Conforme se acerca la hora marcada de la cita con las urnas, proliferan las denuncias y acusaciones de juego sucio y mano negra entre los partidos con mayores probabilidades de triunfo. Pero más allá de las despensas con alimentos caducos que según el PAN repartió el PRI en Saltillo, o de las encuestas favorables al PAN que dice el PRI son apócrifas, corren como río las versiones sobre la compra de voto en las colonias populares en Torreón. En el caso del tricolor, los subagentes vestidos de matraqueros reportan que la cotización va de 200 a 600 pesotes pero con rigurosas condiciones. Dicen que como la gente ya no se traga el cuento de las promesas infladas priistas, mucho menos después de la megadeuda que dejó sin apoyo a miles de clientes, se está dando un efecto boomerang en el que los líderes del partido ya no confían en la promesa de voto de los ciudadanos.
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Entonces, la entrega de la ayuda, que puede ser en efectivo o en especie, se hará sólo si comprueban con una foto que votaron por el candidato del equipo. Para ello, el PRI ha repartido celulares entre los electores cautivos para que los usen al momento de que se encuentren en la soledad de la mampara. En el caso de los azules, se dice que la cotización anda entre los 100 y 500 pesotes, pero que ellos no piden foto a cambio y que les basta con que digan que sí van a votar por los candidatos de ese partido. Evidentemente el tema de la compra de voto, si bien no es nuevo, viene a enturbiar un proceso electoral de por sí confuso y con baja expectativa de participación. Porque a lo anterior hay que sumar la pléyade de partidos comparsas del PRI y su propaganda engañosa, la escasa propuesta de la mayoría de los candidatos, la orfandad de la elección, la guerra sucia, el trapecismo y travestismo político, la postulación de aspirantes que fueron diputados de la Legislatura de la Deuda y el factor Ella. A propósito de esto último, quienes se animen a “votar” por esta organización pueden llevarse una gran decepción ya que esos sufragios no serán contabilizados aparte, sino que quedarán en el apartado de votos nulos. Pero en caso de que la leyenda esté sobre la casilla de un partido específico en la boleta, ésta podría ser invalidada aunque el elector haya querido votar por el candidato y a la vez manifestarse a favor de Ella. Menudo caos el de esta elección.
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Cuentan que el ayuntamiento de Torreón que encabeza Miguel Riquelme se anda haciendo pato con sus deudas. Nuestros subagentes vestidos de recogedores de basura nos informan que la gente de la empresa concesionaria de limpieza, PASA, está rumiando corajes porque la administración municipal no quiere soltar los billetes. Y es que, si bien es cierto que hasta ahora se ha pagado puntualmente la factura de cada mes por el servicio que ofrece la empresa, ni un centavo se ha visto del adeudo que la administración de Eduardo Olmos heredó, con todo y funcionarios, a la de don Miguel. Esto a pesar de que en febrero pasado la concesionaria le perdonó los intereses del pasivo que asciende a 55 millones de pesillos que el extesorero Pablo Chávez “olvidó” pagar. El detalle es que el nuevo tesorero, Enrique Mota, ni un mensaje de Telegram les ha mandado para decirles “ya merito les vamos a pagar”. Las malas lenguas dicen que tal vez el negocio del alumbrado público que acaban de firmar los tiene demasiado ocupados... en todos los sentidos. Ante la nula respuesta, se escucha por ahí que la empresa tiene la firme intención de ejercer presión en los próximos días para que la lana comience a fluir. Los más avezados en los temas de la polaca local dicen que para que esa presión hubiera tenido mayor efecto debió hacerse durante las campañas, única época del año en la que a los priistas les interesa medio cuidar las apariencias. Una vez pasada la elección, todo queda a la suerte.
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Interesante experimento el que se gesta en la administración riquelmista con la creación del Consejo Supervisor del Alumbrado Público, luego de la controvertida concesión que otorgó el ayuntamiento a Construlita. De la misma forma que con la renovación del contrato de PASA se creó un organismo con participación de ciudadanos y empresarios y toda la cosa con el objetivo de vigilar el desempeño de la empresa para evitar incumplimientos, ahora se pretende formar un comité para observar los trabajos de modernización del sistema de luminarias de la ciudad y en general el servicio que ofrecerá Construlita. El detalle es que el consejo creado para ponerle la lupa a la concesionaria de limpieza prácticamente nunca ha funcionado, con lo que se demuestra que, por más buenos augurios y promesas con las que se impulsen algunas acciones, estas terminan por azotar en el piso del fracaso cuando la voluntad de hacer las cosas es sólo un cuento para arrullar bebés. No obstante, los riquelmistas juran y perjuran que en esta ocasión el consejo para el sistema de alumbrado sí va a funcionar porque ahora todo es diferente y, casi por arte de magia, las cosas operan de maravilla... aunque las personas encargadas de que los compromisos se cumplan sean las mismas que en la administración anterior, cuando muy pocas cosas jalaban decentemente. Tal es el caso del mismísimo director de Servicios Públicos, David Fernández, quien se ha vuelto un convencido defensor de la funcionalidad del nuevo organismo supervisor, cuando él fue uno de los responsables de que el de limpieza nomás no terminara de arrancar. Pero no sólo eso, una de las razones que llevaron al ayuntamiento a concesionar el alumbrado fue precisamente el mal estado del servicio, mismo que desde hace cuatro años se encuentra a cargo de Fernández y su subordinado, Jesús Gómez. Este experimento bien se pudiera llamar: ¿cómo lograr algo diferente haciendo lo mismo y con la misma gente?
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Como si se tratara de la Historia sin fin de Michael Ende, la Unidad Deportiva de Torreón vive un cíclico proceso de cambios y problemas en la dirección del complejo de esparcimiento más importante de la ciudad. Resulta que el patronato de la Unidad, presidido por Rubén Castillo, que entró al quite luego de que se detectaron varias travesuras en el manejo de los recursos por parte de la mesa directiva anterior, encabezada por Leonardo Navarro, sencillamente ha caído en lo mismo que se criticó, ya sea porque no se han dado cuenta o porque se hacen de la vista obesa. Nuestros subagentes vestidos de nadadores de perrito nos informan que los boletos vendidos por las mañanas en la entrada no son entregados a los usuarios pero sí revendidos a los que acuden por las tardes, con lo que una buena parte de los ingresos no son reportados a las arcas del patronato y tienen un destino incierto. Se comenta también que, luego de dos meses que entró el nuevo presidente del patronato, no ha sido entregado hasta ahora informe alguno del estado financiero de la Unidad Deportiva, la cual, todo indica, se ha vuelto a privatizar en beneficio de unos cuantos, en tanto los que la llevan son los usuarios que no saben a dónde va a parar el dinero que pagan por entrar a divertirse o practicar algún deporte.
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En donde se ha impuesto lo más parecido a un reino del terror es en la Vicefiscalía de la Laguna de Durango. Por la serie de “curiosidades” que se han presentado al interior de la dependencia, como el incremento considerable de denuncias por delitos diversos, las investigaciones que caminan a paso de tortuga de mar en la playa, la sospechosa liberación de malandrines y otras linduras por el estilo, el jefazo de la institución, Gerardo Salazar Mejorado, ha optado por aplicar una ley mordaza. Cuentan que ya habló con los agentes del Ministerio Público y los elementos investigadores para prohibirles en forma terminante hablar con los representantes de los medios de comunicación. Con esto, don Gerardo pretende aplicar la lógica del “aquí no pasa nada” pero no porque no pasen, sino porque quieren enterrarlas. Y mientras que las denuncias de robo del sufrido pueblo que acude a la Vicefiscalía van en aumento, las estadísticas oficiales ya no son dadas a conocer como antes se acostumbraba y como debe ser según un artificio que se llama ley de transparencia. A las trabas que impone el vicefiscal para hacer público lo que de por sí debe serlo, se suma la poca sensibilidad que ha mostrado frente a los delitos cometidos contra mujeres, como son las violaciones. Por cierto, cabe recordar que tuvieron que actuar las corporaciones policiales del lado lagunero de Coahuila para detener en fecha reciente al violador en serie que esparcía el terror entre la población femenina de Gómez Palacio y Lerdo.
