El técnico nacional Miguel Herrera sostiene que puede convocar dos grupos de seleccion "de alto nivel" para competir en las Copas que están por disputarse. Lo que la gente ve es que al entrenador le seduce el riesgo y no está preocupado por el ridículo, sin dejar en claro que las señales de advertencia que percibimos en tres jornadas de liga, es que la calidad no sobra y las condiciones aminoran con la proliferación de "mexicanos del sur", cuyo número es demasiado alto y con ello limitan los lugares para los nativos, que detienen o evitan su desarrollo.
La gente de futbol, sobre todo técnicos y jugadores, tienden demasiado a buscar ayuda divina para que les solucione todo tipo de problemas en la cancha, como si hubiese una fuente de alegría, pura e inmaculada donde todos iríamos a purificarnos para ser benditos y diáfanos como recién nacidos. No hay tal, todos sabemos que si bien no hay arte sin tensión, tampoco hay belleza sin equilibrio y se deben ver las cosas como son, no como queremos que sean.
¿Quiere ejemplos? Simplemente el campeón América fue a la cancha de inicio con ocho no nacidos en México: Pablo Aguilar, Samudio, Goltz, Sambueza, Arroyo, Darwin, Pellerano y Benedetto ¡y en la segunda etapa ingresó Martínez¡. Nueve utilizados. Cuatro argentinos, tres paraguayos, un colombiano y un ecuatoriano, con su técnico, Matosas, uruguayo.
Cuando alguno de los medios se atreve a decir verdades, cuando se cuestiona con hechos, los altos mandos del futbol reaccionan no para ofrecer sus argumentos y defender su posición con elementos convincentes, sino para señalar a los atrevidos como enemigos que intentan vulnerar su dominio, porque está claro que entre dueños y federativos la intención es solventar el negocio del futbol, aunque haya facturas y créditos a futuro. Como dicen ellos con Decio al frente, "para mejorar el espectáculo".
De acuerdo que el periodismo no debe ser policía de la moral pero sí debiera crearse el espacio donde quepan las ideas y opinones de la gente, que hace posible el show, porque se va propiciando un ambiente difuso para una sociedad que entiende que la verdad no importa y que ésta deje de pensar, que entre sumisa a la red donde quedará capturada para ver, escuchar y leer lo que el poder quiere transmitir.
Si Herrera quiere dos equipos, puede hacerlo, está en su derecho, pero desde ahora debemos esperar otra nueva discusión y a muchos que tratarán de convencernos de que llamar a varios extranjeros naturalizados, es lo mejor. Eso se presiente desde ya.
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