Sorprende. El presidente ucraniano sorprendió ayer c0n la visita que realizó al bastión de los rebeldes. (EFE)
El presidente de Ucrania viajó sorpresivamente ayer lunes a un bastión del gobierno en el sitiado sureste del país y pronunció un emotivo discurso ante cientos de trabajadores para demostrar la fuerza de su administración en la zona.
"Esta ciudad ha sido, es y será ucraniana", dijo Petro Poroshenko a trabajadores de una metalúrgica en la asediada ciudad costera de Mariupol.
El viaje de Poroshenko al estratégico puerto, a días de que la ciudad recibiera la acometida rebelde, subraya que Kiev no parece dispuesto a renunciar a los territorios que mantiene bajo su control en el este. La gira ocurrió en medio de un cese al fuego entre separatistas prorrusos y tropas del gobierno que ayer lunes parecía mantenerse.
El presidente habló desde un escenario adornado con los colores azul y amarillo de la bandera ucraniana y luego encabezó a la multitud cuando se cantó el himno nacional.
"Mariupol demostró que no dejamos que nadie incendie nuestra ciudad. Los trabajadores protegieron la paz y la tranquilidad de la ciudad", agregó.
No obstante el despliegue de fuerza, a menudo el discurso de Poroshenko pareció a la defensiva al insistir en que no acordó el cese al fuego por debilidad. También reiteró que la independencia de la región no estaba a discusión y que no habrá negociación política para finalizar la crisis con nadie que no sea autoridad electa en la región pero se desconocía a quién se refería.
Los alrededores de Mariupol habían permanecido relativamente intactos a la violencia en las últimas semanas, hasta que los rebeldes emprendieron un avance hacia la ciudad y bombardearon las afueras.