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Verdades y Rumores

EL AGENTE 007

Dicen que tan grande fue la sorpresa en el ayuntamiento riquelmista al ver la información de los pagos que hace la Tesorería Municipal al PRI y a su organismo operador, la Fundación Colosio, que hubo reunión en el "cuarto de guerra" para buscar la manera de maquillar el asunto. Cuentan nuestros subagentes disfrazados de sello de recibido con fecha atrasada que de forma repentina los trabajadores recibieron un machote de carta para que la llenaran con sus datos y su firma para, "voluntariamente", aceptar que se les descuente el 3.5 por ciento de su sueldo para dárselo al tricolor y su filial de cuadros y operación electoral. Con esa herramienta, la estrategia que se construyó fue para defender que las cuotas de los empleados son voluntarias y que por lo tanto no existe nada ilegal.

Pero dicen los que saben que el meollo del asunto no es que existan cuotas hacia el partido, situación que ocurre hasta en las "mejores" familias -incluida la otrora feliz del PAN- y en muchas ciudades, sino que se utilice la estructura municipal y las cuentas de la Tesorería, que controla Enrique Mota, para cobrar el dinerito que entra alegremente a las arcas priistas. Comentan que el secreto está en el concepto "descuento", que el propio don Miguel reconoció al intentar defender lo que para varios es un razonamiento endeble, y que es ahí donde podría basarse la denuncia que analizan los panistas presentar. Pero el argumento de que se trata de una aportación voluntaria se sostiene con alfileres ya que cuentan de casos de empleados que al inicio de la administración, cuando se dieron cuenta de que les llegaba su pago rasurado, reclamaron en Recursos Humanos y dijeron que ellos no querían darle nada al partido y que por favor les devolvieran la lana. Pero la respuesta fue el clásico "con la pena, pero aquí todos tienen que apoquinar". Vaya cosas que ocurren.

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A propósito de las cuotas descontadas y otras cosas curiosas que se ven en el ayuntamiento, entre la bancada panista parece a primera vista que el estirón de orejas ordenado desde la oficina de Gustavo Madero en la capirucha del esmog para que asuman ya un papel de oposición, ha empezado a surtir algún efecto. Resulta que después de meses de jalar cada quien por su cuenta, ahora sí armaron bloque para pedir que el contralor Javier Lechuga sea destituido por la poca transparencia que hay, con todo y flamante Consejo, en la administración de Riquelme. Pero versa el dicho que las apariencias engañan. Nuestros subagentes vestidos de cámaras de videovigilancia informan que la rueda de prensa convocada por Sergio Lara para arremeter contra Lechuga fue una especie de madruguete a las intenciones de la síndica Gabriela Casale de realizar otra, pero para cuestionar el pavoroso asunto de las "aportaciones". Al ver el cambio de jugada, doña Gaby se enojó tanto que hasta le llovieron fuertes reclamos a varios de sus correligionarios, entre ellos el propio Lara, coordinador de la bancada, y la regidora Verónica Soto. Será el sereno, pero el caso es que en la conferencia de los ediles azules ya nadie tocó el tema de los descuentos y una vez terminado el mitote, cada quien se fue para su cubículo. Para abonar a la desconfianza de la renovada unidad panista, el jueves circuló un correo electrónico de misteriosa cuenta en el que un "representado de miembros activos y adherentes de Acción Nacional" arremete contra el senador Luis Fernando Salazar por sus declaraciones contra las cuotas priistas cuando en el PAN también se da la misma situación. Además, dice que Salazar no representa la voz de todos los panistas y lo acusan de querer sobresalir para apuntalar su carrera política con engaños. ¡Zaz! Obviamente las versiones encontradas no se hicieron esperar y mientras que algunos aseguran que se trata de una muestra más de la división del partido y de que existen grupos que no simpatizan con el senador, otros dicen que el correo se trata de una artimaña de los adversarios tricolores de don Luis. Vaya usted a saber.

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Ayer corrió como reguero de pólvora la noticia de que el jefazo del PAN en Torreón, Miguel Batarse, renunció a su cargo y que el anuncio se hará oficial el lunes próximo. Para los más avezados en los tejes y manejes albiazules, esta maniobra forma parte del rompecabezas que comienza a armarse de cara al proceso electoral de 2015. Y es que los codazos y empujones al interior del partido en la carrera por las codiciadas pluris federales ya empezaron. En Coahuila, uno de los que suspira por una de esas curules, que implican no ensuciarse los zapatos, es precisamente Batarse, quien se mueve más por el lado del senador Luis Fernando Salazar que sueña con ser candidato a la gubernatura o, al menos, a la alcaldía de Torreón (a ver qué opina el diputado Marcelo Torres). Pero dicen que don Miguel no la va a tener nada fácil ya que como contrincante tendrá a la mitad de la bancada panista en el Congreso local, o sea, Fernando Gutiérrez, quien por el lado de los anayistas quiere llegar directito a San Lázaro una vez que termine su período en la legislatura coahuilense. A ver cómo se ponen las cosas, porque, como se sabe, para ningún polaco es grato eso de pasar a vivir en el error, como sería el caso del "Gutiz". Y en el caso de Batarse, pues él cree que ya merece salir de las ligas locales de la Perla de La Laguna para entrar en las ligas mayores, en donde los sueldos son más jugosos gracias, en parte, a los cochupos -perdón, bonos- de la presidencia de la República.

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Y ya que hablamos del Congreso estatal, quienes andan muy encanijados son los dueños de las organizaciones para "la defensa del patrimonio familiar", esas agrupaciones que durante años han servido como fuente de votos para los aspirantes priistas a la gubernatura de Durango y Coahuila con tal de que los dejen circular en sus vehículos sin placas oficiales. Y su enojo es doble porque no sólo los diputados locales, muy obedientes a los designios del señor gobernador, aprobaron en bloque la reforma al Código Penal para castigar con cárcel a quienes faciliten o usen matrículas "patito", sino que, a decir de los hoy afectados, los legisladores les dieron el famoso atole con el dedo prometiéndoles que no iban a aprobar los cambios en la ley hasta que fueran escuchados sus reclamos. Resulta que, según nuestros subagentes disfrazados de hamacas de diputados, el líder de los "onappafos", José Guadalupe Barrios, acudió al Palacio Legislativo de la urbe de adobe para solicitar que les dieran tiempo para gestionar una regularización en Los Pinos antes de que se autorizaran los nuevos castigos. En el recinto los recibió el diputado Ricardo López Campos quien les dijo que "sí, cómo no", que serían tomadas en cuenta sus solicitudes y que le entregaran sus documentos al Oficial Mayor del Congreso. El jefazo de los dueños de carros "chuecos" se fue con la idea de que sólo se le daría segunda lectura al dictamen, pero a la mera hora los legisladores levantaron la mano para aprobar la propuesta de José Luis Moreno. Es decir, los madrugaron y hasta después se dieron cuenta. Habrá qué ver qué acciones va a tomar la pléyade de membretes bajo los que se amparan los dueños de autos "chocolate" y a ver si es cierto que ahora sí las autoridades van a a actuar contra ellos, porque, como se sabe, con todo y leyes luego la pereza (o interés) les gana. Por cierto, en Durango no se ve para cuándo apliquen una reforma como la de Coahuila. ¿Estarán midiendo el costo político?

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El que ha de estar que no cabe en sí mismo es el jafazo del Simas Torreón, Xavier Herrera, con el triunfo de su departamento jurídico en el juicio laboral del polémico exgerente Luis Horacio Salmón, quien a pesar de salir por demás raspado en la auditoría que se quedó guardada en un cajón durante cuatro años, todavía quería que le pagaran varios milloncillos de indemnización. Dicen los que saben que la clave del gol anotado por el sistema operador fue que don Luis cometió el error de presentar la demanda contra el controvertido Lauro Villarreal, excontralor municipal y excomisario del Simas, pero como, según las argucias legales, él no tenía nada qué ver con esos asuntos, el demandante se quedó sin la pequeña fortuna que exigía.

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Cosas asombrosas ocurren también del otro lado del río Nazas. Ya va para dos años que los municipios de Lerdo y Gómez Palacio no tienen gendarmes, lo cual resulta muy conveniente para los alcaldes De Villa y Campillo porque no tienen que hacerse cargo del tenebroso asunto de la seguridad, pero el gobierno del estado que encabeza Jorge Herrera está preparando a sus agentes con talleres de capacitación. Pero no crea que es para que cuiden a los desamparados ciudadanos de La Laguna, sino para que protejan al ganado que hay en los abundantes establos y en los hatos de la región. Tal parece que en el estado importan las vacas, y qué bueno, pero que no se les olvide que también hay que proteger a las personas. Pobre Laguna.

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