Delitos. Robert Finn, el obispo estadounidense presentó su renuncia, que que fue aceptada por el Papa Francisco.
El papa Francisco aceptó ayer martes la renuncia de un obispo de Estados Unidos que fue condenado por no reportar a un presunto abusador de menores, lo que da respuesta a peticiones de víctimas para que tomara acciones contra obispos que encubrieron a sacerdotes pedófilos.
El obispo Robert Finn, quien encabezó la diócesis de Kansas City-St Joseph en Missouri durante casi 10 años, renunció bajo el Derecho canónico que permite a los obispos renunciar antes al cargo por enfermedad o alguna razón "grave" que los haga indignos del puesto. Pero su renuncia no especificó una razón.
Finn, de 62 años, está a 13 años de la edad normal de retiro, que es de 75.
En 2012, Finn fue declarado culpable de un delito menor por no reportar presunto abuso y fue sentenciado a dos años de libertad condicional, convirtiéndose en el funcionario de la Iglesia de más alto rango en Estados Unidos en ser condenado por no actuar ante acusaciones de abuso.
Fiscales dijeron que la diócesis notificó a la policía seis meses después de que surgieron preocupaciones en 2011 respecto al proceder del sacerdote Shawn Ratigan, en cuyas computadoras se encontraron cientos de fotografías lascivas de jovencitas.
Desde las condenas, Finn ha enfrentado presión para que renuncie, incluidas peticiones locales y nacionales dirigidas al sumo pontífice para que lo retirara de la diócesis.
El retiro fue elogiado por Marie Collins, un miembro prominente de la propia junta asesora del papa Francisco sobre abuso sexual, quien había pedido a Finn que se retirara y exigido que el Vaticano castigara a obispos cuando no protegían a los niños.