Irma Virginia Salazar Velasco llegó a un hospital del Distrito Federal con su hijo Owen en brazos informando que se cayó, lesionándose seriamente, aunque también presentara quemaduras en sus extremidades. Luego de días de lucha los médicos lograron estabilizarlo, en tanto la madre era detenida acusada de maltrato infantil en complicidad con su pareja sentimental, Rubén (N), prófugo.
En Tamaulipas, Héctor Alejandro Méndez Ramírez fue columpiado y lanzado contra una pared por tres compañeros de la secundaria, recibiendo daños que posteriormente le causaron la muerte. Los directivos y profesores están bajo suspensión laboral e investigación, cumpliéndose aquello de "ahogado el niño, tapado el pozo".
En Chihuahua, cuatro estudiantes de secundaria golpearon y fracturaron la nariz de una compañera por no estar de acuerdo con las amistades que tenía, ella había sido molestada desde días anteriores por una amiga que se sentía desplazada.
En Mérida, Yucatán, H.A.B.C -sólo dan sus iniciales- de nueve años de edad, fue ingresado a la Clínica T1 "Ignacio García Téllez" del Instituto Mexicano del Seguro Social, con traumatismo craneal por ser lanzado contra una pared en su escuela.
Agregue a la abuela que amordazaba al nieto y los múltiples casos de bullying que diariamente se presentan en nuestro país y que, de acuerdo a estudios, han involucrado al menos a 7 de cada 10 estudiantes de secundaria. No descarte el acoso y la violencia que padecemos de muy diferentes formas, en todos los niveles socioeconómicos.
En tanto, los senadores "se preparan" y presentan una iniciativa de ley que promueva la coordinación de autoridades, como en los mejores tiempos de Don Porfirio, quien organizaba comisiones cuando no deseaba obtener resultados.
También sume la violencia sexual a que están sometidas las mujeres de México, particularmente las de La Laguna de Durango, donde las autoridades se contradicen en citar el número de víctimas y, para colmo, se muestran totalmente desconcertadas e ineficientes en lo que debiera ser su actuar con responsabilidad. Para nuestra desgracia, ahora tenemos la etiqueta de la zona de mayor incidencia de agresión sexual y violencia contra la mujer.
No olvide el salvajismo que mostramos con los vecinos que intentan ingresar a México por la frontera sur. Los bárbaros angloamericanos palidecen frente a los violadores, asaltantes y criminales nuestros.
Aunque de menos importancia, incluya el sadismo mostrado con animales domésticos, algunos de ellos exhibidos por la Internet y que quedan impunes.
La violencia parece ser un signo de la posmodernidad y a ella no le hemos podido poner una contención ni, al menos, explicar de fondo la causa de su incremento, aunque identifiquemos el debilitamiento de la autoridad de cabezas de familia, profesores y la baja calidad de nuestras escuelas, donde sólo instruimos y no educamos como antaño.
Las Naciones Unidas han informado que la violencia en América ha superado a la ejercida en África -incluya los raptos mediáticos de menores- y en países como el nuestro, Honduras, Venezuela o El Salvador, dicen que está fuera de control.
Si Sudáfrica es considerada el área del mundo con mayor violencia, particularmente por los asesinatos, los latinoamericanos no vamos muy atrás; México tiene una tasa de homicidios de 21.5 por cada 100 mil habitantes, por abajo de países como Colombia con 30.8 y Brasil con 25.2. Arriba de 20 es definida por la propia ONU como situación grave.
El problema que México también tiene, entre otras causas que se sugieren como causantes de nuestra violencia, es la impunidad. Se considera que sólo 2 de cada 100 delitos llegan a ser resueltos adecuadamente. Usted ya sabe la estrecha relación entre la ineficiencia y la corrupción.
La violencia contra las féminas, de nuevo se ha incrementado significativamente en Latinoamérica sólo por debajo del África del Sur y a decir de Jean-Luc Lemahieu, experto de la UNODC, especialista investigador del fenómeno, "el hogar representa el lugar más peligroso para una mujer".
Los humanos somos la única especie animal que agrede a sus iguales, aún sin amenaza a la integridad o hambre; ya se dijo que "el hombre es el lobo del hombre" y aunque la brutalidad está presente en la historia del mundo, su incremento, tecnificación y la baja del sentimiento de la culpa es sorprendente.
Habrá que pedir a los psicólogos sociales, a los sociólogos y antropólogos, que profundicen en el tema, aunque me temo que aparecerán factores "del cambio" como la rejerarquización de valores, el individualismo y la promoción del consumismo.
Sé que dejo el tema inconcluso al no dar una opinión firme y datos del fenómeno en nuestra región. La causa se debe a no contar con estadísticas y respuestas exactas o confiables, pero sí consideré pertinente abrir el diálogo sobre el tema y pedirle que tengamos conciencia de ello, animándole a exigir mayor efectividad de las autoridades. ¿Qué piensa?
ydarwich@ual.mx