La muerte la sorprendió aún siendo joven, pero ella la buscaba desde hacía tiempo.
Se acaban de cumplir 52 años de la muerte de Marilyn Monroe, cuyo nombre original era: Norma Jeane Mortenson, quien se fue en plenitud a los 36 años de edad.
Por eso pasó y permanece en la historia, porque todos la recordamos joven, bella, sexi, hermosamente rubia platinada.
Somos muchos los que quedamos prendados de su belleza, desde hace años y muchos más los que hubiéramos deseado conocerla personalmente.
Cuentan que un día, mi amigo llegó a casa de sus padres y encontró a Don Pancho, leyendo un libro, por lo que le preguntó: "¿Qué hace papá?", a lo que el padre respondió: "Aquí leyendo un libro sobre Marilyn Monroe, pero sabes una cosa: el libro se llama: Los hombres de Marilyn y ya voy a la mitad y… no me hallo".
Muchos somos los que hubiéramos querido encontrarnos en ese libro, pero, además de sus amantes ocasionales, sólo tres hombres figuraban en la lista de maridos: James Dougherty, Joe DiMaggio y Arthur Miller.
Quienes más controversia causaron y fueron los principales sospechosos de su muerte, desde el punto de vista intelectual, fueron los hermanos John y Bobby Kennedy. Sus amoríos con el presidente fueron públicos, como público fue el amor que sentía por él, demostrado cuando sensualmente le cantó en su cumpleaños, insinuándosele abiertamente a John.
Pero Marilyn era una mujer envuelta en un cuerpo hermoso, pero poseedora de una alma atormentada, desde niña. Hija de una mujer que padecía trastornos mentales y ella misma tenía que tomar constantemente barbitúricos para poder vivir.
Curiosamente su cuerpo tenía una imperfección, según cuentan sus biógrafos: tenía seis dedos en un pie. Y uno piensa: ¿Quién le andaba viendo los pies a aquella diva?
Un dato poco conocido, es el relativo a que le gustaba escribir poesía y aún anda por ahí un libro con poemas que ella escribió, comúnmente atormentada, por obsesiones y prejuicios.
Pero, ¿por qué el mundo recuerda siempre a Marilyn y sigue siendo el sex simbol de todos los tiempos?: porque murió joven. Las que mueren de viejas, se les recuerda viejas, por lo que a veces, más vale morirse en plenitud.
Vayan desde aquí nuestros mejores recuerdos para la protagonista de "Una Eva y dos Adames".
Desde este espacio quiero agradecer las muestras de afecto de quienes notaron la ausencia de estas líneas el sábado pasado. En especial, el dilecto correo de mi amiga la señora Aurora Maynez, que cada ocho días me dispensa el valor de su atención. Gracias y de nuevo y le deseo lo doble para usted.
Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar, que Dios te guarde en la palma de Su mano".