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Verdades y Rumores

EL AGENTE 007

Nuestros subagentes estuvieron volcados ayer con la visita del “preciso” Enrique Peña Nieto a la región, donde inauguró el libramiento Laguna Norte entre fanfarrias y abrazos de la élite política lagunera. A primera hora, los subagentes disfrazados del Estado Mayor, notaron que entre el equipo cercano del gobernador de Durango Jorge Herrera Caldera había un inusitado nerviosismo. Cigarros y café circulaban por las manos temblorosas de los burócratas del primer círculo duranguense. Y todo porque un par de días antes recibieron una llamada para confirmarles lo colorado que se puso Peña Nieto al saber, a través de una entrevista en la prensa, que Herrera Caldera prácticamente hizo las veces de productor cinematográfico con la película “La dictadura perfecta”, de Luis Estrada.

El asunto es que las lenguas cinéfilas de los grillos de la capital dicen que el Gobernador -quien no da un paso sin declarar que el sol sale cada día en Durango gracias a los menesteres del presidente- otorgó no sólo su consentimiento para la filmación de la película en este estado, sino además todas, todititas las facilidades para la realización de esta obra del séptimo arte que por escasos 143 minutos "golpea" al sistema político mexicano, del que, por cierto forma parte, y que de paso también satiriza a su jefazo Enrique exponiendo la corruptela que inicia, aunque no acaba, en el Gobierno Federal. Quizá los municipios de la tierra de los alacranes recordaron a Estrada, ya sea por semejanzas políticas o económicas, aquel pueblo de San Pedro de Los Saguaros en la película de La Ley de Herodes siendo un dejo de nostalgia lo que hizo designar a Durango, entre 32 entidades federativas de México, el sitio de las locaciones idóneas. Lo cierto es que al parecer nadie en el Gobierno del Estado dio al menos un vistazo al guión que seguramente no es merecedor de aplausos en las altas esferas políticas del tricolor ni en Los Pinos. "La Dictadura Perfecta" ha sido elegida para representar a México en la entrega XXIX de los Premios Goya 2015, por lo que difícilmente pasará desapercibido para Peña Nieto el apoyo brindado por Herrera Caldera para que este filme corriera sin contratiempos. Al parecer, don Jorge tendrá que hacer algo más que ensalzar la supercarretera a Mazatlán y la Cruzada Sin Hambre para contentar al jefe.... Quizá ¡otra película! Ésta claro, ofreciendo una visión del México que sólo se conoce en los spots del Gobierno Federal.

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La forma es fondo, sin duda. Nuestros subagentes presentes en el evento presidencial hicieron notar que el acomodo del presidium dejó en claro el lugar de cada uno de los actores políticos locales ante el presidente Peña, quien a su izquierda no tenía a alguno de los gobernadores Rubén Moreira o Jorge Herrera Caldera, sino a Lorena Medina Bocanegra, flamante coordinadora de la Unidad Laguna de la UadeC y Presidenta del Consejo Ciudadano para la Transparencia, y quien no dejaba de sonreír de la emoción. Ante la sorpresa general, el maestro de ceremonias pidió a Doña Lorena tomar la palabra, pero la presentó como "vecina" de Torreón y no con sus puestos públicos. Agitada como quinceañera, Medina agradeció al presidente su presencia y el apoyo a, según ella, todas las causas justas, para cerrar con una inolvidable petición de un beso y un abrazo a nombre de "todas las laguneras", o al menos al de las centenares de acarreadas que todo el tiempo ovacionaron al mandatario. Doña Lore le dio tres besotes a Peña, quien poco antes actuó como un caballero y ante la intentona de Herrera Caldera de sentarse en el sitio desocupado por Medina cuando se levantó a ofrecer su discurso, con ademanes y desdenes de sobra, le paró en seco ante la vergüenza de cachetes colorados del productor cinematográfico... digo gobernador Herrera Caldera.

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Al menos a Herrera Caldera no le fue tan mal como a Miguel Riquelme, quien tuvo el peor lugar entre los alcaldes presentes, hasta 8 espacios lejano de don Enrique. Nuestros subagentes, convertidos en mezquites, aseguraron que al alcalde no lo calentaba ni el intenso sol presente durante toda la jornada. A quien Peña sí le dio un cariñito fue a Rubén Moreira, reconociéndole su trabajo para disminuir los índices de inseguridad del estado y, en particular, de La Laguna. A pesar de los últimos crímenes de alto impacto, robos de vehículo, asaltos bancarios y otras linduras, que ni la Policía Municipal, ni la Estatal han logrado frenar. Quizá por legítimas dudas, el Estado Mayor y el Ejército Mexicano realizaron un aparatoso protocolo de seguridad durante la presencia del titular del Ejecutivo.

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Y eso no fue todo lo hecho por el Gobierno Federal para "planchar" a los ojos de los extranjeros la inseguridad regional. En una maniobra mediática (¿acaso podía ser diferente?), la Secretaría de Gobernación organizó una visita de 20 corresponsales extranjeros a los polígonos de mayor incidencia de violencia tanto en Torreón como en Gómez Palacio. La visita permitió a Roberto Campa pontificar sobre las políticas públicas sesudas implantadas por tan enormes funcionarios públicos. No obstante, se les olvidó un detallito a nuestras flamantes autoridades, el de llevar a los periodistas a la zona Centro y al sector Alianza, entre muchos más, donde en las últimas semanas se han presentado ataques armados contra bares, cantinas y sexoservidoras. Por lo visto sólo les mostraron las zonas suaves, bien resguardados por personal de los GATE y en autobús con clima; lo bueno hubiera sido, dejarlos solos para que sintieran la misma angustia y temor que los ciudadanos que habitan dichos sectores y que aún no se reponen de las duras experiencias vividas, y que resurgen en esta tierra que, a decir de las estadísticas oficiales, ha visto disminuir la violencia.

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Dejando de lado a Peña Nieto y escuchando a nuestros subagentes infiltrados en la cultura duranguense, se supo que no cayeron nada bien entre las altas esferas políticas las desafortunadas declaraciones de Rubén Ontiveros Rentería, director del Instituto de Cultura de Durango. El flamante director aceptó que el cacareado Festival Revueltas se diseñó para "detonar" a la ciudad de Durango, marginando al resto de municipios, incluyendo a Gómez Palacio y Lerdo. Las palabras de Ontiveros resumen la actitud del Gobierno estatal con los municipios provincianos: un centralismo displicente, que los deja muy mal parados. Y, mientras, los capitalinos gozando los apapachos con exclusividad.

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