Semana de clásicos. En México, Chivas-América; en Argentina, Boca-River. Semana de emociones varias.
Y si de clásicos se trata, ¿qué tal las remontadas de los Guerreros? Sus últimos tres triunfos en la Liga han sido así, "viniendo de atrás". El más reciente, ante Pumas, fue quizá el más emotivo; en la agonía del partido y con la genialidad del héroe de la Comarca: Oribe.
Así empezó el fin de semana futbolero, con una tremenda alegría para los santistas, y terminó con una enorme humillación de las Águilas a Chivas, para regocijo de los americanistas (que donde quiera hay).
Horas antes, en Buenos Aires, se disputó uno de los partidos más pasionales del Planeta Futbol: el Boca-River.
"Los Millonarios" ganaron en la casa de su histórico rival y en las tribunas no había ni un "hincha" visitante; el grito de gol se ahogó en una silenciada Bombonera.
Los hechos violentos que ya son recurrentes en el deporte más popular del mundo le han cambiado la forma a las rivalidades más añejas en la cancha.
En México se montó un dispositivo especial de seguridad en el clásico. Se revisó a los asistentes minuciosamente. No se permitió el ingreso a grupos mayores y se cuidó que las barras no ingresaran. La bronca de una semana atrás, en el Jalisco, le dio un enfoque nuevo a esta edición del Chivas-América.
En Argentina, definitivamente se prohibió la entrada a los colores visitantes. Al menos en el tema de la violencia, Sudamérica va un paso adelante con respecto a México.
De la visita del Peñarol a México para enfrentar al Santos en Libertadores, @dperez_elpais se llevó varias impresiones.
En uno de sus 'tuits' destaca que en nuestro país hay estadios sin malla entre campo y tribuna: "Ojalá algún día en Uruguay podamos tener estadios sin alambrados...", dice.
Diego Pérez siguió al equipo sudamericano muy de cerca en su paso por México. Y de todo dejó constancia en su cuenta de twitter. Con esa pasión se vive el futbol en el otro hemisferio. No importa que Peñarol ocupe hoy el octavo lugar de la liga de su país y que haya ganado sólo 6 partidos de los últimos 21 disputados en copas internacionales.
Que se contagie la pasión, pero que no se desborde. Para que los clásicos sigan su cauce.
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