Con pocas emociones, con bastantes bostezos y con un lamento al finalizar resultó la noche de ayer en el TSM, donde los aficionados asistieron en buen número, pero se quedaron con breves lapsos para recordar. No fue la temperatura fría como en noches anteriores, aunque la tribuna nunca encontró el calor necesario pues en la cancha no se encendió la mecha.
Poco a poco acudieron los aficionados a la cita de viernes en el TSM, donde se esperaba un duelo parejo, competido, al fin y al cabo se trataba de dos equipos con jugadores talentosos, planteles amplios y empatados en 10 puntos dentro de la tabla general. La confianza era palpable en la explanada del TSM, donde los vestidos de verde y blanco se referían al rival como simplemente "el cliente".
El pequeño Carlos Arroyo fue nombrado Embajador de los Guerreros con un acto protocolario antes del inicio del encuentro. Carlos fue captado sufriendo en el partido de la jornada 2 cuando Santos perdió ante Cruz Azul, juego al que acudió el niño residente de la Ciudad de México. El club albiverde se dio a la tarea de localizarlo y junto a su familia traerlo al TSM para disfrutar un partido y recibir el nombramiento.
Del partido, poco qué decir, menos qué resaltar. Prácticamente nulas alertas en las porterías, resguardadas por dos de los mejores arqueros del balompié mexicano. Lo más rescatable vino al final, con el "Chato, Chato" de la grada cuando entró al campo Juan Pablo Rodríguez, y con el lamento generalizado tras la anotación visitante. Cayó el único gol y muchos aficionados se adelantaron a tomar las rutas de salida, no se equivocaron.
'Caras largas' se vieron anoche en las tribunas del Estadio Corona; Santos Laguna no pudo regalarles una alegría más a los aficionados.