-Una vez despertado, el pensamiento no vuelve a dormitar-(Carlyle)
Aunque el juicio del hombre siempre es falible, sabemos bien que el corazón tiene sus razones que la razón no conoce y esto hace aparecer ideas o estados de ánimo que no pueden ya enderezar ni evitar un equipo de magos fabulosos. El individuo suele ser atormentado, ¿o dominado? por argumentos que le llevan a evocar mejores tiempos de vida en la relación directa con los benefactores de su existencia por medio de alegrías.
EJEMPLO UNO:
En el futbol de nada sirve ya la cara de simpatía del adicto creyente, que desde la mañana sonríe a todos, ocultando de esa forma sus grandes temores y sus viejos miedos. Primero a que su equipo juegue mal (lo cual es siempre común) o bien, que llegue a perder (como constantemente suele ocurrir). No acierta a hacer nada a derechas, no razona adecuadamente y todos lo encuentran desconcentrado. El se toca y siente el frío sudor, de ahí que la mujer insiste en la misma pregunta repetida por años, ¿verás un partido o lo sufrirás? Es ahí que el hombre entra en una gran rebeldía de querer dejar de ser lo que es y transformarse en un ser fuerte, duro.
EJEMPLO DOS:
Ilusionado a la vista de todos pero interiormente vigoroso y sin permitir que le dañen las viejas ilusiones, se pasa el día trabajando igual que siempre, camina lo mismo, ve las mismas caras, come lo mismo, se pregunta lo mismo, comenzando por no entender cómo él y su mujer se han avejentado tanto y volteando como pajarito joven cuando ubica a una jovencita con pantalones ajustados y mirada de Sarita Montiel. Sin embargo, enciende el televisor y entra a la escena clave del evento futbolero, donde de entrada se muestra descontento, ¿por qué nuestros jugadores no cantan el Himno Nacional, están mudos o medio muertos?
EJEMPLO TRES:
Al rato, cuando los hombres de su equipo no aciertan un pase a tres metros y tiran al arco cual se fuese de futbol americano, cuando su zaga no marca adecuadamente y se olvida de coberturas, lo que provoca casi el infarto del pobre adicto, decide al medio tiempo entonces, que prácticamente renuncia y se hace mil preguntas, la más vistosa es aquélla de "si ya supongo lo que va a pasar, ¿por qué sigo creyendo y viendo a esta gente?".
Es entonces que la razón le asiste y casi le avisa al oído: la misión siempre estará por encima de los deseos.
No viene al caso por lo que fue la Copa América, ni lo que será la siguiente, es como dicen al final de toda película o serie de tv, "es un tema totalmente ficticio". Qué bueno que no es nuestro caso. Somos diferentes, nada de convencionales, teatrales y hasta demenciales.
arcadiotm@hotmail.com
