Maratón. Verónica comienza a prepararse desde diciembre, privándose de reuniones y fiestas.
Todo comenzó gracias al estrés. Aquella terapia que le permitiría a Verónica relajarse y olvidarse por un momento de los problemas, se convirtió en una adicción: El correr. Tan es así que este domingo correrá su tercer maratón.
Pasión y disciplina
A sus 33 años es madre y padre a la vez. Se dedica a la venta de materias primas para una empresa y en sus ratos libres se dedica a correr.
Hoy, gracias a su preparación, ha recorrido largas distancias para lograr la condición física y mental para resistir y disfrutar de los 42 kilómetros del Maratón Lala.
Su gusto por correr, cuenta que nació como una terapia de relajación hace ya casi 10 años. Primero fue caminar, luego trotar para después correr uno, cinco, diez, 15, 30 y más allá de los 40 kilómetros. "Mi cuerpo me pedía más y más", dice.
"Si no lo hago me siento mal, como si algo me faltara, es algo así como si no hubiera comido o si no me hubiera bañado; tu cuerpo se va acostumbrando a cierto ritmo y lo exige".
Un año después de tomar ese ritmo, tuvo que parar durante varios meses: Un bebé venía en camino. " Al día siguiente de correr una carrera de cinco kilómetros, me realicé una prueba de embarazo que resultó positiva, tenía exactamente cinco semanas y, pues eso me encantó y tuve que suspender todo aquello que apenas iniciaba", relata.
Fue hasta que su pequeño estaba a punto de cumplir un año, cuando volvió a usar sus tenis para salir a correr.
En el 2010 corrió por primera vez el maratón, pese a los comentarios que intentaban desanimarla, como el de su padre, que decía que no podría, pero terminó.
Y tal fue su reto, que en ese mismo año, corrió todas y cada una de las carreras que se organizaron en la región, lo cual está dispuesta a hacerlo nuevamente.
Dos años después lo intentó nuevamente. Sin entrenador ni nada, sólo con pasión y disciplina, se preparó durante semanas.
"No me he animado a correrlo consecutivamente, mentalmente como que tengo una barrera que no he podido superar todavía de correr el maratón año tras año. Es duro prepararse, por eso, se requiere mucho esfuerzo y sacrificio en tu vida personal", reconoce la corredora.
Ahora en este 2014, va por un maratón más que espera hacerlo en un menor tiempo. "Los dos primeros los hice en el mismo tiempo, cinco horas".
Hacerlo requiere de una serie de sacrificios, que van desde sacrificar la cena de Año Nuevo, hasta las reuniones con los amigos y salir hasta altas horas de la noche. "Comienzo desde diciembre. Es una prueba dura".
La frase "no podré" no está en su mente, aunque esos 42 kilómetros traten de decirle lo contrario.