Foto: Archivo Siglo Nuevo.
No importa que tan placenteras sean al principio, todas las conductas que se repiten obsesivamente son dañinas y pueden terminar afectando cada área de la vida, incluso la sexualidad y la vida en pareja.
Iniciar una vida de pareja es el proyecto de vida que muchos jóvenes elijen para dar dirección y rumbo a su existencia.
Al principio se sienten atraídos entre sí; se gustan, conviven y consolidan una relación que pretende ser más o menos duradera. Algunos llegan incluso hasta el matrimonio.
El desconocimiento de cómo vive el otro su sexualidad -aunque se haya practicado sexo prematrimonial- les pone en severa desventaja; ya que al llegar a la convivencia diaria, saldrán a relucir conductas que obstaculizan, desvían o destruyen la idealización que se hiciera del compañero de vida.
A la repetición constante de algo que se considera reprobable desde el punto de vista moral se le ha denominado vicio.
En la actividad intima de la pareja, en la sexualidad, los vicios pueden causar desde malestar, rechazo, asco o la ruptura temporal o definitiva de la relación.
Examinemos algunos de estos vicios u obstáculos del erotismo:
MASTURBACIÓN
Aunque la vida sexual en pareja sea muy excitante, algunos hombres y mujeres disfrutan de la autocomplacencia sexual, la llamada masturbación.
Si la práctica es excesiva, entonces el apetito sexual por el compañero se pierde. Muchos matrimonios ven derrumbarse el interés sexual de su pareja ante un video pornográfico, algunos terminan mejor masturbándose e ignorar a quien está dispuesto a darlo todo y sin medida.
ALCOHOLISMO
Terminar la semana en una parranda es la rutina que muchas parejas viven. Anteponen la sexualidad tan deseada y esperada por una reunión donde el alcohol es rey y la pareja su subordinada.
JUEGO COMPULSIVO
Las adicciones al principio son ideas que aparecen en la mente a cada rato; después se convierten en actos compulsivos que se realizan de manera automática.
Quien es adicto al juego, aprovecha cualquier momento del día o la noche para jugar. Su vida personal e íntima se acaban. Muchos matrimonios se destruyen por la manera de vivir de un adicto al juego.
La sexualidad pasa a un mínimo lugar. La frustración sexual del ludópata y su pareja va en aumento.
TABAQUISMO Y DROGADICCIÓN
La necesidad de estimularse con alguna sustancia inhalable, inyectable, untable o de cualquier otra índole, puede llegar a generar una necesidad insoportable que obstaculice la comunicación en la pareja, altere los patrones de demostración de afecto e incluso deshumanice la sexualidad llegando a extremos de actos aberrantes.
Una pareja que vive en medio de la toxicomanía está en constante estrés, lo que lastimará la iniciativa sexual y el apego amoroso.
CELOPATÍA
Los celos infundados, el espionaje, la desconfianza, la idea obsesiva de ser engañado (a) altera el ritmo de vida de la pareja y la convierte en una cárcel terrible.
A quien anteriormente se le veía como la mejor persona, la que iba a acompañarle toda la vida, ahora se le observa recelosa siguiendo cada uno de sus pasos.
Parejas que viven esta constante terminan muy mal, aborreciendo a quien antes amaban.
Los celos obsesivos llegan a convertirse en una conducta agresiva que incluye desde palabras ofensivas, hasta la violencia extrema del homicidio y el suicidio.
CULTO AL CUERPO
Practicar exceso de ejercicio, dando prioridad a las sesiones en el gimnasio y llegar exhausto a casa, sin ánimo de emprender la aventura en la cama es causa constante de infidelidades, enojos, frustración y ruptura.
La pasión por verse bien, en muchas ocasiones, es propio de quienes de manera obsesiva se ven siempre mal a sí mismos y se califican de gordos, sebosos, feos, etcétera
El automenosprecio invalida al obsesionado por su físico, al punto que la relación entre los amantes se interrumpe o se distancia por semanas o meses.
DEPENDENCIA DE JUGUETES SEXUALES
Para poder excitarse sexualmente uno de los miembros de la pareja requiere de un previo erótico asociado a un objeto, situación o fantasía sexual, generando en su pareja la sensación de no ser él o ella suficiente para despertarle el deseo.
Como esta conducta es repetitiva termina por acabar con la paciencia de quien se somete voluntariamente a esta imposición.
La sensación de no dar la talla para que se dé naturalmente la relación sexual acaba por generar enojo y hartazgo en quien se siente menos apreciado como amante.
SEXUALIDAD VIRTUAL
La tecnología computacional ofrece nichos de excitación sexual que terminan orillando a quienes los consideran placenteros a vivir en un mundo virtual, no real.
La pareja viva, sin tiente, languidece frente al amante que consulta de manera incesante su teléfono celular o su computadora.
El adicto a comunicarse a líneas calientes, previo al encuentro sexual, es muy parecido a quien se excita con la pornografía.
En el momento en que no tiene acceso a estos estimuladores, todo su vigor y entusiasmo sexual se viene abajo.
CODEPENDENCIA
No es posible tomar una determinación sin consultar a la otra parte. El valor y aprecio de sí mismo van en función a la aprobación del otro.
Vivir a costillas del vínculo emocional de la pareja logra con el paso del tiempo destruir la relación. El interés inicial en convivir y compartir sexualmente se transforma en un suplicio crónico.
BUSCANDO ORIENTACION Y AYUDA
La consejería matrimonial, couching personal, psicoterapia individual y terapia sexual son algunas de las alternativas profesionales para recuperar la salud emocional, mental y sexual de uno o ambos miembros de la pareja.
Cerrar los ojos, hacer que no se ve, agrandará el problema y las cosas terminarán mal.
Hay que aceptar que el rumbo inicial de la pareja se perdió y hay que buscar ayuda profesional.
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