El bailarín soviético, nacionalizado británico, Rudolf Nureyev es recordado a 22 años de su fallecimiento, ocurrido el 6 de enero de 1993, como uno de los más destacados exponentes del ballet del siglo XX.
Dueño de un singular carisma y una prodigiosa técnica, el también coreógrafo revivió la importancia de los roles masculinos en la danza clásica y destacó por los saltos y giros rápidos que ejecutó en un variado repertorio dancístico.
Rudolf Nureyev nació en un viaje en tren el 17 de marzo de 1938 entre el lago de Baikal y la ciudad de Irkutsk, Rusia, señala el sitio especializado “biografíasyvidas.com”.
Desde temprana inició su carrera dancística, ya que en 1955 ingresó en el Teatro Kirov de Leningrado, en el que al poco tiempo se convirtió en el primer bailarín.
En 1961, tras separarse de su grupo de baile debido a su carácter problemático, residió esporádicamente en varios países de Europa Occidental, donde actuó junto a figuras como la bailarina británica Margot Fonteyn (1919-1991), con quien formó una de las parejas más importantes en el mundo dancístico.
Datos pertenecientes a la Enciclopedia Británica (britannica.com) indican que en su etapa de coreógrafo, Nureyev en 1964 modificó el “Lago de los cisnes”, versión en la que le otorgó el papel protagónico al bailarín.
Asimismo, en 1977 cambió algunos aspectos de “Romeo y Julieta”, obra que fue producida por el Festival de Ballet de Londres.
En esos años, el destacado bailarín también tuvo algunas participaciones en el ámbito cinematográfico, ejemplo de ello son las películas “Valentino” (1977) y “Exposed” (1983).
En 1982 obtuvo la nacionalidad austriaca y de 1983 a 1989 fungió como director artístico del Ballet de la Ópera de París, en Francia.
Rudolf Nureyev, quien fue considerado por muchos críticos como el mejor bailarín del siglo XX, falleció en París el 6 de enero de 1993 a causa del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), señala el portal web “buscabiografias.com”.