El futbol no podrá curar enfermedades, pero los colores de una pasión se llevan hasta el último momento. Lorenzo Schoonbaert, belga que padeció cáncer terminal y fanático del Brujas, retrasó su muerte asistida para ver un último partido de su equipo.
Schoonbaert tuvo una sola voluntad antes de ponerle punto final a la enfermedad que lo aquejó durante 20 años: ver a su equipo ganar en el estadio Jan Breydel en compañía de su esposa e hija de siete años.
El club belga al conocer el caso del hincha, le concedió el saque de honor ante la mirada de 20 mil almas solidarias en la tribuna, además de un sitio en el palco VIP para admirar el cotejo y la convivencia con los jugadores en el vestidor.
El amor del seguidor por los “Blauw-Zwart” fue recompensado con un triunfo de 3-0 sobre el Moeskroen, del cual se refirió como “un sueño hecho realidad”.
“Estoy increíblemente feliz ahora. Este es un recuerdo que mi hija podrá disfrutar toda su vida", dijo Lorenzo entre lágrimas el pasado domingo.
Fue hasta el lunes por la noche que Lorenzo Schoonbaert, de 41 años de edad, murió tras la aplicación de una inyección letal, permitida por las leyes en Bélgica. De inmediato, las reacciones de tristeza no se hicieron esperar por parte del conjunto de sus amores. "Nunca caminarás solo, Lorenzo".
"Fue valiente hasta el último minuto, tenía todo bajo control y disfrutó de sus últimos momentos con personas que estaban cerca de su corazón. Mis pensamientos están con él y con sus allegados esta noche #inspiración", expresó el guardameta australiano Mat Ryan en redes sociales.
