La Liga MX tiene la liguilla que se merece. Desde muy temprano en el torneo regular, pudimos darnos cuenta en qué nivel se encontraba nuestro futbol. No habló de calidad, sino de espectáculo.
El "Tuca" lo deja claro. "Yo no sé quién les dijo a los que hacen las reglas de juego que el gol de visitante va a propiciar más goles. A ver, si me hacen uno, tengo que hacer dos, mejor que no me hagan uno", dijo el entrenador de Tigres tras avanzar a la final sin anotar un solo gol en semifinales; sin ganar un solo partido de los cuatro que ha disputado en esta fase final.
El modo en qué se resuelven estos juegos decisivos no puede ser otra cosa que el fiel reflejo de lo que pasó en 17 jornadas.
América, que lideró de principio a fin el torneo, disputará el título contra Tigres, que se fue metiendo a los primeros lugares de la clasificación sin hacer mucho ruido hasta llegar al segundo lugar. Uno Vs. Dos. Lo más justo.
América, el criticado equipo de Coapa que pese a estar en la final no le garantiza mantener la chamba a su DT, y Tigres, el mezquino conjunto que casi puede jugar sin delanteros hasta llegar a la disputa del título. ¿Quién les puede reprochar algo? Fueron los dos mejores (o menos peores) y ambos han llegado a la última instancia.
Atrás quedó Rayados, que se metió hasta la semifinal por la incapacidad del Atlas y gracias a una buena racha de 8 partidos de su delantero estrella. Mientras Toluca no supo cómo anotarle a Tigres.
¿Y el espectáculo? Atrás también quedaron los tiempos de emocionarse con la final jugara quien la jugara.
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