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Verdades y rumores

EL AGENTE 007

Apegada a su estoicismo que ya es característico, la Pony no sólo superó las averías e indigestión que le ocasionó la asignación de calificaciones a los gabinetes de los gobernadores de Coahuila y Durango, sino que además soportó los dardos que tirios y troyanos le arrojaron. Unos, por considerar duras e injustas las evaluaciones; otros, por considerarlas demasiado benévolas. A ambos vale la pena recordarles que los políticos que habitan estas provincias internas ni son ángeles ni son demonios... "sino todo lo contrario", diría Luis Echeverría. Puestas las cartas sobre la mesa, la supercomputadora caja blanca pisa el acelerador y comienza su recorrido por los municipios de esta mágica y polvorosa Comarca Lagunera.

Iniciamos con el ayuntamiento de Torreón, en donde Miguel Riquelme se topó en 2014, su primer año de gobierno, con una realidad mucho peor de la que había previsto, herencia del amigo incómodo Eduardo Olmos, quien cuando fue alcalde hizo en su primer año dos cosas: depurar la policía e iniciar el Paseo Colón, y después de eso... pues nada, vaya, ni asistir a su oficina. Entre sus aciertos -los de Riquelme, claro- se puede citar el trabajo realizado para mejorar la seguridad y la imagen urbana de Torreón, bastante perjudicadas desde las administraciones anteriores. Además, para seguir marcando contraste con don Lalo, ha sido un alcalde con presencia y trabajo constante... esperemos que para bien. No obstante, varios aspectos han resultado polémicos. El primero de ellos es, sin duda, el contrato del servicio de alumbrado público entregado por 15 años a la empresa Construlita Lighting International, que fue duramente cuestionado por varios sectores de la población por su costo de 3,000 millones y la manera en que fue “licitado”, y del que sus beneficios técnica y financieramente aún están en veremos. Otro tema es el convenio firmado con la directiva del Santos Laguna por 20 millones de pesotes durante cuatro años, que incluye como beneficios -para ellos, por supuesto- la exención de varios impuestos municipales. Otro discutible convenio fue el firmado con el gobierno provincial para el cobro del Predial, el cual generó varios tomatazos por la sospecha de que las oficinas del señor gobernador puedan quedarse con el dinero. Y un asunto más que le atrajo bullas del respetable fue el usar a la Tesorería Municipal como agencia de cobro del PRI y la Fundación Colosio. Sin estos amargos sinsabores, seguramente la calificación del munícipe sería mucho más decorosa que el SEIS Y MEDIO que la Pony le propina para que recuerde sus tiempos universitarios, con el apunte de que si se aplica como va, pero “sin prietitos en el arroz”, puede mejorar el año que entra.

Desde la Secretaría del Ayuntamiento -o vicealcaldía-, Jorge Luis Morán se ha empeñado en poner orden en el gabinete de seguridad, cuyos integrantes ya no “jalan” cada uno por su lado como hace años y están más alineaditos, cosa que ha ocurrido incluso en las comisiones del Cabildo. No obstante, su forma hosca de ser y su estrategia para tratar los asuntos le han significado que más de un director se haya querido brincar las trancas por lo que se ha visto en la necesidad de aplicar medicinas un poco amargas para mantener la disciplina. A pesar de ello, la Pony le concede un SIETE Y MEDIO.

Jesús Jasso ha tratado de darle al Tribunal de Justicia Municipal un giro con el retiro de las agencias aseguradoras de las instalaciones que, a la hora de los accidentes, generaban ahí un verdadero tianguis de arreglos y chanchullos. Remodeló las instalaciones, pero aún están pendientes las celdas que parecen mazmorra romana. Bajo su mando se ha logrado incrementar los ingresos por multas que antes se quedaban repartidos entre muchas manos. Lo malo es que no ha logrado deshacerse de alguno que otro juez municipal afectado por viejas “mañas”. Aún así, le alcanza para un SIETE.

El jefazo de Seguridad Pública, Adelaido Flores, se ha caracterizado este año por un trabajo más coordinado, aunque a veces su ímpetu lo lleva a querer salirse del corral. También ha fortalecido la atención a víctimas de la violencia en coordinación con otras áreas y ha controlado la mayoría de los índices de delitos, que si bien no están como hace dos años, tampoco están para ponerse a bailar. Pero con todo y la mano dura que estila, sus muchachos siguen haciendo travesuras y cometiendo abusos que terminan en quejas ante Derechos Humanos. Además, el jefazo Adelaido ha tenido dificultades para acoplarse a la presencia y al trabajo del GATE Municipal. Por estos desajustes no le alcanza más que para un modesto SIETE.

La Pony comienza a temblar cuando procesa los primeros datos de la Dirección de Protección Civil, compartida en este año por Ricardo Hamdan y su cuñado Alberto Porragas, quienes han creado más problemas que soluciones en la dependencia. Este último, conocido como “Tito”, ha sido más propenso a los reflectores, al protagonismo y a las reyertas con sus empleados, que a la coordinación en el trabajo, el cual deja mucho a desear. Van para ellos, pues, un uno más uno, o sea DOS. Y don Ricardo, que pasó a la Dirección de Tránsito en lugar de Guillermo Flores, apenas está en la “curva de aprendizaje”, pues él mismo reconoció que no sabía ni jota del tema. Pero mientras aprende, sus agentes siguen haciendo de las suyas con la ciudadanía. Así las cosas, se queda con el multicitado y horrendo UNO.

Por las mismas honduras anda Alfonso Cabello, director de Inspección, ya que sus muchachos son de los más criticados. Aunque su campo de acción es muy amplio en el tema de la supervisión, su preferencia es, curiosamente, los restaurantes y bares, cuyos dueños se quejan de las visitas constantes de sus empleados municipales que gustan de aceptar -y pedir- “cortesías” en especie. Y por ello la Pony le cuelga a don Alfonso un TRES, nada más por mera cortesía.

Cuando la supermáquina llega a la Dirección de Prevención de la Violencia, lo primero que hace es preguntar quién es el encargado, puesto que ha sido prácticamente invisible. Luego se entera de que se trata del exrregidor y aficionado a la camorra José Elías Gánem, quien por el pago de no se sabe qué tipo de favores recibidos, el alcalde le dio un lugar en la nómina. Pero como nadie sabe a qué se dedica este funcionario y sólo asoma la cabeza esporádicamente cuando vienen funcionarios federales, la Pony le coloca una cachucha con un redondo CERO, a ver si el año entrante se entera la ciudadanía qué demonios hace.

Al zar financiero del ayuntamiento, Enrique Mota, se le reconoce haber incrementado la captación de impuestos municipales y haber desaparecido la famosa “licuadora” -que más bien parecía devoradora- del extesorero Pablo Chávez. Pero en este primer año fueron constantes las fricciones con los regidores de oposición por la entrega de las cuentas públicas a última hora con las negras intenciones de evitar dar explicaciones. Su carácter explosivo y su poca tolerancia para tratar a contribuyentes y regidores dubitativos le han restado bonos al grado de que algunos ya lo comparan en esto con su antecesor. La Pony espera que tolere el SEIS Y MEDIO que le asigna.

El que se la pasó nadando “de muertito” este 2014 es el contralor Javier Lechuga, pues no ha aplicado sanciones por la cloaca abierta ni la Ventanilla Universal y tampoco se sabe que realice una supervisión de los directores en su quehacer diario. Lo único destacable de don Javier es revisar los horarios de trabajo de algunas dependencias y traer cortitos a algunos directores bajo viejas tácticas. Pero dicen por ahí que “en casa del herrero, cuchillo de palo”... que en este caso tiene forma de CINCO marca Pony.

Jaime Russek, director de Fomento Económico, se encuentra en la lista de prospectos a salir disparados como corcho de botella apenas inicie 2015. Y es que su trabajo no se encuentra por ningún lado y tal parece que su plan operativo presentado para 2015 fue tan pobre que le asignaron un presupuesto ídem que tal vez ya no le alcance ni para los viajecitos de promoción. Por ello, la Pony le “promociona” un DOS.

Quien ha andado más movido, al menos en apariencia, es el jefazo del Implan. El excrítico Eduardo Holguín se la pasa en talleres de planeación metropolitana, aunque nadie sabe por qué, si su dependencia es municipal y al otro lado del río Nazas no lo pelan. La Pony cree que este enfoque de su oficina le ha distraído de “planear” temas importantes para el ayuntamiento como el contrato de alumbrado sobre el que don Eduardo sólo habló para apoyar lo que dijo su jefe el alcalde. Por otro lado, su falta de control de temperamento le ha ocasionado problemas con su gente que ha optado por empezar a saltar del barco... y a la Pony se le salta un CINCO Y MEDIO a la expectativa de que en 2015 se vea ya algún fruto de este instituto.

El desempeño de Gerardo Berlanga al frente de Obras Públicas fue de tonos grisáceos este año. Sí con una presencia constante en actos públicos al lado de su jefe para arrancar proyectos de corto alcance, pero un trabajo más de escritorio para preparar las “grandes obras” prometidas por don Miguel, que esperemos se concreten en 2015, o ¿nada más se didicará a “supervisar” lo que haga el estado con todas las bolsas de los dineros juntas? Y como Berlanga fue más mencionado por el escándalo de la boda millonaria que le patrocinó a su hija que por su propia labor, la Pony le manda un CUATRO vestido de novio.

En Movilidad Urbana, Fernando García Tapia se anda moviendo... pero muy lejos de donde debería estar, ya que no sale del mismo discurso sin que se vean avances en la reestructura de rutas del transporte, el control sobre las concesiones caducas, los horarios de servicio y el saboteado sistema de prepago. Para acabarla de amolar, a don Fernando “se le olvidó” incluir en el incremento en las tarifas a la Ruta Centro, cuya flotilla ahora funciona como taxi libre. A la Pony no se le olvida mandarle un CERO.

Otro que no canta mal las rancheras es Gabriel Calvillo, en Urbanismo. Acostumbrado a la vida social y a las reuniones de café, don Gabriel prácticamente ha endosado su responsabilidad a mandos medios, lo que ha resultado en la aplicación de criterios burocráticos y obsoletos en la entrega de permisos... salvo cuando se trata de cadenas “amigas” de tiendas de conveniencia. Ante esto, un conveniente CERO se impone.

A quien parece que, ahora sí, pusieron a trabajar es a la exrregidora y expanista Martha Rodríguez en Atención Ciudadana. Lo mismo acude a manifestaciones y bloqueos, que a atender las quejas del sistema 073, al grado que se ha constituido en una de las figuras principales en la agenda del alcalde, aunque a veces lo ponga en evidencia. Pero al sistema aún le falta para operar con fluidez y las maneras de doña Martha le han ocasionado algunos problemas con organizaciones. De cualquier forma alcanza el SIETE Y MEDIO.

El sobreviviente de la nómina, David Fernández, se ha manejado con un perfil bajo como tratando de no revolver las aguas turbias en las que nadó los cuatro años anteriores en Servicios Públicos. Lo que sí es que ha dejado de pelearse con los demás directores, incluyendo el tesorero, y le ha dado una sacudida a su equipo para cumplir con las metas de mejoramiento de Imagen Urbana, sobre todo en Limpieza, con Erick Ruvalcaba, y Parques y Jardines, con Jesús Orozco, quien se ha peleado con el sindicato para hacer que sus empleados trabajen, aunque sea un poquito, y duerman menos en los espacios públicos. Hasta aquí don David promediaría un destacable nueve. Pero en Alumbrado Público, Jesús Gómez, otro de los sobrevivientes, artífice de la caída del servicio en la pasada administración, ahora se dedica sólo a ver (y a veces ni siquiera eso) cómo trabaja la concesionaria Construlita. Así que por este “detalle”, la calificación del equipo de Fernández cae a SIETE.

De ser un desastre mayor, Simas ha pasado a ser un desastre menor de la mano del gerente general, Xavier Herrera. Recortó la nómina, bajó prestaciones a empleados de confianza, reestructuró la operación del sistema y ha tratado de meter en cintura a los traviesos trabajadores sindicalizados. Pero la cartera vencida sigue siendo el coco del Simas y aún falta mucho para poder hablar de un monopolio o estanco con finanzas completamente sanas. Por todo, la Pony le da un OCHO.

En la Dirección de Desarrollo Social, Mario Cepeda, ha trabajado este año más que nunca para tener contentas a las promotoras consentidas y para que los programas lleguen a las colonias priistas -perdón, torreonenses-. El problema es que don Mario, fiel a su estilo, sigue llevando más agua a su molino que al del Municipio y aprovecha los recursos para fortalecer sus redes clientelares. Y por esto la Pony lo castiga con un CUATRO.

Caso contrario es el de Susana Estens, directora de Medio Ambiente, que ha sabido mantener apertura y acercamiento con diversas organizaciones ecologistas y ha tratado de llevar la campaña de reforestación municipal a buen puerto. Lo malo es que muchos de sus proyectos se han topado con el desinterés de otros directores con escasa conciencia ambiental, lo cual tampoco le quita para bajar del OCHO Y MEDIO.

Antes de procesar la información del Instituto de Cultura, la Pony debe blindar sus cables y transistores de la agitada grilla culturera que provocó, en parte, la salida temprana de Renata Chapa, quien dejó tremendo paquete a Ruth Idalia Ysáis. Pero cuando todos esperaban que con este cambio las cosas mejoraran y los proyectos fluyeran, al paso de los meses se ha visto que doña Ruth nomás no da color, aunque, eso sí, ha logrado mantener un perfil más alejado de reflectores que el de su antecesora. La Pony le pinta en un lienzo un SEIS Y MEDIO que puede mejorar si se pone las pilas y comienza a actuar.

***

Ya encarrerada, la Pony se dirige a la industriosa Gómez Palacio, donde José Miguel Campillo Carrete tuvo en 2014 su primer año completo. En él, don Pepe puede presumir la estabilidad financiera lograda gracias al apriete de cinturón y a que no ha pedido más fiado. Avanzó en el tema del desarrollo urbano con la creación de la Dirección de Urbanismo, el mejoramiento de la imagen urbana en los accesos y la reactivación de la actividad comercial con la apertura de nuevos establecimientos. No obstante, el gran pendiente sigue siendo la seguridad y Gómez Palacio ya va a cumplir su segundo añito sin policía municipal. También se quedaron en el tintero el proyecto para reactivar el Centro Histórico de la ciudad y las gestiones ante inversionistas para la generación de nuevas fuentes de empleo, las cuales pasan los años y no llegan. Lo que sí llega es el SEIS Y MEDIO de la Pony.

El avance principal del secretario del Ayuntamiento, Régulo Gámez, estuvo en la homologación de reglamentos de Tránsito y Vialidad, Medio Ambiente y Alcoholes con las ciudades de la zona metropolitana, además de la aprobación del reglamento para el uso de los vehículos oficiales. Pero a don Régulo se le “olvidó” transparentar el funcionamiento del Cabildo, pues regularmente omitió los puntos a tratar en las órdenes del día de las sesiones ordinarias, sobre todo cuando son temas que pueden llegar a generar controversia. Y para que en 2015 no se le olvide, la Pony le asesta un SIETE.

En Gobernación, Karim Castruita, logró mejorar el diálogo con algunas organizaciones sociales, a lo cual se debe que se han reducido las problemáticas manifestaciones. Pero al igual en la dependencia anterior, la transparencia no se dio, sobre todo en el uso y aplicación de los apoyos que otorga a los organismos de la sociedad civil. Es por eso que para él va un transparente SIETE.

Respecto a Seguridad Pública, el CERO es automático ya que no existe ni titular de la dirección y las tareas de vigilancia las realizan el Estado y la Federación. No así en Vialidad, donde Roberto Hamdan puso en marcha del operativo Radar que ha servido para reducir los accidentes fatales en el periférico Ejército Mexicano, así como la aplicación de los criterios homologados para el nuevo reglamento. Pero como le ha fallado la gestión de mayores recursos para esta dependencia, tanto para la compra de unidades nuevas como para adquirir más aparatos para el operativo alcoholímetro, la Pony no puede darle más de un SIETE Y MEDIO.

Con muchos años ya de experiencia, Alonso Gómez Vizcarra sigue resolviendo de forma medianamente decente los desafíos en materia de Protección Civil, como los incendios en el Parque Industrial Lagunero. Aunque dicen que tanto callo ya se le está convirtiendo en concha, por lo que algunos creen que los humos de don Alonso están un poco elevados y para que no se le eleven más, la Pony lo deja en /strong>OCHO con moñito, eso sí.

Como contralor, Efraín Acosta ha dejado mucho a desear en su labor de mejorar el desempeño de los directores y jefes de departamento aplicando las debidas auditorías y castigos. En contraparte, se ha concentrado en capacitar al personal con programas permanentes y en reducir del gasto a través de los recortes en la nómina. Para que se aplique el próximo año en lo primero, la Pony le arroja un SEIS Y MEDIO.

Reducir el gasto corriente ha sido una de las obsesiones del tesorero Jesús Loza, quien aplicó el programa de austeridad para cerrarle a la llave del combustible y la telefonía. Pero aunque en la nómina también se observa un bajón, don Jesús no ha transparentado al cien por ciento el manejo de la misma, pues se habla de que así como han corrido gente se ha contratado a otra. Y un pendiente histórico que no ha resuelto es la integración de un fondo de pensiones para los trabajadores, el cual se sigue cubriendo a través del gasto corriente con el consecuente riesgo financiero. Le alcanza para un SEIS Y MEDIO.

Aldo Paul Ortega, director de Desarrollo Económico, ha sido uno de los responsables del florecimiento del bulevar Miguel Alemán, que tan decaído estaba, con la llegada de nuevas inversiones comerciales y restauranteras. Pero le faltó trabajar para conseguir la apertura de un recinto fiscalizado estratégico; aumentar las gestiones para la apertura de nuevos negocios de gran calado y, en general, armar una estrategia integral de fomento y no sólo estar volteando a Durango capital a ver qué le mandan. Por eso, la Pony le cuelga un SIETE.

Al llegar a la Dirección de Atención Ciudadana de Víctor Habib Araluce, la Pony tuvo que hacer una larga espera, como la de cientos de ciudadanos que acuden a la Presidencia Municipal en busca de resolver sus problemas. No obstante, ahí le platicaron que se ampliaron los mecanismos para recibir quejas a través de las redes sociales y se estableció mayor comunicación con las dependencias para atender dichas quejas en un período máximo de 48 horas y 72 en el caso del Sideapa. Con todo, a don Víctor no le alcanza para algo más que un SIETE que puede mejorar si en 2015 se ven resultados de sus ajustes.

El director de Servicios Públicos, Antonio Chincoya, emprendió este año campañas para mejorar la imagen urbana de la ciudad, como la de combate al grafiti, Gómez con Ganas y Escuela con Ganas. Pero los dolores de cabeza del municipio en este rubro siguen siendo los mismos: alumbrado público, cuyas fallas regularmente ocupan el primer lugar de señalamientos, y las plazas públicas, que están en el abandono varias de ellas. A ver si no abandona también este SEIS que le deja la Pony.

A Fernando Uribe, en Obras Públicas, se le fue el año planeando los proyectos para 2015, como el edificio anexo a la Presidencia, y la rehabilitación y construcción de espacios deportivos. Pero como hay escaso avance en las gestiones ante Ferromex para que construya un paso peatonal y para ciclistas en el desnivel 11-40 del bulevar Miguel Alemán, y anunció un “agresivo” programa de pavimentación en la ciudad que nomás no se ha visto por ningún lado, la Pony le asesta un espantoso TRES para que en el futuro cumpla sus promesas.

Los rezagos en el Sideapa son tan grandes, que el director general Guillermo Morales no sabe por dónde atajarlos. Al menos esa impresión da al ver los nulos avances en la instalación de un drenaje pluvial, el mejoramiento de las redes de agua potable, el incremento en la captación de recursos y la agilidad en la reposición de colectores sanitarios. Cuando la Pony ya iba a aventarle el espantoso número redondo, se entera de que lo que sí hizo fue ampliar los servicios de cobro con módulos en las colonias populares y pintar los número rojos de negro con el recorte del pago de horas extra al personal, lo que le da un más dos que, además del cero, pues se queda en DOS.

En Desarrollo Social, Alfredo Robles, ha conseguido más dinero para Gómez Palacio a través del Comité de Intervención Conjunta que preside y ha desarrollado varios programas sociales en zonas de alta marginación. Pero el pecado de don Alfredo es llevarse mal con los representantes de la Sedesol federal, lo que ha provocado que cada dependencia opere los programas sociales por su cuenta y a veces con duplicidad y criterios muy poco claros. A ver si aprende a llevarse mejor con un CINCO.

Y ya para cerrar el amargo trayecto por la antigua Hacienda de Santa Rosa, llega la Pony a los territorios de la zarina de Cultura, Yeye Romo, en donde se percata de que en 2014 concretó la compra de un edificio antiguo para el Museo de la Ciudad, “la manita de gato” al centro de convenciones Francisco Zarco y el teatro Alberto M. Alvarado. Pero en medio de las actividades artísticas que ha realizado, a doña Yeye se le ha pasado desarrollar programas culturales para el acceso de quienes viven en colonias populares, que también son gomezpalatinos aunque no puedan ir al teatro. Para que ya no se le pase, se le asigna un SIETE que tira más a SEIS Y MEDIO.

***

Por todo el bulevar Miguel Alemán, la Pony se adentra en la llamada Ciudad Jardín para evaluar al alcalde de Lerdo, Luis de Villa, y lo primero que nota es la desorganización que hay en gran parte de las áreas de la administración y la falta de obra pública con recursos propios, ya que se cuelga de los del Estado y la Federación. Y aunque parece ser un hombre letrado (pues es maestro) no tuvo la precaución de elegir entre sus colaboradores cercanos a gente de nivel. Entre sus aciertos destaca que al menos no ha endeudado al Municipio como sus antecesores aunque aseguran que trae por ahí unos problemas de observaciones realizadas en el área de Obras Públicas donde se ha estado dando preferencia en varias obras a ciertas empresas. Así que con todo el dolor de sus transistores, la Pony lo califica con un triste CINCO Y MEDIO con la recomendación de que se tome más en serio su papel.

Al secretario del Ayuntamiento, Gerardo Lara, parece no haberle servido este 2014 para enterarse de muchos de los problemas que enfrenta la administración en cuanto a empleados municipales, sindicatos y organizaciones mientras que la ciudadanía sigue quejándose por tener que dar muchas vueltas para que estampe la poderosa en algunos trámites. Opera a su favor que que tiene generalmente un trato amable para con todas las personas, pero no le alcanza para superar un CINCO Y MEDIO.

En Seguridad Pública, al municipio de Lerdo le pasa lo mismo que al de Gómez Palacio, puesto que carece de policía. Por lo tanto, la Pony les cuelga un tremendo CERO. Pero en Vialidad, César Delgado, ha demostrado un trato, digamos, serio y responsable además de llevar en orden la estadística de los eventos que competen a su área. No obstante no pudo evitar que los elementos mostraran su falta de preparación para aplicar el nuevo reglamento de tránsito o movilidad urbana por lo que tuvo que darles doble curso de derechos humanos, que esperamos sirva para mejorar el trato a la ciudadanía y, de paso, levantar el SIETE que le da la Pony.

A Vicente García en Protección Civil se le nota a leguas que le falta más profesionalización, cursos y certificaciones para ejercer con mayor conocimiento y responsabilidad el cargo que ocupa. Pero, en descargo suyo, su trato siempre es amable con la ciudadanía y suele estar siempre al pendiente de lo que ocurre... aunque se vaya de vacaciones, la Pony espera que disfrute en compañía de un CINCO Y MEDIO.

Se supone que Jaime Enrique Hernández, contralor municipal, es el encargado de vigilar que se cumpla con la normativa, pero lo cierto es que se hace de la vista gorda con varias irregularidades expuestas por la propia Entidad de Auditoría Superior en rubros financieros y de obra pública. Por si fuera poco tampoco publica los resultados de las auditorías practicadas al Ayuntamiento. Veamos si puede hacerlo con el terrible TRES que le lanza la Pony.

Aunque la tesorera María Cecilia Amatón regularmente se ocupa más de su labor en la oficina y no tanto en política, no siempre está enterada de los recursos que el alcalde asegura estar gestionando. El punto a su favor es que suele estar bien organizada en su departamento para tener la información a la mano y por eso la Pony le apunta un SIETE.

La sequía de grandes inversiones en Lerdo no ha podido ser frenada por Enrique García, director de Fomento Económico, quien no ha logrado concretar la atracción de empresas que generen abundantes fuentes de empleo y se ha ocupado más en facilitar trámites para los pequeños negocios, pero que no le facilitan una calificación mayor a CINCO.

La encargada de Atención Ciudadana, Clara Mayra Cepeda, regularmente atiende con amabilidad las peticiones de la ciudadanía, pero le falta mayor coordinación con otras áreas de la administración y por ello se queda con un SIETE.

Los muchachos de Rosalío Valenzuela, director de Servicios Públicos, suelen generar varias quejas de la ciudadanía por alumbrado, basura y áreas verdes, y el departamento no se da abasto, aunque es cierto que requiere de mayor presupuesto para dar respuesta inmediata y para subir su SIETE el próximo año.

En Sapal, Jesús Mario Castrillón, pese a todos sus esfuerzos no ha podido resolver varios problemas de agua que tiene el municipio por el mal estado de las tuberías y por falta de pozos funcionales. Y aunque a la gente no cuenta con el servicio en varias colonias sí les llegan los recibos muy puntuales, como puntual le llegará a él su CINCO de calificación.

Nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que hace el director de Desarrollo Urbano, Carlos Díaz, ya que su dependencia no desarrolla proyectos por su cuenta para la planeación de la ciudad y para ello el Municipio tiene que contratar los servicios de empresas especializadas en la materia aunque también se desconoce a dónde van a parar los estudios. Ojalá que con el TRES de la Pony nos ayude a averiguarlo.

Arturo Rodríguez, director de Obras Públicas, sólo ha conseguido hacer enojar a varios contratistas que se han quejado de procesos irregulares en la asignación de obra, además de tardarse harto en dar respuesta a algunas de las necesidades más evidentes de la ciudad como es la mejora de las calles. Así que se queda con un UNO.

El mérito de Jesús Simental, director de Desarrollo Social es que es el único funcionario de la administración que se ha enterado de en dónde y en qué se aplican los recursos de varios programas federales, ya que ni los regidores, ni el síndico -que es además presidente de la Comisión de Hacienda- tienen idea. Ahora bien, que baje y aplique esos recursos adecuadamente, es otro cantar y como no se sabe esto a ciencia cierta, pues la Pony le computa un SEIS.

En Desarrollo Rural, Álvaro Burciaga, le ha echado algo de ganas tratando de organizar a los productores para bajar recursos y subsidios, además de buscar siempre una mayor profesionalización mediante cursos en los que participa. Lo malo es que todavía hay muchos ejidos que requieren de mayor atención. Con la esperanza que el próximo año le alcance, la Pony le manda un OCHO.

Aunque su presupuesto es de los más reducidos, Eduardo Escobedo, director de Medio Ambiente, siempre anda viendo la forma de hacer más con menos, y el poco dinero asignado al menos se ocupa de realizar labores de reforestación y limpieza de áreas verdes (que debería de hacer el departamento de Parques y Jardines). Por eso, la Pony le regala un tierno NUEVE con moño y envoltura.

***

La Pony se desplaza ahora a la vecina Matamoros. Tras soportar los baches del pavimento desgastado de la carretera que une a las ciudades hermanas, llega a la Presidencia Municipal donde despacha, por tercera vez, Raúl Onofre (a ver si en esta ocasión sí termina). Lo primero a notar en su primer año es que los índices de delitos de alto impacto han bajado notablemente y el abasto de agua potable ha mejorado, aunque todavía le falta. De entre su equipo de trabajo destaca que el secretario del Ayuntamiento, Miguel Ángel Ramírez, a pesar de su juventud, se ha convertido en el apagafuegos frente a la oposición y los manifestantes. En Tesorería, Teodoro Arguijo ha logrado superar las metas de recaudación y pelear a la CFE los cobros indebidos. Hasta aquí, la Pony le soltaría a don Raúl un prodigioso nueve. No obstante, sus múltiples compromisos políticos no le han permitido adelgazar la nómina que se mantiene con varios kilos de más. Y en los demás departamentos la administración ha comenzado a hacer agua. Por ejemplo, en Seguridad Pública, Christian Rodríguez con muchas dificultades ha permanecido en el puesto al que llegó en marzo tras el asesinato del anterior director; sus subalternos se lo “brincan” y prueba de ello son los constantes conflictos ocasionados en los ejidos, derivado de los abusos de autoridad. En Vialidad, nadie sabe qué es lo que hace Armando Rangel, y ni por error se le localiza en la oficina. A otro que es difícil de localizar es a Rogelio Ayup, director de Obras Públicas y Urbanismo; el único proyecto que hasta ahora se le conoce es una campaña de retiro de escombro. A Jesús Antonio Villalobos, en Servicios Públicos, no le ha ayudado el presupuesto limitado y los avances son mínimos en alumbrado, pavimento y limpieza, siendo lo más relevante el remozamiento del viejo Panteón. En Desarrollo Económico, Gonzalo Escobedo se ha colgado del único proyecto que ha amarrado el gobierno estatal: el parque solar, y las ferias del empleo que organiza la Secretaría del Trabajo. Y dos oficinas que de plano parecen inexistentes son Desarrollo Social y Rural. En un ejercicio de recálculo que le provoca reflujo a la Pony, ésta suelta al ayuntamiento de Onofre un feo SEIS.

***

Al llegar a San Pedro, la Pony se da cuenta de que el alcalde Juan Francisco González más que político se siente empresario, ya que pretende administrar al municipio como si fuera una de sus empresas. Esto pese a que ya ha sido diputado local y tiene rato en la polaca. El arranque de su administración en este año fue un poco complicado, al permanecer alrededor de dos meses sin energía eléctrica en el edificio de la Presidencia Municipal derivado del adeudo con CFE que le heredaron. Otro problema que le dejaron es el de una nómina obesa que le impide maniobrar para sacar más dinero para inversión pública. No obstante, se fajó los pantalones y ha logrado recortar la lista de empleados y con ello ahorrar unos cuantos pesos, pese a la inconformidad del sindicato municipal, que emplazó a una huelga. Otro asunto al que se enfrenta es el grave déficit en el abasto de agua, derivado de que muy pocos pagan por el servicio, aunado a las deudas acumuladas que no han permitido la generación de obras hidráulicas y, por ende, el suministro no ha mejorado sustancialmente. En obra pública sólo se destacan labores de pavimentación -con ayuda del gobierno del estado-, arreglo de espacios públicos, una nueva universidad, la rehabilitación del gimnasio municipal y la construcción de una Unidad Deportiva en un polígono de violencia. Y a propósito de violencia, don Juan ha logrado también ver una mejora en los índices de delitos de alto impacto, aunque el robo a casa-habitación sigue golpeando con fuerza a la población. Al final, la balanza virtual de la Pony se inclina hacia un CINCO Y MEDIO que casi araña el SEIS.

***

Ya para concluir su extenuante viaje por las administraciones e iniciar su proceso de hibernación, la Pony se pasea tosiendo por las polvorientas calles de Francisco I. Madero, antes Chávez. Ahí, el alcalde David Flores Lavenant logró reducir este año la nómina en un 40 por ciento. También consiguió algunos avances en materia de servicios públicos, como la pavimentación, destacando la rehabilitación de las principales carreteras que conducen a las comunidades más alejadas, aunque hay que mencionar que lo hizo con recursos federales. En los primeros meses del año se concretó la construcción de una Unidad Deportiva. Además logró poner algo de orden en el Centro de la ciudad, que era un verdadero manicomio. Lo cuestionable de su gestión es su manera, para algunos, autoritaria de gobernar, al grado de que le han colgado el incómodo apodo de “El Herodes de Chávez”. Dicen que a sus colaboradores los trae a raya, que les exige bastante y que, en algunos casos, los trata con menor sutileza que a los empleados de su empresa. La pasada administración le heredó una abultada deuda con la CFE, la cual afecta también al Simas. Pero, fiel a su estilo, digamos, terco, don David se ha negado a destinar un solo peso para sacar al organismo del apuro bajo el argumento de que esta deuda no es de él. Con todo, un poco de orden en medio de un municipio tan caótico es digno de reconocimiento, por lo que la Pony lo hace pasar con un SIETE Y MEDIO.

***

Y con esto se despide la Pony de 2014 y se guarda en su escritorio de madera para reposar sus cables y transistores y prepararse para el año que entra en el que seguirá computando datos para emitir calificaciones, amargas unas y otras no tanto, con la firme convicción en su CPU que la mejor evaluación la tiene usted, amigo lector. Por su parte, este su agente 007 se quita la toga y el birrete y se despide por hoy para ir a preparar los tamales de la cena de Año Nuevo, aunque anuncia que volverá el próximo sábado para seguir destapando los entresijos del poder con la ayuda de sus subagentes. ¡Que tenga usted un excelente 2015!

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