en 1981.

Tardaron 12 años en diseñarlo y fue el Columbia el que realizó el primer viaje con siete tripulantes (antes eran tres astronautas). Tiene una longitud de 37 metros y regresa a la Tierra como un planeador. Por lo tanto, son reutilizables y están diseñados para emprender hasta cien misiones.

Tesoro espacial

El tour por el Centro de Visitantes tiene demasiados caminos que te llevan a un teatro IMAX con proyecciones que muestran los paisajes, las misiones y la vida de un astronauta en el negro espacio, tiendas de souvenirs, área de comida rápida y exhibiciones temporales, como la de Angry Birds, donde los más pequeños pueden cruzar un laberinto de espejos, crear su propio pájaro y comprender los beneficios de las matemáticas y la física.

Pero el camino lleva a la atracción preferida de todo el Kennedy, al transbordador Atlantis, el original.

Después de una proyección que resume sus 33 vuelos, un telón cubierto de brillos que emulan las estrellas se levanta para poner a los espectadores frente a este verdadero orbitador espacial. Está inclinado a 43.21 grados para dar una idea de cómo se veía en el espacio. Las puertas del compartimento de carga están abiertas, con el brazo robotizado extendido, como si hubiera acabado de separarse de la Estación Espacial Internacional. Su estructura tiene las cicatrices de su arduo trabajo: marcas de quemaduras y polvo espacial.

La exhibición se complementa con una réplica del Telescopio Espacial Hubble y de la Estación Espacial Internacional.

También, hay simuladores de aterrizaje y de la forma en la que viven los astronautas dentro del transbordador, desde los trajes hasta la comida; las tortillas suplen el pan, ya que las moronas siempre estaban flotando dentro de la nave.

Llévame a la Luna

Cada 15 minutos, en todo el complejo se anuncia la salida de los autobuses que llevan a un tour guiado a las plataformas de lanzamiento. Se hacen paradas en la Torre de Observación, en el Edificio de Ensamblaje de Vehículos, donde arman los transbordadores, y en el Centro de la Estación Espacial.

Las plataformas quedan a tres mil millas de distancia (4 mil 828 kilómetros) y desde ahí se observan los despegues.

Si estuvieran más cerca, el sonido mataría a cualquier ser vivo.

Incluso, antes de un lanzamiento, se emite una señal para ahuyentar la fauna local. Para una reducción mayor del ruido, hay piletas con agua debajo de cada plataforma.

Desde 2011, no han tenido un lanzamiento tripulado, el siguiente podría suceder en 2030, cuando se realice la primera misión a Marte. Para ir al planeta rojo, tardarán tres años: seis meses para ir y venir y dos años de misión.

Si el día está despejado se puede ver la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, desde ahí se lanzan versiones de cohetes militares y comerciales como Atlas y Delta.

El Centro Espacial Kennedy y Cabo están en territorios completamente diferentes y su labor es también diferente. El Kennedy es el lugar donde la NASA lleva a cabo lanzamientos y aterrizajes de transbordador espacial, y está ubicado dentro del Refugio Nacional de Flora y Fauna Silvestre de Merritt Island. Ésta es una relación entre la tecnología más avanzada del mundo y la naturaleza, pues habitan especies en peligro de extinción, como el águila calva, manatíes y más de cinco mil caimanes visibles a cualquier hora del día.

El tour concluye en el Centro Apollo. La travesía es un homenaje a los astronautas y máquinas que viajaron a la Luna. Para llegar a nuestro satélite, tardaron tres días sentados y con pañal puesto. La misión duró de tres a 11 días.

Este salón gigante conserva las cápsulas que regresaban a los astronautas cuando eran lanzados en cohetes, una tiene impactos de minimeteoritos. También, muestra un pedacito de la Luna y que puedes tocar. Es una roca negra y dura. En otra área, se cuenta la historia de los trajes espaciales y un teatro interactivo recrea la primera llegada a la Luna, a bordo del Apollo 11.

De esta forma, se realizaba la meta fijada por el presidente Kennedy en 1961, llegar a la Luna y caminar en ella. El 16 de julio de 1969, el mundo escuchó a Neil Armstrong anunciar en voz baja "Houston, aquí Tranquility Base. Eagle ha alunizado".

Unas horas más tarde, Armstrong se convirtió en el primer hombre en realizar una caminata en la Luna. A partir de entonces, se emprendieron otros cinco viajes.

La estrella que cierra esta visita al Centro Espacial es el Saturno V.

Guía del viajero

Cómo llegar

Algunas aerolíneas ofrecen vuelos redondos a Orlando desde 376 dólares, impuestos incluidos.

Cómo moverte

Renta un auto desde el aeropuerto de Orlando.

El buscador www.kayak.com tiene opciones desde 20 dólares por día. El Centro Espacial Kennedy se localiza en la ciudad de Titusville, a 45 minutos de Orlando.

Dónde dormir

Si piensas visitar otros parques, lo mejor será pernoctar en Orlando. Hay hoteles que ofrecen habitaciones desde 110 dólares para dos adultos y dos niños.

La visita

La entrada general al Centro Espacial Kennedy tiene un costo de 50 dólares para adultos y 40 para niños. Atracciones como el tour a las plataformas (90 dólares) o una comida con astronautas (56 dólares) se cobran por separado. Está abierto de 9 a 17 horas.