Venus sufre constantes daños por olas de calor espacial. (Archivo)
Las denominadas perturbaciones espaciales, también conocidas como 'anomalías de flujo de calor', podrían representar el fin del segundo planeta más cercano al sol, Venus.
El extraño fenómeno climático que ocurre en el espacio afecta gravemente al cuerpo planetario, ya que éste no posee una atmósfera que lo proteja como sí ocurre en la Tierra, de acuerdo a una investigación realizada por el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.
El científico Glyn Collinson advirtió sobre los efectos de los flujos de calor sobre Venus, "como Venus no tiene un campo magnético para protegerse, las gigantescas anomalías de flujo caliente que suceden justo encima del planeta podrían tragárselo entero", comentó el investigador para Europaprees.es.
El campo magnético es el encargado de desviar el viento solar y las anomalías de flujo de calor que llegan hasta la Tierra. En cambio, Venus sólo posee una protección, conocida como ionosfera.
La ionosfera es una capa demasiado frágil, tanto que una atípica ola de calor más grande podría terminar por acabar con el pequeño planeta.