Las Torres Gemelas Petronas, César Pelli, 1998.
El movimiento futurista fundado por el poeta Filippo Tommaso Marinetti, atrajo a celebridades de diversa índole, entre ellos, al arquitecto Antonio Sant’ Elia, quien con su proyecto Città Nuova imaginó la Milán del futuro.
La arquitectura futurista es una visión de esta disciplina de cara al futuro, y ha sido interpretada por diversas generaciones de artistas durante varias décadas, tomando referencias comunes como las formas destacadas, dinámicas, los fuertes contrastes y el uso de materiales avanzados.
Se trata de un movimiento artístico originado en Italia en 1909, que ponía especial atención en la velocidad, alegando que ésta es la característica más destacable de la vida moderna. En sus orígenes, se caracterizó por el antihistoricismo, así como líneas largas y horizontales, que sugerían rapidez, urgencia y movimiento.
El poeta Filippo Tommaso Emilio Marinetti, fue el fundador del movimiento futurista, el cual atrajo a poetas, músicos y artistas como Umberto Boccioni, Giacomo Balla, Fortunato Depero y Enrico Prampolini. Asimismo, a arquitectos como Antonio Sant’ Elia, quien en 1914 publicó el Manifiesto de la Arquitectura Futurista, en el cual expuso los principios de esta corriente y consiguió traducir la visión futurista del entorno urbano.
El Manifiesto de la Arquitectura Futurista, trae consigo una ruptura con la arquitectura anterior, y aboga por el uso de todas las ventajas que la tecnología y la ciencia ponen al alcance de todos, dando a entender que cada generación ha de fabricarse su propia ciudad, y que precisamente será la renovación del ambiente arquitectónico lo que contribuirá a la victoria del futurismo.
EL FUTURISMO DE SANT’ ELIA
Se encontraba claramente influenciado por las ciudades industriales estadounidenses y por los arquitectos vieneses Otto Wagner y Joseph Maria Olbrich. El proyecto más importante de Sant’ Elia, es la Città Nuova (Ciudad Nueva), en el que, a través de una colección de proyectos y bocetos, imaginó la Milán del futuro.
El Manifiesto de la Arquitectura Futurista fue firmado en Milán el 11 de julio de 1914, y en él se exponía lo siguiente:
“Yo combato y desprecio:
1.- Toda la pseudoarquitectura de vanguardia, austríaca, húngara, alemana y norteamericana.
2.- Toda la arquitectura clásica, solemne, hierática, escenográfica, decorativa, monumental, agraciada y agradable.
3.- El embalsamamiento, la reconstrucción, la reproducción de los monumentos y los palacios antiguos.
4.- Las líneas perpendiculares y horizontales, las formas cúbicas y piramidales, que son estáticas, pesadas, oprimentes y absolutamente ajenas a nuestra novísima sensibilidad.
5.- El uso de materiales macizos, voluminosos, duraderos, anticuados y costosos.
Yo proclamo:
1.- Que la arquitectura futurista es la arquitectura del cálculo, de la audacia temeraria y de la sencillez; la arquitectura del hormigón armado, del hierro, del cristal, del cartón, de la fibra textil y de todos los sustitutos de la madera, de la piedra y del ladrillo, que permiten obtener la máxima elasticidad y ligereza.
2.- Que la arquitectura futurista, sin embargo, no es una árida combinación de practicidad y utilidad, sino que sigue siendo arte, es decir, síntesis y expresión.
3.- Que las líneas oblicuas y las líneas elípticas son dinámicas, que por su propia naturaleza poseen un poder expresivo mil veces superior al de las líneas horizontales y perpendiculares, y que sin ellas no puede existir una arquitectura dinámicamente integradora.
4.- Que la decoración, como algo superpuesto a la arquitectura, es un absurdo, y que sólo del uso y de la disposición original del material bruto o visto, o violentamente coloreado depende el valor decorativo de la arquitectura futurista.
5.- Que, al igual que los hombres antiguos se inspiraron para su arte en los elementos de la naturaleza, nosotros, material y espiritualmente artificiales, debemos encontrar esa inspiración en los elementos del novísimo mundo mecánico que hemos creado, y del que la arquitectura debe ser la expresión más hermosa, la síntesis más completa, la integración artística más eficaz.
6.- Que la arquitectura como arte de distribuir las formas de los edificios según criterios preestablecidos está acabada.
7.- Que por arquitectura debe entenderse el esfuerzo por armonizar con libertad y gran audacia el entorno y el hombre, es decir, por convertir el mundo de las cosas en una proyección directa del mundo del espíritu.
8.- De una arquitectura así concebida, no puede nacer ningún hábito plástico y lineal, porque los carácteres fundamentales de la arquitectura futurista serán la caducidad y la transitoriedad. Las casas durarán menos que nosotros”.
PRINCIPALES EXPONENTES
Algunos arquitectos con tendencias futurista son Jont Lautherner (Fundas-Goldstein Residence), Thom Mayne (Cooper Union/41 Cooper Square), Santiago Calatrava (Estación de Lyon), Asymptote (Guggenheim Museum en Guadalajara), Oscar Niemeyer (Museo Oscar Niemeyer) y Zaha Hadid (Abu Dhabi Performing Arts Centre), primera mujer en conseguir el Pritzker, entre otros.
Quienes desempeñan en la arquitectura futurista son conscientes de que ésta consiste en crear nuevas formas y líneas, una armonía con los contornos y volúmenes; es decir, se trata de crear una arquitectura cuya única justificación resida en las condiciones de la vida moderna. Ha de ser, por tanto, una arquitectura nueva, como nuevo es también el estado de ánimo de las personas.
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