Seducidos por el riesgo es que vamos a una nueva aventura, esa que ha sido familiar desde 1996, cuando Alfredo Tena y su pandilla nos iniciaron en el camino de una vida diferente a la que solíamos vivir. Dieciocho años después de la hazaña de los Galindo, Borgetti, Muñoz, Lupe, Wagner, Adomaitis, Caballero, Paco Gabriel y otros es que ahora somos especialistas en conocer la hiel y la miel de este juego maravilla, donde prácticamente hemos visto de todo.
Hay una tristeza enclavada en la memoria dolorida, una tristeza básica del paso del tiempo que nos señala una historia que nos experimenta y ordena, por minuciosa y harto celosa, que no podemos cerrar los ojos y que la ilusión rebase la cordura y la sana disección del asunto frente a los ojos, porque Santos llega en un amplio papel, protagónico, de víctima, es mentira aquello de que "partimos de cero, es un nuevo torneo, las fuerzas están parejas", etc.
Entró de rebote y favorecido por un sistema generoso que dejó llegar el apoyo de terceros más mediocres o menos dotados, para que las palabras no hieran suceptibilidades, lo que le da un sitio en el torneo reducido ante el gran líder regio, cuya obligación ahora mismo ha crecido más arriba de lo que suponen y no pueden, bajo ningún concepto, defraudar la confianza.
El DT local en su última aparición ante cámaras y micrófonos, luego del nefasto 2-2 con Puebla, cuando debió ganar para no precisar de extras, dijo lo que nunca había descubierto y mucho menos aceptado (la irregularidad de su equipo), confesó que hay incapacidad para el manejo de ventajas y que termina desordenado porque la garra gana en su guerra a la mente.
¿Tienen este equipo y Pedro lo suficiente para ser de pronto activos, ambiciosos, enérgicos y competitivos? La fase les precisa de un futbol de mayor nivel de calidad, que encima prohije la recuperación, gestación y conclusión necesarias, de lo que padece demasiado. Tendrá que cambiar mucho el rostro, adquirir el tono ideal para protagonizar con notable diferencia y tener presente, todos esos chicos hasta ahora de medianía, que pueden cambiar la historia, su historia, que ésta no sea predecible y que se acuerden de no quejarse, que recuerden a los que de verdad trabajan y renuncian a algo, para pagar un boleto y verlos en la cancha. Esa gente nuestra, tan querida, que hoy mismo camina soñando y palpita ilusión legítima, una alegría que llegó de rebote, como un regalo pero es real.
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