Todo parece indicar que el retorno de Humberto Moreira a la arena política es un hecho. Como reguero de pólvora corren las versiones de que los relojitos repartidos en el norte de la provincia con el rostro del “Profe de la Deuda” y la leyenda “Para Coahuila hay un caMino (sic)”, además de la oda en DVD al gobierno de don Humberto, forman parte de la campaña preventiva del lanzamiento del exmandatario a la carrera por una hamaca en el Congreso local. Pero no crea usted, estoico lector, que al profe lo van a poner a ensuciarse los zapatos en campaña como antaño, sino que entraría en primer lugar en una lista de suspirantes plurinominales.
Lo interesante del caso es que los aficionados a la política estatal comentan que el Partido Joven es el que impulsa esta “limpieza” de imagen del hermano del actual gobernador, ya que los hijos de Édgar Puente, presidente de esa agrupación política, aparecían hasta ayer como distribuidores de tales presentes en una página de red social, la cual misteriosamente ya desapareció. Pero da la casualidad de que el “juvenil” partido es uno de los satélites del PRI y va en coalición con éste en siete de los 16 distritos de la entidad, al igual que el Partido Campesino Popular, cuyo presidente, José Luis López, además de sugerir la creación de autodefensas en Coahuila, ha declarado que le gustaría que el profe Moreira fuera uno de sus candidatos. Así que por lo menos ya son dos partidos los que coquetean con el exgobernador y, ambos, cercanos al tricolor. Lo curioso del caso es que tanto las autoridades electorales como las agrupaciones involucradas han hecho mutis hasta ahora, aunque se dice que hoy se resolverá el misterio. Por cierto, ¿qué pensará don Rubén de todo esto?
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Ya que hablamos del profe Moreira, uno de los recursos retóricos que más gustaba incluir en sus discursos era el de la supuesta hermandad entre las provincias Coahuila y Tlaxcala. Pues bien, ese anhelo fraternal se ha hecho realidad en los últimos días, gracias al Plan Nacional de Infraestructura 2014-2018, lanzado por el preciso Enrique Peña Nieto, y en el cual ambas entidades comparten ser las que menor inversión recibirán, según lo inscrito en el plan, no vaya usted a creer. ¿A qué se debe esta “supuesta” desestima?, se preguntará con justa razón, amigo lector. Dicen los avezados que si bien la megadeuda dejada por el gobernador Moreira I y los criterios de apoyar a los estados más rezagados pueden ser factores, éstos no son los determinantes. Las malas lenguas dirigen sus cañones hacia Saltillo, pues dicen, que allá no lograron convencer a la gente del preciso con proyectos estatales nuevos; pero también hacia la mala gestión de los diputados federales y senadores, que parecen estar más enfrascados en la grilla que en el trabajo. Pero los más atrevidos aseguran que la inversión aparecida en el plan presidencial para Coahuila no es sino el reflejo del poco cariño que hay. ¿Será?
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Y a propósito de obras, las medidas aplicadas para poner orden en la peligrosa autopista Torreón-San Pedro -a la que ya le dicen la “vía billar”, por tanta carambola- han hecho resurgir el tema de la prolongación del bulevar Senderos, que tiene más de cuatro años en construcción. Una vez anunciado el proyecto de retorno inferior para el acceso y salida del populoso sector residencial, el ayuntamiento de Miguel Riquelme y la secretaría de Infraestructura, que comanda Francisco Saracho, dan por sentado que las negociaciones para desatorar la obra con los prominentes empresarios dueños de los terrenos, están más congeladas que la superficie de Groenlandia. Lo peor del caso es que las autoridades pretenden echarle tierra al expediente de una obra en la que se invirtieron 22 millones de pesos, entre los trabajos físicos y la indemnización. Total, es dinero del sufrido pueblo. Más allá de esto, mientras está listo el paso inferior -a ver si no tardan otros cuatro años-, con el cierre de los retornos de la autopista, se avecina menudo problema vial, ya que los únicos cruces abiertos son los de la Unión, el TSM y la Ibero. Incluso, dicen nuestros subagentes disfrazados de motos policiacas, que ni el propio jefazo de Seguridad Pública Municipal, Adelaido Flores, estuvo de acuerdo con esta medida, consultada exclusivamente con Guillermo Flores, director de Tránsito. En fin. La prueba de fuego será hoy, durante el juego del Santos-América. A ver cómo se pone eso.
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Cuentan nuestros subagentes vestidos de intendentes del aparador municipal de Torreón que los bolos que los regidores panistas iban a entregar a los niños en su día eran tan raquíticos que parecían despensas priistas en campaña de elección local. Y dicen que tan pequeños eran los regalitos que una lideresa de colonia fue a armarle tremendo sainete al regidor Ignacio Corona, quien no pudo ocultar su disgusto ante semejante reclamo. Doña “Furibunda” llegó a la oficina de don Nacho para reclamarle lo miserable del bolo y, haciendo gala de un florido lenguaje, vació los dulces del interior al suelo y sobre ellos empezó a bailar una especie de jarabe tapatío, mientras seguía con su diatriba contra el atónito edil. La versión de este penoso acontecimiento corrió por los pasillos del horno de la Plaza Mayor hasta que el eco se convirtió en punzante pregunta: ¿qué no son suficientes los 15 mil pesotes al mes que reciben de gastos de gestoría los regidores como para comprar bolos decentes para los niños de escasos recursos? O ¿qué le hacen al dinero?
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Del lado de Durango, la situación de las violaciones sexuales en La Laguna ha dejado en evidencia la inoperancia -algunos maldicientes dirán indolencia- del gobierno de Jorge Herrera Caldera en los temas que tienen que ver con la equidad de género y la protección a la “minoría” que en realidad es mayoría, es decir, las mujeres. Y es que para los espectadores profesionales de la cosa pública no cabe la menor duda de que las autoridades han sido rebasadas. Prueba de ello es el S.O.S. que el alcalde de Gómez Palacio, Pepe Campillo, lanzó al nuevo mando especial del Operativo Laguna, Sergio Alberto Martínez Castuera, quien, por cierto, asumió su nuevo encargo un tanto silencioso. Y como para que no digan, el gobernador del Chiapas norteño anunció, junto a su fiscal Sonia Yadira de la Garza, la creación de una tercera agencia del Ministerio Público de delitos sexuales. Pero nuestros subagentes disfrazados de sillas rotas nos cuentan que el problema no es la falta de agencias, sino las carencias con las que trabaja el personal de la Vicefiscalía, pues no tienen material ni equipo para realizar peritajes ni diligencias. Este hecho ha causado mucha frustración no sólo al interior de la dependencia, sino también en el Instituto de la Mujer Duranguense, desde donde observan cómo un individuo -o individuos- sigue ultrajando a laguneras y, de paso, burlándose de las instituciones y la sociedad entera.
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En la urbe de adobe, el caso del espionaje está tomando rumbos polémicos e interesantes. Ahora que el tesorero de la capital coahuilense, Adrián Ortiz, apuntó las baterías hacia el Gobierno de Coahuila al acusar que es ahí donde se graban conversaciones privadas, algunos amantes del cuchicheo aseguran que el funcionario número dos del alcalde Isidro López anda tibio en sus señalamientos. Y es que, dicen los que saben, que no es en la oficina de Armando Luna, secretario de Gobierno, ni en la del procurador Homero Ramos donde existe esa afición de espiar, sino en la sede estatal del partido tricolor, en donde manda David Aguillón. Si tomamos en cuenta que en esta provincia, como en muchas otras aún, partido y gobierno son prácticamente lo mismo, alguien podría decir que don Adrián no anda tan perdido. La especie que los amantes de la grilla han soltado es que el medio digital de reciente creación en donde han sido publicadas las conversaciones que revelaron que la cuñada de don Chilo era parte de la fuerza aérea municipal, es coordinado nada más y nada menos que por la sobrina del jefazo tricolor. Esto sin contar el control que dicen que tiene don David sobre otros medios exclusivos del ciberespacio, en donde también se han difundido dichas grabaciones. Pero para que nadie ande diciendo estas feas cosas -”impensables” en el partido tricolor- el secretario de Acción Electoral, Lauro Villarreal, alias “El Mago”, ha jurado y perjurado en días recientes que “el PRI es el partido de la legalidad; creemos en ella y la practicamos todos los días”. ¡Qué chulada!
