Problema. El edificio donde se realizó la matanza múltiple en la colonia Narvarte está siendo abandonado.
Habitantes del edificio ubicado sobre la calle Luz Saviñón, marcado con el número 1909 en la colonia Narvarte, donde el pasado 31 de junio asesinaron en el departamento 401 a cinco personas -entre ellas a la activista social Nadia Vera, el fotorreportero Rubén Espinoza y a una joven colombiana de nombre Milé Virginia Martí-, están abandonando el lugar por el "estigma" que se ha creado alrededor del edificio.
Desde el día en que ocurrieron los hechos, cinco de los diez inquilinos del lugar han dejado los departamentos argumentando la falta de seguridad, pues aún no dan crédito a lo sucedido, y aseguran que ninguno de los moradores se percató de algo sospechoso el día de los hechos.
Los comerciantes de la misma calle adjudican la caída de las ventas hasta en un 30 % porque ya casi no hay visitantes en el lugar. Explican que ahora sólo llegan curiosos, fotógrafos, reporteros y activistas, pero que no consumen, al contrario, después de las 7:00 de la noche, los colonos prefieren resguardarse en sus domicilios.
El encargado de una tienda de abarrotes en Luz Saviñón detalla que las ofrendas que han colocado a las entradas del edificio provocan que el edificio y la calle se llenen de "malas vibras" por la manera en que mataron a los jóvenes, crimen que no ha sido resuelto.
"La gente sólo pasa a tomar fotos y a 'cuchichear'. A todos les decimos que no sabemos nada, que el accidente no tiene nada que ver con los que vivimos o trabajamos aquí, que aquí no hay delincuentes, casas de citas, narcomenudeo ni delincuencia, pero ya se quedó el estigma, a ver cómo nos lo quitamos.
"No queda de otra más que 'apechugar' y esperar a que el tiempo haga olvidar todo, ha sido difícil vivir aquí desde que pasó todo esto. Todavía vienen policías a hacer preguntas, a buscar imágenes, si alguna cámara de algún comercio grabó algo y eso es muy incómodo", cuenta el tendero quien pidió ser identificado como Virgilio.
Los vecinos se quejan también del hostigamiento de la autoridad, pues a más de uno le han solicitado que acude a declarar o a rectificar lo que alguna vez expuso.
"Todavía nos cuestionan por qué no escuchamos los disparos y por qué no alertamos de nada, como si nosotros fuéramos responsables o tuvieramos la culpa".
