Zidane, uno de los futbolistas históricos en la selección francesa. (ARCHIVO)
La eliminación de argentinos y brasileños en cuartos de final deparó unas semifinales puramente europeas en Alemania 2006: Alemania-Italia y Francia-Portugal. La victoria de italianos y franceses les enfrentaría en la final de Berlín que pasará a la historia por el cabezazo más famoso del fútbol.
El que Zinedine Zidane propició a Marco Materazzi y por el que fue expulsado por el árbitro argentino Horacio Elizondo. Aquella acción fue la última del astro francés en un terreno de juego, pero no impidió que fuera elegido Balón de Oro del torneo.
Zidane se despidió del fútbol en aquel partido, con derrota de su selección por penaltis (5-3) gracias al acierto de los cinco lanzadores italianos, Pirlo, Materazzi, De Rossi, Del Piero y Grosso, y el error del francés David Trezeguet.
Italia lograba su cuarto título mundialista con una selección basada en la solvencia de su portero, Gianluigi Buffon, que solo encajó dos goles en toda la competición; la fuerza de su defensa en la que destacaron Cannavaro, Materazzi, Zambrotta y Grosso; la dirección de Pirlo, el empuje de Camoranesi y Gattuso y la elegancia de Totti. Un equipo dirigido por Marcelo Lippi.
