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Verdades y Rumores

EL AGENTE 007

Los “gori-guarros” (así les dicen ya) en Torreón siguen dando de qué hablar y ahora fueron los del alcalde Miguel Ángel Riquelme quienes protagonizaron una historia más de trato sutil y respetuoso. Resulta que la tarde del miércoles pasado, como a las 2:30 de la tarde, durante un acto oficial sobre el Día Internacional de la Mujer, llevado a cabo en el edificio del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, en la avenida Hidalgo, entre las calles El Siglo de Torreón y La Opinión, un automovilista chocó con la puerta abierta de una camioneta estacionada. Para mala fortuna del conductor, el vehículo dañado formaba parte de la comitiva del alcalde y su esposa. Al darse cuenta del problema en el que se había metido, el ciudadano optó por escapar del lugar del accidente, lo cual le saldría muy caro a la postre. Los guardaespaldas del señor alcalde dieron alcance al susodicho, lo detuvieron y lo sometieron de muy mala manera, incluso, según nuestros subagentes disfrazados de burócratas sindicales, con golpes que dejaron al hombre muy adolorido.

Luego lo entregaron, como si fuera un criminal, a los agentes de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, a fin de que respondiera por los daños, aunque de manera oficial, ni en el Tribunal de Justicia ni en la Dirección de Tránsito se tuvo reporte alguno sobre este hecho. Como usted recordará, amigo lector, en la pasada correspondencia comentábamos que es menester que la autoridad meta en cintura a esta casta de los “gori-guarros”. Pero luego de lo ocurrido con los escoltas de don Miguel, surgen serias dudas respecto a si tienen la voluntad real de hacerlo, porque está visto que el predicar con el ejemplo no es lo suyo, al menos en este espinoso tema.

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Quien se resiste a dejar de ser noticia es el exalcalde de Torreón, Eduardo Olmos, quien, por lo visto, se quedó como Juan, el de las gallinas, ya que ni candidatura ni hueso en el gabinete estatal le ha tocado. El miércoles pasado se dio a conocer que don Lalo se metió tremendo susto en el Aeropuerto de la Ciudad de México a su regreso de Nueva York, porque en la estación migratoria le dijeron que existía una alerta emitida por Interpol derivada de un proceso penal contra una persona de nombre Eduardo Olmos Castro. Dicha persona habría cometido delitos contra la salud en Hermosillo, Sonora, por lo que tiene un expediente abierto en 2007 en un juzgado federal. El exjefazo torreonense, obviamente, jura y perjura que él no es ese Eduardo Olmos Castro, por lo que decidió promover un amparo para evitar ser molestado en el futuro. No obstante, llama la atención un dato que el propio interfecto dio sobre el caso. Resulta que mientras él asegura que tomó conocimiento de la alerta el jueves seis de marzo, día que arribó a la capirucha del esmog, la solicitud de amparo se hizo un día antes, lo cual nos lleva a plantear una disyuntiva: o don Lalo está confundido o es descendiente de Nostradamus y puede predecir el futuro. Por otra parte, no deja de llamar la atención que el exalcalde haya recurrido a un amparo cuando, según los versados en estos temas, es suficiente un documento oficial que acredite que los homónimos son distintas personas. Además, en el expediente, que se puede consultar por internet, el amparo es contra una posible acción de la Interpol. En fin, veamos en qué termina este entuerto que pudiera tratarse de un caso más de robo de identidad o alguna otra cosa más intrigante.

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Los que siguen dándose con todo son los panistas de Torreón. Ahora que el aguerrido exregidor Rodolfo Walss se animó a aventarse contra su antiguo jefe, el diputado federal y exprimer compadre Guillermo Anaya, y contra el compinche de éste, el senador durmiente Luis Fernando Salazar, comienza a correrse la voz de que es cuestión de días para que se cambie de bando. Pero no crea que va a ir corriendo con los priistas como han hecho otros expanistas, como Luis Gurza y Martha Rodríguez. No, don Rodolfo está pavimentando su camino para integrarse a las filas de Movimiento Ciudadano para ser suspirante a la hamaca del distrito IX en las próximas elecciones locales, como ya lo habían informado nuestros subagentes. Con el arrojo que lo caracteriza, Walss lanzó el dardo envenenado de que Anaya y Salazar se han enriquecido de manera inexplicable, lo cual ha causado sorpresa entre los divertidos espectadores de la cosa pública regional. Y la sorpresa no es tanto porque el exregidor haya decidido romper abiertamente con su antiguo grupo, sino por el meollo del señalamiento que pide a su -todavía- partido que investigue. Entre la tribuna se escucha la especie de que eso no es necesario, ya que el enriquecimiento de los políticos en este país es perfectamente explicable en una frase: son vividores del erario. Sea como fuere, la única respuesta de Anaya y Salazar ha sido la de descalificar al atacante, acusándolo de ser un frustrado, es decir, de estar ardido por no poder conseguir la candidatura en el PAN. Por lo demás, y para abonar a la hipótesis de que don Rodolfo está a punto de afiliarse al partido del polémico Dante Delgado, la cuenta del restaurante en donde se llevó a cabo la rueda de prensa en la que se lanzaron tan asombrosas acusaciones, fue facturada a nombre de... (música de la película de Sherlock Holmes)... Movimiento Ciudadano, por la cantidad de dos mil 807 pesillos, propina incluida. Así que, como ya lo habíamos adelantado, lo más probable es que para el distrito IX tengamos una contienda de tres “panistas”, con Walss por el MC, Gurza por el PRI y Natalia Virgil por el PAN. Sin embargo, ya se dice por ahí que la exsíndica de vigilancia se está arrepintiendo debido a que no está de acuerdo con las curiosas maneras (nótese el eufemismo) que tienen los anayistas de jugar a la política. Sin doña Natalia y con don Rodolfo dividiendo el voto azul, el neopriista don Luis iría en caballo de hacienda hacia el Congreso.

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En Durango también se están dando con todo, y el control del estado es lo que está en juego. Pero no crea usted, malicioso lector, que estamos hablando de la disputa al interior del cártel de Sinaloa a raíz de la recaptura de Joaquín “el Chapo” Guzmán. Nos referimos al duelo a muerte política que se traen el senador Ismael Hernández Deras y el gobernador Jorge Herrera Caldera, antes íntimos y hoy enemigos. Nuestros subagentes disfrazados de acarreadores nos cuentan que el origen de este pleito es la obstinación de don Ismael por querer imponer al candidato a la gubernatura en 2016, y que la gota que derramó el vaso fueron los mensajes impresos en enormes carteles con los que se topó don Jorge a su paso al ingresar a la enorme verbena que el exgobernador organizó por sus 50 años en la Hacienda de Dolores, en la que, por cierto, entre los miles de invitados no estuvieron importantes miembros del comité nacional del PRI. Los mensajes decían: “Aguas, ¿eh?… Aquí estoy… Ándele… Vaya pensándole… Sea correcto… Propóngame… Calcúlele… ¿Qué hacemos?… Todo es todo… Valórenlo”. A raíz de esto, el gobernador, otrora alfil del senador, lanzó el decreto de “apestado sea todo aquel que huela a Hernández Deras”. Y en un acto inusitado de celeridad, el Congreso de Durango creó una comisión legislativa para investigar presuntos actos de corrupción del exgobernador por creerse jeque con semejante guateque. Esta medida se dio apenas horas después de la detención del exalcalde de Durango, Adán Soria Ramírez, peón de don Ismael, por la acusación de fraude en agravio de un grupo de constructores, quienes, por cierto, dicen que daban “diezmo” al gobierno estatal anterior. Como si se tratara de una versión “new age” de las purgas de Stalin, todo el que huela a Ismael está siendo sacado del gabinete. Dicen los que saben que la denuncia contra Soria puede ser la primera de varias. Las acusaciones de otros cuatro constructores contra el exalcalde y las irregularidades comprobadas en la construcción de un centro comunitario del DIF, también podría formar parte del historial negro de denuncias. Con esto don Adán podría estar entre uno y tres años ocupado en pleitos legales, por lo que puede ir despidiéndose de la idea de ser suspirante para 2016. Por otra parte, algunos maldicientes se extrañan de que Herrera Caldera no esté enterado del origen de los recursos de su cuasi demiurgo, ya que de 2004 a 2006 fungió como secretario de Finanzas y Administración del Estado de Durango bajo las órdenes directas del hoy senador. Por si fuera poco, en la capital ya hay quien levanta la voz para pedir una investigación respecto a la adquisición directa o mediante prestanombres de propiedades en la Isla de la Piedra por parte de Hernández Deras. Habría que ver hasta dónde llega esta indagatoria pues dicen que don Jorge también tiene su terrenito en esa misma isla. Así que este tema pinta que se va a poner “de pelos”.

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Tremendas exhibidas las que el gobierno del preciso Peña Nieto le ha dado en las últimas semanas a las administraciones panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón. Cuando ambos personajes aún no se reponían de la rechifla y el siseo generados luego de la captura del capo di tuti capi, Joaquín “el Chapo” Guzmán -que al primero de los exprecisos se le escapó y el segundo nomás no pudo dar con él-, surgió como marea negra de inmundicia el caso de la empresa Oceanografía, proveedora consentida de Pemex durante los doce años de gobiernos albiazules. Y por más que los exfuncionarios foxistas y calderonistas tratan de hacerse patos, varios de ellos aparecen en la lista de personas que de alguna u otra manera tuvieron que ver con la compañía de Amado Yáñez, tales como: Raúl Muñoz Leos, Luis Ramírez Corzo, Carlos Morales Gil, Javier Hinojosa Puebla, Jesús Reyes Heroles y Juan José Suárez Coppel. Otro político relacionado con la empresa acusada de fraude es el actual jefazo nacional del PAN, Gustavo Madero, quien aparece muy sonriente en una fotografía a bordo de un jet privado de Oceanografía. Para colmo de males, esta semana se supo que Nazario “el Chayo” Moreno, fundador del cártel de La Familia y jefe de los Caballeros Templarios, andaba de parranda y no estaba muerto, como lo declaró el gobierno de Calderón en diciembre de 2010. El domingo pasado, en un enfrentamiento con fuerzas militares, “el Chayo” volvió a morir, pero ahora sí de verdad (bueno, eso dicen). Con todo lo anterior, las malas lenguas comienzan a suponer cosas por demás turbias que las actuales autoridades deberán investigar a fondo. Por lo pronto, es posible decir que tal parece que las instituciones estaban de vacaciones.

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