Atada. Vista de la bandera griega atada con una cuerda en Kaufbeuren, Alemania. La BCE aceptó inyectar dinero a Grecia.
Grecia recibió tres buenas noticias ayer jueves, cuando los acreedores aceptaron iniciar las negociaciones para un tercer rescate, inyectar dinero de emergencia al país para que pueda pagar sus deudas y dar más apoyo a sus bancos.
Los socios de Atenas en la zona euro anunciaron que están dispuestos a abrir las negociaciones para un tercer rescate por 85,000 millones de euros (93,000 millones de dólares) que evitaría que Grecia salga del grupo de 19 países que usan el euro. Este anuncio se dio un día después de que Grecia aprobó un duro paquete de medidas de austeridad en el Parlamento, que provocó una revuelta en el partido gobernante y violentas manifestaciones en el centro de la capital.
El paquete de austeridad era una condición indispensable para que los acreedores aceptaran iniciar las discusiones para un tercer rescate griego.
Pero debido a que se espera que el nuevo acuerdo de rescate quede listo en unas cuatro semanas, los acreedores europeos también aceptaron financiar a Grecia mientras tanto. El jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, confirmó que echarán mano de un fondo de la Unión Europea que permitirá a Grecia financiarse hasta mediados de agosto.
Por su parte, el Banco Central Europeo aceptó ampliar el crédito de emergencia a los bancos griegos en 900 millones de euros (980 millones de dólares) durante una semana, un primer paso para que vuelvan a abrir.
Los bancos están cerrados desde el 29 de junio y los retiros de efectivo están limitados a 60 euros (67 dólares) por día, para evitar la fuga de capitales. El BCE no había ampliado el crédito desde el mes pasado y este dinero se necesita para compensar la constante salida de recursos extraídos de los bancos.
Lo que no queda claro es que tan rápido volverán a abrir los bancos o si flexibilizarán las restricciones al retiro de efectivo.
Ahora, el gobierno debe conseguir que el Parlamento apruebe un segundo paquete de medidas de austeridad para la siguiente semana, que incluye reformas al sistema de justicia civil.
Estos requisitos son parte de un acuerdo alcanzado entre el primer ministro Alexis Tsipras y otros líderes de la eurozona el fin de semana. El mandatario dijo que no tuvo más opción que aceptar las duras condiciones de los acreedores para acceder a un nuevo tercer rescate que garantice que el sistema financiero de su país no quebrará.
Tsipras, cuyo partido ganó las elecciones de enero bajo la promesa de poner fin a la austeridad, reconoce que el acuerdo echa abajo muchas de esas promesas. "Teníamos una elección muy clara: un acuerdo con el que no estábamos de acuerdo en gran parte, o una quiebra caótica", dijo al Parlamento.
En una votación pasada la medianoche, los parlamentarios aprobaron por 229 votos y 64 en contra la puesta en marcha de más medidas de austeridad que incluyen recortes de pensiones y alzas de impuestos. Pero la gran mayoría de los votos procedió de la oposición, en una muestra de la disidencia cada vez mayor dentro de Syriza, el partido de izquierda de Tsipras.
Treinta y ocho legisladores de Syriza desafiaron la posición de Tsipras -casi un cuarto de sus diputados- entre ellos el ministro de Energía, el presidente de la cámara y Yanis Varoufakis, exministro de Finanzas y quien dirigió la estrategia de rescate hasta su dimisión hace diez días.
"La votación parlamentaria griega evita una quiebra inmediata y desordenada y una potencial salida del euro, pero el riesgo sigue siendo alto dada las débiles instituciones griegas y el notable escepticismo político sobre las condiciones del rescate", dijo la agencia de calificación Moody's.