"Si vas un día a la tierra mía, aquél desierto donde nací" (Carlos González D.)
Se dice que la persistencia es hermana gemela de la excelencia y que una es cuestión de calidad y la otra, de tiempo. Lo bien cierto es que los paisajes que ofrece el futbol, con todo y sus grandes protagonistas, nos enseñan un poco de la vida y saber asimilarlo, tomarlo como propio, es aprender a perder el miedo de ser.
El futbol es una escuela de vida, por sus comportamientos tan diversos, donde todo se alterna y que tiene demasiado de subjetivo. Se puede convertir en el arma favorita del pueblo para desterrar, aunque sea por un día, la cauda depresiva que provoca la sobrevivencia en una lucha eterna contra factores, clima y desierto
Los laguneros, raza híbrida y especial como ninguna, tienen un alto nivel de calidad e inteligencia, una poderosa fuerza de trabajo y una paciencia irregular, su estilo clarividente no puede ser pausado, acelera siempre, aunque explote el corazón, es un estilo, un formato que nos viene desde siempre, porque en este paraje la obligación es hacer quedar mal a cualquier rival, doquiera que sea.
El lagunero es el clásico hombre que revela su carácter hasta en las cosas más simples. Tiene facilidad para reír y para llorar. Es romántico cuando es menester y bohemio cada vez que puede. Y en el futbol se apasiona, y no deja de agradecer a quienes le hicieron posible este regalo desde los cincuenta en San Isidro, un grupo de españoles que nos metieron a la caldera de este juego para siempre.
Todos sabemos que el pensamiento llega cuando él quiere, no cuando quiere uno, por ello estos 32 años de Santos tiene demasiado por citar, con protagónicos y etapas de todo tipo pero aunque los juicios en ocasiones sean falibles, uno se queda con las alegrías del pueblo, con los rostros felices que marcan un partido, una victoria, un título, con millares levantando los brazos unidos en sonrisas que uno eterniza en la mente, porque esos soldaditos de plomo que se agitan en la cancha son los juguetes que uno quisiera tener en la sala de su casa.
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