Famosa por ser la cuna de la nieve Chepo, Ciudad Lerdo arrastra desde hace tiempo una especie de maldición donde sus gobernantes, panistas y priistas, han sido incapaces de generar el desarrollo en este municipio.
En el pasado reciente podemos contar desde los pretextos de Luis Fernando González Achem, pasando por los escándalos de Rosario Castro y el famoso "a poco nos vamos a quedar así" de Carlos Aguilera que dejó al Municipio peor de cómo lo recibió. Ponga usted el nombre que quiera, el resultado es el mismo: el desarrollo no llega a Lerdo.
Por si fuera poco el futuro hoy tampoco luce halagador. Luis de Villa no alcanza a ponerse el traje de alcalde. Olvidando la premisa de que para ser torero hay que parecerlo, De Villa duda en sus decisiones, teme a los medios de comunicación y lo que es peor, el municipio enfrenta graves problemas, muchos heredados, pero que en su discurso el alcalde no muestra agallas para resolverlos.
El sistema de agua (SAPAL) debe dinero a la CFE, a la Conagua, y lo más grave al Seguro Social y al Infonavit, esto a pesar de que a los trabajadores sí se les han descontado sus cuotas. La deuda asciende a cerca de 35 millones de pesos, de los cuales 10 millones corresponden a las cuotas obrero-patronal con el IMSS y 6 millones del Infonavit, estos adeudos afectan directamente a la clase trabajadora.
Recientemente la reportera Violeta Rodríguez consignó la historia de un trabajador del SAPAL, quien relataba que desde hace ocho años está pagando su casa y semanalmente le descuentan 360 pesos del Infonavit, los cuales no se ven reflejados en su estado de cuenta. La casa que adquirió el empleado del Sistema de Agua tiene un costo de 260 mil pesos. La nota publicada el 19 de marzo también consignaba que son alrededor de 100 trabajadores los que tienen un crédito con el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores. Además por el adeudo con el Seguro Social los trabajadores no pueden acceder a un crédito Fonacot.
Es cierto, este problema no lo originó el alcalde Luis de Villa, sin embargo en sus declaraciones no muestra interés por fincar responsabilidades. Incluso pasa el tiempo y no se llega a convenios con los acreedores, pareciera que la apuesta es que el Gobierno del Estado de Durango resuelva el problema.
Otra característica de la actual administración ha sido la rotación de personal. Recientemente renunció a su cargo Gabriela Moreno como titular de Atención Ciudadana, antes lo hizo Alberto Muñoz Rodríguez, como titular de SAPAL. Pero también se han despedido a 60 personas desde que inició su administración. Los despidos no son malos, si alguien no da resultado hay que removerlo, el detalle es que el alcalde se limita a decir que esto obedece a "reajustes", sin embargo, no da detalles. No explica si esto representa un ahorro en la nómina, si son plazas que se van a reemplazar. Incluso se desconoce a cuánto asciende el monto de las liquidaciones, dinero que es del erario público y que las autoridades están obligadas a informar. Sin embargo, De Villa no comunica, apuesta por la opacidad.
A pesar de que aún no llega la temporada fuerte de calor, desde febrero varias colonias han denunciado la falta del líquido, entre ellas: Jardín, Héctor Mayagoitia y Del Valle, donde la presión es mínima y hay días que prácticamente es nula.
Donde el problema se ha tornado grave es en el fraccionamiento Primavera de Lerdo, ya que los vecinos tienen que ir por agua a una toma en el área verde de la colonia.
Desde su inicio la administración de Luis de Villa ha dejado mucho qué desear. Normalmente cuando los alcaldes entran en funciones dedican sus primeros días a anunciar grandes obras, a pasearse por la ciudad para continuar una especie de luna de miel con los ciudadanos. Con De Villa no ocurrió eso. Poco mediático, en su municipio muchos aseguran no haberlo visto desde que tomó posesión, incluso recuerdan más a su antecesor Roberto Carmona lo cual ya es mucho que decir, porque el señor Carmona tampoco se caracterizó por ser un gran alcalde.
Apenas en septiembre de 2013 se evidenció que el discurso de Luis de Villa es muy distinto al sentir de sus ciudadanos. En esa ocasión se vivía la crisis de los camiones Torreón-Gómez-Lerdo que eran incendiados en San Fernando, el lunes 9 de septiembre de 2013 el Barómetro de Opinión Pública presentó un estudio donde se afirmaba que 9 de cada 10 laguneros se sentían inseguros, el detalle era que esa encuesta revelaba que el municipio donde más miedo había era en Lerdo, donde de cada 10 lerdenses 7.56 se sentían inseguros. Sin embargo, el pulso ciudadano no fue impedimento para que el alcalde declarara antes de tomar un avión a la Ciudad de México que él sí percibía una disminución de los índices delictivos en el municipio.
Mientras que en la última encuesta de Barómetro presentada apenas el pasado 18 de marzo, el alcalde de Torreón, Miguel Riquelme y de Gómez Palacio, José Miguel Campillo, salen aprobados con un 7 de calificación, Luis de Villa obtuvo 5.67. Paradójicamente el alcalde de Lerdo fue el único que ganó la elección por un amplio margen, sin embargo en unos cuantos meses ha derrochado su capital político.
Aún tiene tiempo Luis de Villa para revertir esta tendencia, ni siquiera tiene un año como alcalde, pero debe rectificar el camino porque el municipio de Lerdo no merece seguir viendo cómo el desarrollo pasa de largo.
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