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Verdades y Rumores

EL AGENTE 007

Nuestros subagentes disfrazados de mamparas nos informan que la principal preocupación planteada por los empresarios laguneros -los de a de veras- al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en su reciente visita a esta tierra de sol y polvo, fue el temor de que, por la desarticulación de bandas de la delincuencia organizada, se disparen los secuestros que tanto terror ocasionaron en los días más aciagos de la ola criminal que ha asolado a la comarca. Los poderosos caballeros del dinero regional lanzaron una encarecida petición a don Miguel, a quien apodan el “Mero Mero II” -ya que el I es Luis Videgaray, secretario de Hacienda.

Le dijeron que está muy bien que hayan disminuido los homicidios dolosos y los intercambios de plomo en plena calle y a todas horas, pero que de ninguna manera quieren que la falta de trabajo que existe en el ambiente de los “malos” se traduzca en un aumento de los plagios y extorsiones directas para buscar financiamiento. Y es que no sólo el desempleo formal ha hecho mella en esta polvorienta comarca. Los golpes dados al hampa organizada, que antes señoreaba por casi toda la región y aún existe en varios rincones, han traído como efecto secundario que grupos de malandrines se encuentren ahora sin chamba. Y como ellos también tienen estómagos que llenar y hogares que mantener, pues buscan autoemplearse poniendo su propio changarro criminal, tal y como era el sueño del ocurrente expresidente azul de botas y sombrero, apodado “El Zorro”. Y así fue que el secretario Osorio les prometió a los empresarios “oootro” grupo especial para atender estos delitos específicamente. Ojalá que no vayan a salir con la versión increíble de que hay cero secuestros en Coahuila, como se dijo hace unas semanas.

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A propósito de cosas increíbles, se había dicho ya que la Comisión Estatal de Prevención del Delito juega al olvido en el caso de los recursos federales del Programa Nacional de Prevención del Delito que se aplicaron -bueno, eso se supone- en 2013 en Torreón. Y se había dicho también que probablemente la tardanza en el reporte se debía a que las cuentas no cuadran. Pues resulta que, según nuestros subagentes disfrazados de documentos traspapelados, se oye cada vez más fuerte el rumor de que hay una denuncia penal en ciernes contra quien resulte responsable por presunto desvío de recursos. Pero hasta ahora, ni el encargado de la Comisión, Sergio Sisbeles, ni el procurador de Justicia, Homero Ramos, han querido soltar prenda sobre esta situación, la cual no resultaría extraña a la luz de la intempestiva y sospechosa salida de Rosa María Salazar de la citada dependencia a principios de este año. Las malas lenguas dicen que hasta que pasen las elecciones este caso será detonado con tal de no perturbar a la clientela electoral y no poner obstáculos en el caminito de los candidatos tricolores a ocupar hamacas en el Congreso local. ¿Será?

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Y ya que hablamos de elecciones y oportunas visitas de funcionarios federales -que conste que no estamos sugiriendo que ambas cosas tengan algo que ver, aunque pudiéramos hacerlo-, por los pasillos del Palacio Federal de Torreón corren versiones de una posible gira por la región del mismísimo preciso Enrique Peña Nieto en unas cuantas semanas. La fecha aún no se ha especificado, pero nuestros subagentes disfrazados de focos fundidos nos dicen que pudiera ser para los últimos días de mayo. Esta sería la primera visita del habitante de Los Pinos a la Perla de la Laguna desde que se sentó en la silla presidencial, porque antes de eso sólo vino para hacer campaña. El motivo de la gira aún es misterioso, aunque se dice que tiene que ver con la Cruzada contra el Hambre, programa que, por cierto, se anunció aquí con bombo y platillo, pero hasta ahora se desconocen resultados concretos (¡qué extraño!). El asunto es que toda esta pasarela del gobierno federal en La Laguna está en perfecta consonancia con la estrategia del gobernador Rubén Moreira de mostrar un amor desmedido por Torreón, con su presencia constante y hasta dándole a esta ciudad de ladrillo una inversión mayor que a la urbe de adobe dentro del programa “Mil Obras para Coahuila”, según datos oficiales. Una de cal por tantas de arena, dirán los maldicientes. Pero habrá qué ver cuánto dura el amor.

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Respecto al tema de las elecciones, hay más tela de dónde cortar. Resulta que con el lanzamiento de la campaña de “vota por ELLA”, es decir, la chica que los separatistas locales quieren y que se llama Estado de La Laguna, han surgido duras voces que cuestionan las verdaderas intenciones de este movimiento y las repercusiones que tendría anular la boleta el seis de julio, día de la elección de diputados locales. Los críticos apuntan que esta estrategia de poner en la urna un voto por dicha organización y no por cualquier partido opuesto al que detenta el poder, representaría una ventaja para el PRI, el cual, cómodamente, se dedicaría a acarrear -perdón, llevar- a su clientela dura y la de su chiquillada, es decir, partidos satélite, a las casillas. Y, mientras tanto, el electorado harto de una década de moreirismo, se dividiría entre el partido (en todo sentido) albiazul, que comanda el grupo del diputado Guillermo Anaya; el emergente Movimiento Ciudadano, cuyo liderazgo se disputan el exsuspirante a alcalde Raúl Sifuentes, y el diputado federal, Ricardo Mejía Berdeja, y esa muchacha abstracta conocida como ELLA. Los profesionales del cuchicheo están en la disyuntiva de cuál máxima aplicar aquí: si el clásico “divide y vencerás” o el típico “nadie sabe para quién trabaja”. El tiempo correrá el telón, dijo el dramaturgo.

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En donde también persisten las dudas es en el caso de la destitución de José Herrera Rangel como jefazo de Recursos Humanos en el ayuntamiento de la vecina e industriosa ciudad de Gómez Palacio. En los pasillos de la Presidencia Municipal se escucha la especie cada vez más fuerte de que su salida se debió a la negativa de aceptar las travesuras en las que están incurriendo algunos directores, y que consisten en reportar horillas extras de manera injustificada. Por eso, la minifracción opositora en el Cabildo, integrada por la mitad de los seis regidores de Acción Nacional, considera que se debe explicar la salida de Herrera Rangel. Y juran y perjuran estar al tanto de que muchos de los directores reportan horas extras cuando en realidad éstas no fueron cubiertas por su personal. Para ellos es prácticamente imposible que en una semana un trabajador de la Dirección de Servicios Públicos, por ejemplo, haya cubierto un total de 25 horas extras. Si fuera así, seguramente en el municipio no habría tantas broncas con los servicios. Otro tema espinoso es la supuesta existencia de “aviadores” y la poca claridad con la que, dicen los panistas, se maneja la nómina municipal, ya que es un misterio el número de personas que han salido y han entrado en los siete meses del alcalde José Miguel Campillo. Parece que la administración de don Pepe va a continuar la historia del trienio pasado, cuando hubo cuatro o cinco personas que ocuparon ese cargo, algunas incluso sólo durante algunas semanas.

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Ya entrados en asuntos de la fuerza aérea municipal, parece que en donde no hay empacho por reconocer la existencia de la misma es en el ayuntamiento que encabeza el panista Isidro López, allá en la urbe de adobe. Claro que dicho reconocimiento vino después de tremendo escándalo que se armó por la publicación del contenido de una grabación sostenida entre el tesorero Adrián Ortiz y el jefazo de Servicios Administrativos, Armando Mireles, cuando casualmente conversaban respecto al sueldo de la primera cuñada de la ciudad, Astrid Naranjo, hermana de la esposa de don Chilo. Una vez exhibida la situación, al alcalde no le quedó de otra que admitir que, aunque él no tuvo nada que ver con la contratación de su pariente política, efectivamente sí estaba como “aviadora”, devengando un sueldo de 23 mil pesillos al mes por, digamos, simplemente gozar la vida. Parece que el tema de los “aviadores” no conoce de colores partidistas. Más allá de esto, lo que llama poderosamente la atención es que nadie se cuestione el origen de las grabaciones de conversaciones privadas y que se maneje como si se tratara de lo más natural. Ni siquiera los propios panistas se han quejado de ello con la vehemencia necesaria y sus denuncias son tibias y perezosas. Pero hay que recordar que eso de los pájaros en el alambre se llama espionaje y es considerado un delito, quizás el delito que más disfrutan cometer ciertos gobiernos... como el del Tío Sam. En fin, de todo hay en esta extensa y endeudada provincia coahuilense.

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