Dicen que el ruido que se ha generado en torno a las figuras principales de la familia que gobierna la provincia coahuilense desde hace casi una década, tiene un claro destinatario, un oculto remitente y motivos muy intrigantes. Desde la semana pasada corren versiones de que Humberto Moreira, el profe bailarín -que bailó al estado-, está preparando su regreso al pancracio político, tal vez agarrado de una candidatura a una hamaca con bono de San Lázaro y de la mano de uno de los partidos de nueva creación. Según las especies, la temeraria agrupación que postulará a don Humberto es el Partido Humanista, del polémico expanista torreonense Javier López Macías y el exlíder cenecista Ignacio Irys Salomón.
Además de la conformación sui generis de este partido, con políticos de derecha y de izquierda trabajando codo a codo, llama la atención que don Ignacio perteneció durante muchos años a la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, cuyo líder en Coahuila, José Luis López, ya ha coqueteado varias veces con la idea de candidatear al profe Moreira bajo la bandera de su negocio -perdón, partido-, el Campesino Popular. El asunto es que la mera posibilidad del regreso del exgobernador a la escena política estatal provoca desde hilaridad hasta angustia. Pero nuestros subagentes disfrazados de... subagentes, nos informan que detrás de estos rumores está el mismísimo exmandatario, quien desde las sombras estaría preparando una estrategia para defenderse mediática y políticamente del terremoto que vendrá luego de que su nombre apareciera por primera vez en los tenebrosos expedientes de las cortes del Tío Sam que investigan la red de corrupción que, dicen, operó en el sexenio pasado para desfalcar al erario y lavar varios milloncillos en el otro lado. Esta versión cobra fuerza a la luz del rumor sembrado respecto a que el gobernador Rubén Moreira estaría próximo a tirar la toalla por motivos de salud, versión que fue desmentida por él mismo durante su visita en Torreón. Dicen los que saben que todos estos dardos vienen de gente cercana al hermano incómodo, quien de esta manera intenta desviar la atención de su negra herencia y, de paso, mandar el mensaje de “aquí ando y los estoy viendo”, no vaya a ser que el actual gobierno, acorralado por las dudas y críticas que existen aún en torno a la megadeuda, se le ocurra sorprendernos con el truco del conejo en el sombrero. Pero no se emocione, optimista lector, eso está en chino que ocurra.
Comentan los maliciosos que los bríos que parece haber retomado el gobernador coahuilense con sus visitas a esta olvidada comarca forman parte de una estrategia para evitar que la nave estatal haga (más) agua en medio de las tormentas de la deuda, los desaparecidos y la masacre de Allende que ha recobrado atención por el caso Ayotzinapa. Nuestros subagentes disfrazados de acarreadores nos dicen que don Rubén tiene la mira puesta en los últimos días de noviembre y los primeros de diciembre, y no sólo porque en esas fechas rendirá su tercer informe de gobierno. Resulta que el mandamás provincial pretende aprovechar como escaparate de su “nueva forma de gobernar” el arranque en la Perla de La Laguna de los foros regionales de la Alianza para el Gobierno Abierto que impulsan en México organismos nacionales de la sociedad civil. Coahuila será el primer estado en donde se lleve a cabo este ejercicio que pondrá a la entidad y a la región bajo los reflectores, y para ello el equipo del gobernador prepara una cartera de asuntos a presumir para mostrar la “nueva cara” de la entidad bajo su gobierno. No obstante, don Rubén no la tendrá nada fácil, ya que la agenda de la Alianza, que si bien inició con la firma de un convenio gubernamental, está marcada -o, al menos, eso se supone- por las asociaciones civiles y no por los gobiernos. Por lo tanto, el silencio que ha guardado hasta ahora el gobierno estatal en el caso del desfalco a las agujereadas arcas estatales en el sexenio pasado y los alcances de la famosa red de corrupción que dejó a Coahuila más endeudado que los países africanos, juega en su contra. A ver si no le sale el tiro por la culata al gober, como le pasó en el arranque de la obra del demorado Paseo Morelos cuando dijo, muy seguro y rodeado de custodios, que “la seguridad había regresado a Torreón” y al unísono la respuesta fue un rotundo “¡Nooo!”. Aunque no se quedó callado y comparó la situación actual con los días aciagos en los que se registraban más de 100 homicidios en un solo mes.
Como oxígeno puro fue recibida la noticia de la instalación de una empresa de autopartes en Torreón que generará 4,000 mil empleos directos, luego de una laaarga sequía de inversiones de esta magnitud. Y es que como ha quedado bien documentado, la Región Sureste ha resultado la ganona de la estrategia de fomento económico del gobierno de Coahuila, mientras que La Laguna se ha tenido que conformar con pequeñas rebanadas del gran pastel. Algo similar ha ocurrido al otro lado del Nazas, en donde el alcalde de Durango -perdón, gobernador- Jorge Herrera Caldera ha continuado la política de privilegiar la promoción de la capital de los alacranes -de dos y ocho patas-, en donde, incluso, ya se proyecta una zona de conectividad similar a la que está entrampada en La Laguna desde hace años, para aprovechar los beneficios del corredor económico del norte que va de Matamoros a Mazatlán. Pero el anuncio de la nueva empresa en Torreón parece haber sacudido un poco al mandamás duranguense, quien no quiso quedarse atrás y prometió -sólo prometió- que va a salir también a buscar inversiones para la región. Aunque bien dice el dicho que prometer no empobrece. Los optimistas esperan que este anuncio no sea un “hecho asilado” -como dicen de los actos violentos que se siguen registrando- y sirva para que ambos mandatarios inicien una sana e interesante competencia de ver quién trae las mejores inversiones a la comarca, en vez de andar peleando por ver quién es el favorito del preciso Peña Nieto, tan ausente por estos días. Pero tal vez esto es mucho pedir.
Nuestros subagentes vestidos de vendedores de casas de interés social nos reportan que hay tremendo conflicto entre los asociados de la cada vez más desunida Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción en Torreón. Cuentan que en ella figuran ya prácticamente sólo constructoras “chiquitas”, de esas que batallan hasta para sacar la raya de sus trabajadores. Mientras que las grandes se preocupan y ocupan por conseguir jugosos contratos con los gobiernos federal y estatal o, ya de perdido, municipal, pues eso les deja más beneficios que andar trabajando en la iniciativa privada (aunque luego anden llorando porque no les pagan). Dicen que el asunto está tan caliente que hasta el presidente nacional del gremio, Luis Zárate Rocha, vendrá a intentar poner orden el próximo martes 18 de noviembre. El Consejo Consultivo y el Consejo Directivo le mandaron sendos comunicados a manera de S.O.S. para que realice cambios urgentes de la dirigencia local, actualmente representada por Sergio González Machado y su secretario Hugo Noé Lazcano, a quienes se les acusa incluso de andar haciendo travesuras. Previamente, el pasado martes 11 miembros de esta cámara ya se dieron “un entre” con los dos mencionados para recordarles que han caído en diversas irregularidades y que existe un gran descontento entre los constructores, pero los increpados nomás los oyeron y se hicieron los que la virgen les habla.
Y hasta en donde menos se espera, también hay conflictos. Desde hace algunos años existe una disputa en Torreón por definir quién es el cronista oficial de la ciudad. Como se sabe, dicho cargo lo ostenta actualmente, y de forma vitalicia, el doctor Sergio Corona Páez. Pero esto parece no agradar al jefazo del Archivo Municipal, Rodolfo Esparza, quien en la pasada administración apoyó la creación de un consejo de la crónica con miras a arrebatarle protagonismo en estos menesteres a don Sergio. El asunto es que el dichoso consejo, que nunca fue bien visto por el amenazado Corona, fracasó -como fracasan casi todos los consejos-, aunque don Rodolfo parece empeñado en que no sea así. Para contribuir más a la discordia, hoy se llevarán a cabo sendas reuniones de cronistas en Torreón y la hermana ciudad de Lerdo, la primera estatal y la segunda regional. Pues resulta que a la reunión en Torreón asistirá el encargado del Archivo Municipal en calidad de integrante de lo que queda del consejo de la crónica, y en Lerdo irá Corona Páez como cronista oficial vitalicio. Y mientras se ponen de acuerdo y calman sus egos, los aficionados a la cultura regional siguen extrañando una buen crónica -que no historiografía- desde los ayuntamientos sobre los acontecimientos más importantes de la localidad.