Guiados por cierta capacidad camaleónica, los fans blaugranas solemos posar con sonrisas cada vez que el viejo equipo de Joan Gamper gana una nueva Copa, lo que se ha hecho costumbre y tradición, porque si no lo hace, tenga la seguridad de que buscaremos víctimas para la crucifixión, que así somos los irredentos, sedientos e insaciables de nuevas marcas y de sobrevolar siempre en la élite mundial.
Por ello ahora, cuando Iniesta y Rakitic comienzan a bordar en la cancha su ojo táctico y sinfonista, cuando desde más atrás Busquets afina su estilo de apretar, robar y correr, todos sabemos que cuando lleguen al último tercio bien alineados, comenzará el oleaje del arte de un tridente eléctrico, totalmente enchufado al futbol, que carga ilusiones en toneladas y lleva consigo las armas de la total contundencia.
Messi, Suárez, Neymar, no sólo son nombres representativos, son los actores de la actual generación que ejecutan su labor con un repaso de todas las consignas del espectáculo, esas que hacen quedar mal a cualquier rival, así la Juventus pasee con decoro a sus faraones de la cancha, desde Buffon hasta Tévez, pasando por el maestro Pirlo y el atildado Dogba, con su estilo pausado y clarividente.
¿El éxito es un viaje, un destino y ambas cosas a la vez?, es tema para diferir. En lo que no se cambia la visión es que esto no es para la buena gente que camina, sino exclusiva vida para seres predestinados, -para hombres que han sido señalados por la fortuna divina para tener dotes y cualidades nada comunes, que se convierten con su futbol en termómetro de la vida de los comunes y hacen de su arte, alegría.
Ahora mismo frente al televisor, somos no solamente fans, sino que vamos corriendo junto a ellos con la mirada y el pensamiento, podemos sentir su galope con el ruido que hacen y que taladra los oídos, ya de por sí abrazados con mil latidos persistentes que acusan taquicardia en caminos de luz y esperanza. El temor de las mujeres ante tanto barullo producido en el color de la emoción, es que esos hombres de la imagen televisiva se salgan del aparato, inunden la sala y rompan los cristales.
Los niños y los jóvenes celebran goles y triunfo con sus gritos nuevos y su vocación que será ya eterna, mientras que los viejos vemos una película retrospectiva donde van pasando tantos héroes viejos del Barcelona interminable, pasando por Cruyff, Marcial, Sotil, Ronaldo, Romario, Carrasco, Salinas, Nadal, Koeman, Beguiristáin, Zubizarreta, Alexanko, Migueli, Krankl, Gallego, Suárez y tantos grandes héroes pero seguro que el bisabuelo tendrá más presentes a los que ya se fueron: Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón. Cuando Gamper fundó al Barça no se daba cuenta que sería rehén de su propia leyenda.
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