Desde su apertura, en octubre de 2014, la sección aduanera sólo opera como un centro de control de tráfico común, a manera de puerto seco al igual que la Aduana de Torreón. (ARCHIVO)
La Aduana Interior de esta ciudad carece todavía de un recinto fiscalizado y por este motivo es una obra incompleta, desarticulada e incumple los objetivos para los que fue creada.
Desde su apertura, en octubre de 2014, la sección aduanera sólo opera como un centro de control de tráfico común, a manera de puerto seco al igual que la Aduana de Torreón.
Pero no ofrece el servicio primordial que es el resguardo de mercancías extranjeras por un periodo limitado, para su manejo, almacenaje, custodia, exhibición, venta o distribución, así como su transformación o reparación, que son las funciones que de acuerdo con el Sistema de Administración Tributaria (SAT) debe cumplir un recinto fiscalizado estratégico.
El director de Desarrollo Económico, Aldo Ortega, reconoció que la Aduana Interior sólo está operando parcialmente y que por este motivo su actividad no ha tenido un repunte significativo desde su apertura.
Según refirió, un empresario local está interesado en ofrecer los servicios de recinto fiscalizado como concesionario, por lo que ya elabora un estudio para saber si la ubicación e instalaciones con que se dispone permiten que este proyecto se desarrolle.
